11.6.10

QUERIDA ADELE,



Te escribo porque tras muchos años he vuelto a tu regazo y siento que el tiempo te ha sentado de maravilla. Eso me hace feliz. Has regresado con una colección integral y el primer tomo recoge tus cuatro primeras aventuras, aquellas que releí una y mil veces hace ya más de veinte años. Y hasta te han hecho una película. ¡Quién lo iba a decir!. Algunos tienen dudas, pero a mí no me da miedo: la chica que te hace carne es mona y me cae bien Luc Beson; además tengo muy claro que no será lo mismo porque Adele sólo hay una, y es de papel.



Pues eso, que quería decirte que volví a tus cuatro primeras aventuras y ya no pude parar, y seguí con todas. Me alegra saber que por fin podremos leer El laberinto infernal, que se había quedado inédita. Vuelvo a tus inicios y veo pterodáctilos redivivos del museo de Historia Natural y momias que vuelven a la vida para protegerte. Por en medio se queda una secta babilónica y un pitecántropo culto y enamorado, como yo. Pero creo que esos no van a salir en la película porque todo no puede ser.


Adele, tu eres el folletín y por eso me gustas tanto. Científicos locos, policias absurdos, malechores, sectas secretas, artilugios imposibles. A tu lado hay decenas de personajes que van y vienen, que entran y salen, que mueren y a veces resucitan, regresando en una continuidad tan imposible como alocada; personajes que te odian y aman, y que se persiguen eternamente por las calles de París.

París.

Adele, tú eres París. Y no un París cualquiera. Un París casi mágico, lleno de subterráneos secretos, cementerios, puentes y monumentos donde siempre desaparece gente, un París de jardines botánicos donde te aguardan trampas mortales y a donde siempre acudes porque en realidad te da todo un poco igual. Tu estás ahí no se sabe muy bien cómo, en medio de un ajetreo coral que no olvida gendarmes en bicicleta ni vagabundos bajo un puente. Pobres vagabundos, siempre acaban en las fauces de un monstruo que surge del Sena.


Al final de tu cuarta aventura, querida Adele, tu padre se volvió como loco, llevó al absurdo los cabos que atan todo folletín y, encima, te mató. Hubo quien dijo que le pasó lo mismo que al padre de Sherlock Holmes, pero yo no me lo creo. Llegaba la Primera Guerra Mundial. Las fechas y la historia mandan, y tu padre quiso protegerte de tanto horror, un horror que conoce muy bien. Así que te hibernó.

Regresaste, Adele, con un extraño interludio a cargo de Brindavoine, uno que regresaba mutilado de la guerra y que te estuvo buscando durante una aventura en la que eras como Blancanieves esperando un beso. Es curioso lo de Brindavoine, porque en realidad estuvo antes que tú. Ahora pienso que en un primer momento fue una muy primitiva encarnación de tu espíritu. Un alborotado error de juventud. Un germen que acabó formando parte de tu jardín.


Cuando por fin regresaste, todo fue más loco. Tus aventuras rozaban el absurdo mientras tu leías en la bañera. Ai. Adele en la bañera. También te volviste más autoconsciente. Te sabías personaje de un tebeo con sus propias claves y así lo confesabas de vez en cuando. Y los horrores de la guerra vividos por tu portadista pulp creaban pulpos gigantes que encima eran carmesís. Y había un circo e invitados que dibujaban monstruitos. Y científicos locos, esos nunca te faltan revoloteando a tu alrededor. También hubo crustáceos del cretacio en las alcantarillas y mujeres celosas que se vestían como Irma Vep, la de Feuillade, para matarte. De esto me doy cuenta ahora porque a Musidora la conocí después de tí..

Y hasta te salió una hermana pequeña que nos dejó en albis, a la espera de ese laberinto infernal que por fin podremos leer, aunque sea a otro tamaño.

Querida Adele, perdona por el rollo. Podría haber sido mucho más escueto y directo. Podría haber ido al grano mucho antes.

Querida Adele, te quiero.

7 comentarios:

C. Rancio dijo...

<span>Canalla! Adèle es mía, mía, MÍAAAAAA!!!!</span>

Isabel dijo...

<span>Vaya, y dónde estabas para enseñarme a "leer" comics?</span>
:-)

Evil Preacher dijo...

En la película (aquí la estrenaron el 14 de abril) no sale Adèle; está protagonizada por una mujer estúpida, cabezota y egoísta. Si pretendían basarse lejanamente en el personaje de los tebeos han fracasado estrepitosamente. Los monstruos y personajes de los primeros cuatro álbumes se mezclan en un cóctel sin sentido. Cada vez que se vislumbra una buena idea, sacada del tebeo, indefectibemente se hunde. Para aquellos que no amen a Adèle será solo una película aburrida más.

Vivaldo Moore dijo...

¡Caramba, no conocía a esta Adèle! Tendré que buscarla. Sobre todo por la enorme admiración que siento por el trabajo de Tardi. Especialmente por El demonio de los hielos, historia que, imagino, también será de su gusto, maese Absence (y decuento que del Predicador Malvado, que ha mostrado amar esos tiempos).

Irma Vep dijo...

<span>Me encanta la carta...gracias por denunciar a las imitadoras...yo por mi parte nunca tuve nada contra Adéle... ;) </span>

Darry Hickson dijo...

Adèle Blanc-Sec de vuelta?? Y con película???
Y yo sin enterarme...

Luis Miguez dijo...

<span>la verdad es que hace falta ser horroroso para conocer a Adèle y no quererla.</span>