Aprendí a tocar las maracas en clase de solfeo y desde el primer día me sentí unido a ellas. Aún sigo. Dadme un poco de metanfetamina y unas maracas y cambiaré el mundo.
Así empieza mi último Butano, que pueden leer íntegramente allí donde corresponde, es decir,
en El Butano Popular. Por cierto, esto me recuerda que no enlacé por aquí
la anterior entrega. Empezaba así:
“De mayor quiero ser escritor de novelas de quiosco o yonqui” fue una afirmación a la que acudí con frecuencia en algún momento de mi juventud, ya pasada la veintena.
1 comentario:
Sorprendente. Yo mismo toco las maracas. Unas LP modificadas por mi. Tambien tengo dos pares de bongos, campana salsera y las claves. Pero mi aficion a la percusion afrocubana es algo tardia. Igualmente sufri el inuti intento escolar de tocar la flauta dulce, instrumento absurdo para pastorcillos asexuados. All me di cuenta de mi falta total de oido musical lo que tambien hizo imposible aprender guitarra.aunque lo intente. Sin embargo con los años descubri tener una extraña facilidad natural para seguir cualquier ritmo con precision. Rumba, latino..., lo que unicamente se me resiste es el bolero, pero estoy en proceso de aprenderlo tambien. Mi maxima ilusion es aprender a tocar las congas, pero hacen demasiado ruido para tenerlas en casa. Los chinos ya las fabrican a buen precio y en bongos los hay hasta fabricados en la India practicamente regalados.
Si desea profundizar en su aficion secreta afrocubana Mr. Absence, debera Ud. conseguir una gorra Kangoo de esas con un canguro. Son las que llevan todos los percusionistas Cubanos en Miami.
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