"De manera deliberada, el mundo del espectáculo no deja escapar ninguna causa que pueda despertar el apoyo de la gente: el derrocamiento de la dictadura de Franco, la lucha contra el antisemitismo y el Jimcrow, los derechos civiles, la paz mundial, la prohibición de la Bomba H; lo utiliza todo. Alrededor de estos fingidos objetivos los mandos del Partido Comunista conjuran a su alrededor un nutrido grupo de celebridades y de liberales con buenas intenciones para explotar sus nombres y energía.Los dos párrafos proceden de la introducción de Red Channels, Informe sobre la influencia del comunismo en la Radio y la televisión, panfleto de amplia difusión editado en 1952 por Counterattack, oscura corporación al parecer formada, en realidad, por agentes del FBI. En sus páginas se listaban de 151 celebridades acusadas de formar parte del fascismo rojo. La lista completa pueden consultarla aquí, mientras que en The Authentical History Center se puede ver buena parte de la publicación. Así, por ejemplo, entre las maldades de Burgess Meredith (al fin y al cabo el Pingüino del Batman de 1966) estaría apoyar acciones a favor de reinstaurar la democracia en España, algo que también convertía en culpable a la escritora Dorothy Parker.
(…)
La presencia de aparatos de radio en casi todos los hogares, y de más de 5 millones de televisores en uso, es algo que no escapa al Partido Comunista que, junto a las películas, quiere convertir estos medios en los cinturones de transmisión de ideas prosoviéticas al público americano."
Varias cosas llaman mi atención. Por un lado, atacar los pelígros del progreso mediático (la televisión, ese invento nazi) a través del panfleto (o del fanzine). Por otro lado, reflexionar sobre Counterattack, que en cierta medid, podemos considerar ejemplo de prensa contracultural de extrema derecha. Finalmente, el acertado uso de las causas del buen rollito como algo peligroso, algo que siguie triunfando aún en día, al fin y al cabo la bondad siempre oculta oscuros intereses. El bien es el M.A.L.
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