El fumetti ítaliano de erotismo y horror nunca dejará de sorprenderme. Es una feliz noticia: saber de la existencia de un infondable foso de pop de derribo que nunca se agota. Petroleo ilimitado para quien sienta fascinación por la violencia gratuita presta a ser distribuida, a bajo precio, en quioscos de pipas y cacahuetes. La última viñeta-idea burra que me ha dejado boquiabierto viene, por enésima vez, de The Groovy Age of Horror, blog que tanto hace por la viñeta eurotrash (y tanto me inspira). Hace sólo un par de días sacaba a la luz Amerika 2000, colección de fumetti que imaginaba, desde los 80s, el terror a 20 años vista, es decir, nuestro futuro. ¿Y qué hay en nuestro futuro? ¿Qué tenemos hoy? Sidosos caníbales habitando las alcantarillas y zampándose, con violencia, a quien por allí pasa. No hay que olvidar que en los 80s era, precisamente, cuando la existencia y extensión del sida, la enfermedad infecciosa de mayor impacto en la cultura pop del cambio de milenio, salía a la luz pública. Y el tebeo italiano no se andaba con tonterías a la hora de llevar los miedos de la sociedad borderline a sus límites más inconfesables e instintivos.
Tampoco hay que olvidar la existencia de una cabecera como Amerika 2000, que como se dice en la entrada enlazada, imaginaba el futuro que nos aguardaba de inmediato, aunque con la vista puesta al otro lado del Atlántico. Es cierto que la explotación mediterránea siempre ha huido del contexto cercano para acudir a los Estados Unidos en un intento de colar gato por liebre: si decimos que pasa en los EEUU, algún incrédulo pensará que está hecho allá, y todo el mundo sabe que lo usaca es mejor. Bueno mejor... que es más. Y si el futuro es chungo, el usaca es peor y antecede unos minutos el nuestro. El sueño americano es nuestro sueño, pero a diferencia de los 50s y su retrofuturo, las visiones del futuro en la viñeta eurotrash es chungofuturo, con los infectados de SIDA convertidos en zombis caníbales. Y con el Ku Klux Klan a lo suyo con mujeres desnudas porque hay cosas para las que nunca pasa el tiempo.
Por cierto, aprovecho para recomendar este fantástico texto de Curt Purcell sobre la Vampirella de Pepe González, donde recuerda la importancia icónica del traje de la vampira del planeta Drakulón, posiblemente el mejor vestido femenino de la historia del cómic, pero dejando bien claro que si Vampirella es un icono pOp de la subcultura de derribo es gracias al dibujante español de Selecciones Ilustradas.
Y si tienen ganas de más, que no lo dudo, pueden disfrutar de esta galería de Cuentos Prohibidos que ha subido Mundo Bocado, buena muestra de las reivindicables adaptaciones eróticas de los cuentos tradicionales que tanto proliferaron en el fumeti para adultos y que tuvo en la Blancanieves de Frollo su máximo exponente.
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