7.4.10

AUTORES EN TRANCE


Poco puedo añadir a las notas de Santiago Garcia sobre el Kafka de Robert Crumb y David Zane Mairowitz (La Cúpula, 2010), en especial cuando destaca que Crumb hace suyo al escritor checo, lo lleva a su terreno, lo crumbiza. Esa misma sensación tuve durante la lectura, que me interesó mucho. Cuando reseñé por aquí su genial Génesis, titulaba el punto 3 Crumb está en el Génesis y, entre otras cosas, comparaba el rostro enajenado de los bíblicos Jacob o Isaias en pleno trance divino con el de Philip K. Dick en la historieta La experiencia religiosa de Philip K. Dick. En ambos la religión es la causa de ese rostro ido y febril, pero yo siempre lo relacioné con el propio Crumb y su obra, y le imaginaba sumido en el mismo proceso al dibujar, seguramente con compulsión, igualando el acto creativo a la posesión religiosa. Este Kafka me regala el vínculo que faltaba, el rostro enajenado de Kafka al escribir. Y no tengo dudas sobre que Crumb se ve así a sí mismo al dibujar. Hay otros vínculos entre Kafka y Crumb que este cómic atípico (al unir narrativa gráfica y narrativa ilustrada) muestra, como la presencia de un padre dominante o una visión torcida de la propia sexualidad. Respecto al libro en sí, me ha resultado una lectura muy interesante y una buena introducción al escritor: hay biografía, se adaptan en formato breve sus principales cuentos y novelas y se aportan claves para la lectura; y hasta veladamente se hace referencia a los rastros del humor judío en Kafka, algo que nuestro añorado David Foster Wallace dejó bien claro en su artículo Algunos comentarios sobre lo gracioso que es Kafka, de los cuales probablemente no he quitado bastante, incluido en Hablemos de Langostas.

2 comentarios:

Gregorio Samsa dijo...

Todo esto me hace sentir como un gusano.

Max Turbador dijo...

Es que en esa viñeta parece que se la está kafkando.