“Pero llegaron a ser tantos los desnutridos, que promovieron una revolución; a los primeros les despojaron de sus monedas y fundaron el Estado Comunista, en el cual todos debían trabajar. Proponíanse con esto suprimir las desigualdades humanas. Tales visicitudes sobrevinieron, que los directores del Estado llegaron a comprender que mientras existieran música, poesía y las llamadas hermosas artes, junto con el exceso de nutrición, esto es, el origen y consecuencias del individualismo sentimental, los hombres eran ingobernables. Y entonces, ¡espantoso día!, determinaron suprimir todo aquello que hermoseaba la vida, a lo cual ayudó el progreso de las ciencias naturales. Desde aquel instante las cosas van como van.”La revolución sentimental, Ramón Pérez de Ayala (1909)
Puestos a investigar a los pioneros de la ciencia ficción española, De la Luna a Mecanópolis: Antología de la ciencia ficción española (1832-1913) resulta bastante imprescindible (aunque complicado de encontrar a estas alturas. Editado por Quaderns Crema en 1995, la selección corre a cargo de Nil Santiáñez-Tió, quien también es autor de un breve ensayo introductorio de tanto (o más) valor que los relatos (en algún caso fragmento de novela) incluidos en la antología (cuyo contenido detallado pueden consultar en esta ficha).
Es curioso pensar que durante mucho tiempo el voluntarioso fandom español, nacido a mediado de los 60s al amparo de revistas como Nueva Dimensión, vivió de espaldas a sus pioneros. O al menos esa es la sensación que siempre he tenido. De ahí la importancia de esta obra que rescató autores que sonaban ignotos (Nilo María Fabra, José Fernandez Bremón, Enrique Gaspar) junto al sorprendente descubrimiento de que nombres ilustres de nuestras letras se habían acercado al género (Azorín, Leopoldo Alas “Clarin”, Unamuno, Angel Ganivet).
Hay ahí, por cierto, cierta desazón en la lectura, ya que a mi parecer como más renombre tiene el autor, menos interés me despierta su lectura. Es una opinión del todo subjetiva, claro. También es cierto que las obras más añejas incluidas, que son fragmentos de novelas populares a la sombra de Julio Verne, han envejecido muy mal. Pero también hay lugar para la sorpresa agradable y el cuento a reivindicar.
De Nilo Maria Fabra ya escribí hace bien poco, así que me gustaría destacar a José Fernández Bremón y sus dos cuentos, uno sobre mad doctors dedicados al transplante de ojos en la España rural y el otro, sobre la curación gracias al viento (la aereopatía) que es purito y genuino steampunk además de sátira sobre la charlatanería. También debo destacar a Camilo Milán y su Historia de amor en el siglo XXI, escrita en 1905 y una visión muy lúcida de la deshumanización que puede conllevar el progreso. De hecho, la lectura de esta antología revela mucho pesimismo hacia el futuro, algo muy nuestro, me temo.
Para acabar, me gustaría comentar El pesimista corregido (precisamente), un cuento de Santiago Ramón y Cajal (nuestro premio Nobel en medicina) que uno casi se atrevería a afirmar que sirvió de inspiración al gran Richard Matheson para su guión de El hombre con Rayos X en los ojos. Es cierto que la prosa de Ramón y Cajal empalaga por rimbombante y que el cuento es muy irregular, pero además de la idea (un científico con mirada microscópica), su parte central, aquella en la que el protagonista ve y describe con su recién adquirida mirada al sexo contrario y a los alimentos que ingiere, es una pura delicia.
5 comentarios:
Uno se remontaría mas allá de 1823 y comenzaría con aquel celebre tranco del Diablo Cojuelo en que el tullido levanta los tejados de las casas madrileñas y el y su acompañante divisan casa a casa la noche de la villa en un fascinante anticipo de "Sliver" y "El Show de Truman".
En otro orden de cosas no se porque el mazinger de la portada de la antología ostenta los colores de la segunda republica.
Uno se remontaría mas allá de 1823 y comenzaría con aquel celebre tranco del Diablo Cojuelo en que el tullido levanta los tejados de las casas madrileñas y el y su acompañante divisan casa a casa la noche de la villa en un fascinante anticipo de "Sliver" y "El Show de Truman".
En otro orden de cosas no se porque el mazinger de la portada de la antología ostenta los colores de la segunda republica.
<span>No lo conocía, don Enrique. Y gracias por tus aportaciones, siempre atinadas. No me había dado cuenta de lo de la bandera republicana. </span>
<span>Cuanta cultura.</span>
excelente la info, en españa se edita mucho de este ,material no he tenido el gusto de leer ninguno, pero espero pronto conseguir algo, salu2 y no dejes de visitar mi blog.
http://sstan-wolvi.blogspot.com/
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