VISIONES POP DEL SEXO DÉBIL

Lo que tienen sobre estas letras (o símbolos socialmente codificados) es un fragmento de la imprescindible blaxploitation Coffy. Pam Grier reparte y comparte piños, patadas, rasgados tetiles y otras artimañas (las famosas cuchillas de afeitar ocultas en su peinado afro) con un puñado de hembras setenteras. Se trata de una de las mejores peleas de hembras de la historia del cine. Quedó grabada en mi memoria ausente desde que vi la película de muy jovencito, en un cine de doble sesión, extintas catedrales de la subcultura de derribo (y al que tan sólo piense Grindhouse le doy una colleja por cenutrio), aunque por alguna razón siempre pensé que el recuerdo correspondía a Cleopatra Jones (el doctor phibes, en los comentarios del b-art dedicado a Tamara Dobson, se percató de mi paramnesia, hermoso término que me descubrió otro lector, Daktaric: son ustedes maravillosos).

Hembras que se juman. Ai Dios. Cultura popular en una de sus máximas y más primitivas acepciones. Siguiendo el hilo del tutubo llego a un alma cándida que va recopilando este tipo de momentos. Lleva más de cincuenta en su simpar compendio (mientras pienso que alguien debería recopilar agresiones sexuales en el cine clásico hollywoodiense). Yo me quedo con la de Wild Women of Wongo por su concepción absolutamente zetosa (y por el hecho de constatar una vez más mi ignorancia: siempre hay una gema pOp por descubrir, da igual el rato que dediques a escarbar) y la de Big Doll House, clásico wip que, obviamente, da un paso al frente e incluye barro en el asunto. Creo que son dos must imbatibles junto al que preside el post, pero las premuras de la sociedad (¿suciedad?) borderline hacen que no las haya visto todas, así que expresen sus sentimientos sin temores en caso de tener otras favoritas.

Luisa Lane también le daba a la pelea de gatas