20.7.09

STAR TRASH CRASH, ENTRE AMIGOS

Tras el éxito (irrepetible) de su primera edición, el próximo sábado 25 de julio regresa Trash entre Amigos. A las diez de la noche en los cines Casablanca-Kaplan de Barcelona, con Raúl Michinela, Rubén Lardín, Nacho Vigalondo y yo mismo comentando una peli en directo con la participación del público. Y la película escogida es una auténtica joya de la space opera sin complejos: Star Crash, aquí estrenada como Choque de Galaxias. La mejor de las explotaciones de la saga de Lucas, que en ciertos aspectos mejora el original (mejor Stella Star que Han Solo) y en otros antecede sus secuelas.

Les dejo con el trailer, la crítica publicada en La Vanguardia tras su estreno (firmada por A. Martinez) y algunos carteles. Aquí la reseña de Viruete (no la lean si van a venir) y aquí una web dedicada al filme. Y respecto a Trash entre Amigos les remito a su blog oficial y a su grupo de Facebook.



Crítica publicada en La Vanguardia el 4 de abril de 1979:
Los cineastas se mueven ahora por los infinitos espacios siderales como Pedro por su Casa. Para sus desbordamientos imaginativos no hay normas ni límites. Su fantasía, desbocada, supera las «anticipaciones» que imaginara, en su tiempo Julio Verne. Todo lo que presintió como posible el fértil novelista francés, no pasa ahora de un cuento infantil. Bien es verdad que mucho de lo que Verne imaginara —El viaje a la Luna», «La vuelta al mundo en ochenta días», etc.— se ha visto ampliamente superado por la realidad, Y es natural que ahora se imaginen cosas más fabulosas, más fantásticas... Algo que no nos encontremos, como quien dice, a la vuelta del año 2000 que casi estamos tocando con la mano.
En esta película se lucha ya nada menos que por el dominio del universo entero, la hegemonía cósmica. En un grupo de estrellas —una gran galaxia— reina un emperador, aunque la verdad es que no sabemos —ni se nos dice— cómo ha llegado hasta allí y ha formado su Imperio.
Y en otra galaxia, existe y actúa perversamente un conde draculiano, encarnación del mal, que quiere deshacer el dominio del emperador, y apoderarse del mando de todo.
La película oscila entre la ciencia-ficción, el cine de terror y la revista, tipo teatro Apolo. Por ejemplo, la mejor piloto al servicio del emperador es una especie de Tania Doris, que habitualmente viste como si fuera a actuar, de un momento a otro, en una revista. También en algunos otros momentos del filme vemos guapas muchachas, muy ligeras de ropa, como estlk de esculturales vicetiples...
Pero lo que constituye la gran fuerza de atracción de la cinta son los fabulosos vuelos espaciales, las extrañas y sorprendentes máquinas voladoras, las armas que lanzan misteriosos rayos de la muerte, los «robots» que actúan como personas humanas, las espectaculares explosiones que destruyen planeta, enteros, etc etc. Todo esto, que entra de lleno en el capitulo de los efectos especiales, es lo que hace que la película, dentro de su ingenuidad elemetal, un conjunto de hechos de esplendida y terrorífica grandeza, incluso en algún momento desbordante. Tanto, que de no ser por su sobrecarga de violencia, podría ser especialmente recomendable para el público infantil, tan anhelante de lo fantasmagórico. De todos modos, cualquier clase de público, ya sea infantil o adulto, se sentirá atraído por este sensacional despliegue de trucos técnicos de inaudita grandeza y de una casi inimaginable belleza y novedad, concebida con une magnitud a la que sólo puede llegar el cine. Los actores se comportan todos bastante bien, dando a sus singulares cometidos el incentivo que requiere. Se destaca especialmente por su dinamismo y su belleza, Caroline Munro, que es tan bonita mujer como excelente actriz.





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