Árdua jornada laboral la de hoy (y mañana también es un día complejo). Al menos, uno de los trayectos laborales me ha acercado a la librería en la que me hacen el diez por ciento de descuento. Hacía meses que no pasaba por ahí. Algo insólito pero desgraciadamente habitual. No es que no tenga tiempo de leer tebeos (que no lo tengo), es que no tengo ni de comprarlos, que ya es decir. También es cierto que la avalancha del último año me tiene algo desubicado, perplejo, superado, deprimido en mi afición tebeil. Sigo cuatro o cinco cosas que llegan al quiosco de la esquina pero muchas me esperan en las librerías, así que he sacado mis últimos 120 euros de la cuenta corriente y me he metido dentro.
Han caído el nuevo número del Dinero de Miguel Brieva (el 4); el 15 del Terror de la EC (el último, el que me faltaba, lo de la EC me lo tomo con calma en todos los aspectos); Transmetropolitan: el canto del cine (El final de las aventuras de Spider Jersusalem comprado justo tras la muerte del tío Hunter); el Big Baby y el último Agujero Negro aparecido (el 12), ambos de mi admirado Charles Burns; el Lobezno / Punisher ese de Panini (tengo tendencia a comprarme todo lo que lleva la firma de Milligan, nunca se sabe); Punisher: la conjura de los necios (era una de las que seguía en quioscos y ahora que es para librerías no quiero perder comba); el Killraven de Alan Davis (no sea que se agote y como es Planeta se vuelva imposible, que ya se me han colgado un par de cosas, el segundo de Xstatix está agotado en todos los sitios y no vean lo que jode); Gotham Central: Media Vida (el segundo tomo, y eso que ya hay un tercero por ahí, ya dije por aquí que el primero me gustó bastante); el tercer Dylan Dog de Aleta (no he comprado los anteriores, pero aquí el guión es de Sclavi); el Max: Punisher (Ennis y Corben, sobran comentarios); los dos Jack Staff que ha sacado recerca (me gusta Paul Grist, además tengo entendido que homenajea los antiguos personajes de Fleetway y como quiero hacer, con tiempo y sin saber para dónde, un mega artículo sobre ellos pues eso); el Mátame de David Lapham (tengo mono de Balas Perdidas); el Cómo Convertirse en un hijo de Puta de Entrialgo (soy fan); el American Splendor de Crumb y Pekar (no he leido nada de Pekar y Crumb es Dios); y el segundo tomo de Rip Kirby (es curioso, no me he comprado aún el primero, la razón: esas historias, bueno, y parte de las de éste, me las releí de Buru-Lan para el post que le dediqué, así que reemprendo por aquí la lectura y luego ya recuperaré el primero).
Yo creo que los 120 euros me han cundido, anque hay un montón de cosas por pillar, ciertamente. Eso sí, a mi ritmo actual (y más ahora que se ha roto mi lampara de la mesilla de noche) pueden durarme bastante tiempo en la pila de cosas por leer, así que si les apetece saber mi opinión sobre alguno de ellos me lo dicen en los comments y me pongo manos a la obra. Como algunos siempre me piden que hable de tebeos...
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