Un investigador norteamericano, catedrático en la Universidad de Harvard, William Moulton Marston, desarrolló en 1915 el primer "detector de mentiras", realizando mediciones de la presión sanguínea.(La cita procede de aquí). Como psicólogo, Moulton estableció las bases (teóricas y físicas) del polígrafo, posteriormente mejorado por otros investigadores. Y unas décadas más tarde, sin abandonar su carrera profesional, se convirtió en creador y guionista de uno de la primera gran superheroína de los tebeos: Wonder Woman.
A nadie que haya leído sus aventuras escapará un detalle nada casual: una de las armas de la princesa amazona del universo DC es su lazo, el Lazo de la Verdad, una soga mágica que obliga a decir la verdad a todo aquel que se vea atrapado por él. El Lazo de la Verdad, de hecho, es un objeto que aúna las dos constantes de la obra de Moulton: doblegar la voluntad para extraer la verdad mediante un instrumento (el lazo es el polígrafo) y que este sometimiento se exprese mediante cuerdas y nudos sobre el cuerpo humano (usease, el bondage, y ya les anuncio que el tema reaparecerá por aquí en breve y por todo lo alto).
Como ven en la viñeta de arriba, sacada del tercer número de Wonder Woman (febrero de 1943), la existencia del lazo como sublimación mágica del polígrafo no impide que éste también aparezca como tal, visualmente pulperizado, en los tebeos de la amazona. Pero más curioso aún me parece la aparición de la Máquina de la Verdad en el primer número (noviembre de 1942), en el que la maligna baronesa Paula Von Gunther es interrogada por su relación con los espías nazis en suelo norteamericano. La forma en que termina la escena, sabiendo que Moulton es el padre del polígrafo, le revela como un auténtico cachondo.
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