7.12.07
SEAN TODOS BIENVENIDOS A LA INTERZONA
Anunciaba hace ya unas cuantas semanas la aparición de Interzona. Los asistentes a la XVIII Semana de Cine Fantástico y y de Terror de Donosti pudieron disfrutar del número cero durante el certamen. Los que no, hemos debido esperar un mes para poder leerlo; un mes que en mi caso se ha hecho largo porque tenía muchas ganas de tenerlo entre mis manos. Dicen los padres de la criatura, Borja Crespo y Rubén Lardín, que es un número preparado con escaso margen de maniobra y un poco cajón de sastre. No seré yo quien les lleve la contraria, pero como buen arcón (de sótano húmedo y abisal), a poco que se escarba en su interior se descubren unas cuantas joyas.
Así que les comento por orden de aparición los contenidos que más me han gustado: el Neozombi de Chema García (porque un zombi del año 2021, con sombrero de Capitán Acab, atacando Nueva York siempre merece la pena); Don Eugenio Martín Ferrer, magnífica historieta de un Carlos Vermut al quien ando estos días descubriendo como un fantástico y personal autor de género de horror y colindantes gracias a su reciente antología PsicoSoda; el horror esquizo-enfermo de Félix Díaz y Jorge Parras (responsables de ARGH! y amos y señores de una estética desviada que hará las delicias de los lectores de este blog ausente); David Rubín rindiendo homenaje químico a Godzilla y el Kaiju Eiga; un portafolio del muy pero que muy admirado por aquí Hideshi Hino; El increíble Hombre Filtro, un texto de Sergi Puertas que me ha encantado, seguramente porque hace ver que la realidad mundana genera un tipo de horrores más o menos cotidianos o interiores que la ficción pocas veces retrata, que uno, en sus quehaceres profesionales, puede convertirse en un pequeño monstruo sin casi percatarse de ellos; nuestro muy querido amigo El Pablo propone un tremebundo Bergman meets Godzilla; John Tones reivindica (y descubre) como sólo él puede hacer las salvajes prolongaciones en forma de tebeo de los mitos del slasher y el destripe fílmico; y Carlo Hart juega al corta y pega con un tebeo cincuentero para descubrirnos cómo Harryhausen sacó la maldad que anida en nuestro amigo Mostrenco.
Añadan a todo lo dicho los muy reverenciables nombres citados en el post anunciante de hace más de un mes. Admirables maestros de la subcultura como Miguel B. Nuñez, Paco Alcazar o Miguel Ángel Martín y alguno más que me dejo. Y sí, vale, bueno, también incluye un texto ausente dedicado a reivindicar la figura del hoy olvidado Joe Maneely, dibujante de la Atlas y mano derecha de Stan Lee durante los años 50 que entregó algunas de las mejores imágenes del cómic de terror de la época. Lo bauticé Yo Sucumbí a los Rostros Aviesos para jugar un poco con los títulos que tanto gustaban a Stan Lee, pero necesidades de maquetación y coherencia lo han transformado en Recordando a Joe Maneely. De hecho, ya les aviso que le seguiré recordando por aquí los próximos días, con una potente selección de portadas y viñetas, alguna importante anécdota que quedó fuera y una sorpresita. Así que avisados quedan del aluvión de rostros aviesos que inundará este blog los próximos días, y no se olviden de buscar la interzona en su visita semanal a los dispensarios de tinta y papel sicotrópicos.
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