8.3.11

EL ROBOT DE TESLA


Venía a decirles que Atomic Robo despierta todas mis simpatía como tebeo que es de aventuras y fantaciencia sin mayor pretensión que entretener y divertir. Es evidente que sus responsables, Brian Cleveinger y Scott Wegener, miran de reojo al Hellboy de Mignola, pero dejando a un lado la la oscura ominosidad de éste.

Carl Sagan como científico de acción

Me hace mucha gracia, por ejemplo, que se acuda a un par de referencias que hoy están en lo alto del geekismo científico: Tesla y Carl Sagan. Atomic Robo sería, así, una creación del padre de la corriente alterna, mientras el divulgador científico conocido por su televisivo Cosmos se convierte en compañero de (algunas) aventuras. No son los únicos personajes reales en hacer jugosas apariciones. En la tercera entrega de la edición española (a cargo de Norma), Atomic Robo y la sombra de Más Allá del Tiempo, Charles Fort y Howard Phillip Lovecraft acuden a la mansión de Tesla en busca de ayuda, y es que al bueno del escritor de Providence le salen, literalmente, primigenios con tentáculos de la cabeza. En esta serie es todo así, alegre y despreocupado en su trato con lo pOp, y ni siquiera faltan científicos nazis ejerciendo el mal. Los constantes saltos en el tiempo, esos flashbacks que hoy son recurso narrativo de moda, también ayudan a dar color del asunto y uno se encuentra con rastros steampunk en las aventuras ambientadas a principios del siglo pasado o con esa Segunda Guerra Mundial sólo apta para machotes que nos ha legado la ficción popular.

Lovecraft y Fort en busca de Tesla

Hay otro detalle que me gustaría destacar, por atípico, las historietas de complemento, esas de cuatro o cinco páginas con dibujante invitado que tan a menudo sirven para rellenar plazos de entrega en un tebeo mensual, están hechas con mucho cariño. Son buenas historias cortas que funcionan bien y cumplen con dignidad su condición de complemento extra. Es cierto que Atomic Robo no deja de ser la enésima muestra de un revisionismo pulp cargado de guiños muy presente en la ficción actual, casi un subgénero de moda, pero oigan, yo me lo paso bien durante la lectura y pienso disfrutarlo mientras aguante el tipo.

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