30.5.05
CAZARRECOMPENSAS
Hace un par de semanas recuperé el último arco argumental de Brian Michael Bendis para Sam & Twitch, la pintoresca pereja de policias salidos de las páginas del rutinario Spawn. No se dejen engañar por su procedencia, si como a mí lo del engendro demoníaco de McFarlane dejó de interesarles hace lustros, la breve estancia de Bendis en el spin-off detectivesco merece la pena.
La Guerra de los cazarrecompensas, publicada aquí hace ya unos años en los cinco primeros números del volumen dos de Sam & Twitch de Planeta, declara en su propio título de manera diáfana de qué va. Un cruento enfrentamiento entre cazarrecompensas, gente que se gana la vida a la caza del hombre, del delincuente. No deja de ser chocante que una profesión de estas características siga viva en los Estados Unidos pese a ser herencia del salvaje Oeste. El Wanted Dead or Alive, sigue, pues, vigente, aunque quiero pensar que el Dead está arrinconado o sólo permitido en casos de defensa propia. Aún así, no deja de ser sintomático del capitalismo a ultranza borderline, una externalidad de la reducción de costes del servicio público. La verdad es que la profesión no sale muy bien parada en el tebeo: un grupo de seres a cuál más mezquino enfrentados por dinero y con un código de honor semi yakuzesco que tarda en salir a relucir.
La historia sirve también para recuperar a Alameda Jinx, la hembra cazarrecompensas que fue uno de los primeros personajes de Bendis (y de la que Alias recuperaba mucha atmósfera). Aquí pudimos conocerla en tres números de la Biblioteca Factoría de La Factoría de Ideas. Desconozco si recogían la totalidad de una serie de la que guardo un grato recuerdo pero que debería releer un día de estos. Por aquel entonces, hace cinco años, Bendis era un absoluto desconocido en el mercado español del que se hablaban maravillas allende los mares. Yo ya he insistido por aquí que me encanta este guionista. Que me interesa y atrapa y que tiendo a comprárme todo lo que lleva su firma. También es cierto que hace cinco años sus diálogos, su construcción visual de la narrativa entre viñetas y su tendencia a construir historias mediante arcos argumentales que avanzan poco a poco eran características que se nos antojaban novedosas. Ahora son marcas de fábrica y a muchos les parecen más de lo mismo. A mí aún no me pasa. Como me gusta lo que cuenta no me importa que acuda casi siempre a un mismo molde resolutivo.
En La Guerra de los Cazarrecompensas de Sam & Twitch nada se aparta del estilema Bendis. Aunque quienes se quejen de que a sus personajes no les pasan cosas saldrán decepcionados. Pasan cosas, graves y que marcarán su futuro. Se intuye algo de mala leche en Bendis para con los personajes de McFarlane, y en el papel se demuestra que el guionista salió cabreado de la Todd McFarlane Productions. “Ahí te dejo el papelón de continuar con la serie” parece decirnos. Lo cierto es que a mí no me ha interesado lo más mínimo las siguientes historias de esta pareja de policias. Nilas he leído ni comprado; y eso que los personajes me gustaban, pero desconfío enormemente de las tramas que pueda proponer el creador de Spawn. Bendis se salió con la suya. Tomó dos personajes ajenos y los hizo suyos en apenas diecinueve tebeos de grapa. Doble mérito, por la rapidez y porque quien roba al ladrón...
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