2.2.07

Simpsonario (DXXIX)

Riviera, Nick

Médico de dudosa profesionalidad que se anuncia por televisión proponiendo todo tipo de operaciones quirúrgicas a precio de ganga. Los Simpson acuden a él en repetidas ocasiones, normalmente las más delicadas, porque no pueden permitirse pagar al Dr. Hibbert. Es uno de los mejores secundarios de la serie y pone de relieve uno de los grandes factores de la desigualdad social estadounidense: la seguridad social y la privatización excesiva del sistema sanitario, que consiente sólo a los ricos una buena cura mientras privilegia un sistema competitivo donde las clases medias y bajas son atraídas ingenuamente por tarifas reducidas y publicidad engañosa. Otro rasgo característico del Dr. Nick Riviera es su nacionalidad de origen no norteamericana. El doblaje español ha dudado entre darle un acento mexicano o uno argentino, creando cierta confusión, y más cuando los seguidores norteamericanos siempre se han inclinado por su origen filipino. La primera aparición del Dr. Nick se produce en el episodio Un coche atropella a Bart. Su consulta está, precisamente, al lado del despacho del picapleitos Lionel Hurtz, y es el médico “basura” (la pared está repleta de exóticos diplomas) a quien recurre el abogado “basura” para establecer diagnósticos falsos en la búsqueda de cuantiosas indemnizaciones judiciales. En El Triple Bypass de Homer es el encargado de operar a corazón abierto al padre de familia dado que su tarifa es mucho más barata que la del Doctor Hibert. Se le describe como un profesional perseguido por la prensa sensacionalista debido a diversos escándalos que incluyen la muerte de pacientes y misteriosos tejemanejes con forenses. Consigue superar la intervención quirúrgica (con público de pago) gracias a los consejos de Lisa y un flashback revela que en su juventud proponía el cambio de recetas por sexo como método de ligue. Finalmente, en el episodio 22 cortometrajes sobre Springfield el Consejo Médico de la ciudad le llama la atención por operar con cubiertos procedentes de una marisquería (“antes los limpié bien con una servilleta”) y por maltratar cadáveres (“los uso para poder circular por el carril para vehículos con cuatro ocupantes”).

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