17.5.05

Simpsonario (CLXXXII)

Deseos

Los deseos de Homer son poco exigentes: comida, cerveza, televisión; no influyen prácticamente en la totalidad de los gastos domésticos ni en su salario, y sus ridículos hobbys consiguen incluso apartarlo de deseos verdaderamente caros como unas grandes vacaciones, viajes a países exóticos u objetos de lujo. Para Homer y su familia la vida de los ricos es una utopía hasta el punto de pasar a segundo plano y ser eliminada completamente de sus mentes. Aun así, a veces los deseos millonarios aparecen en afortunados imprevistos que quebrantan las reglas de forma fugaz, como por ejemplo en el caso de una herencia o de un premio en la lotería. Estas promesas también se vuelven engañosas y el propio Homer las considera como una experiencia negativa.

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