10.10.06

SINCRÓNICAS DE SITGES 2006 (XIII): DOG BITE DOG

La propuesta de thriller made in Hong Kong para el Orient Express de este año venía anunciada como una cosa seca y ultraviolenta. Pues bien. Sï. Es seca y ultraviolenta, aunque alejada de los estándares ochenteros que, Johnny To al margen, parecen ya bastante olvidados (por desgracia). Este perro golpea a perro es una cosa muy brutta y salvaje sobre un asesino camboyano que huye tras efectuar un encargo perseguido por un joven policia atormentado. Las escenas de violencia, más que espectaculares son salvajes. Y el título no engaña respecto al argumento. El asesino es mostrado como un animal agresivo con un instinto de supervivencia a flor de piel y un tipo eficaz pero no eficiente (es decir, mata moscas a cañonazos). Su concepto del uso del rehén, por ejemplo, es de lo más bestia que he visto en mucho tiempo. Es cierto que la película opta, de golpe, por ahondar el tono dramático del asunto, salpicado de intensos momentos de balas, sangre y daños colaterales, mientras juega, con cierta gracia y mucho sentido del exceso, a humanizar al asesino (cosa que parecía imposible) y convertir en animal al humano (el policia). Y ahí acabaría la cosa, muy bien por mi parte avisando de que es excesiva a más no poder, cuando encima opta por un largo epílogo final camboyano que oigan, que cosa más bizarra y goyesca. Así, un aspero thriller de violencia oriental enmarcado en el Hong Kong más tiñoso, miserable y sucio acaba por regalarnos al final una extra ball de delirio coolzetoso para que los amigos del zine bizarro desmelenado la abracen con alborozo. Y por si tenían alguna duda: vi salir a algunos críticos cabezones renegando con sus cabezones perdidos en su cabezonería. Que se vayan a ver la aséptica Collateral, yo, puestos a escoger un asesino profesional con personalidad, me quedo con esta inmunda bestia camboyana criada en los vertederos de la Asia Extrema.

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