27.4.08

AGENDA POLÍTICA Y ALARMA SOCIAL

mister mystery 13

En Inglaterra, Fangoria provocó una Pesadilla en Downing Street para la primera Margaret Thatcher, que la calificó de «absolutamente atroz» y mandó a un miembro del parlamento a investigar si la revista incumplía la Ley de Publicaciones Obcenas de 1959. No lo hacía. El episodio recordó a un momento similar de los cincuenta, cuando, en el momento álgido de las batallas de la censura, Winston Churchill solicitó oficialmente que se le enviara un fajo de tebeos de horror a la residencia del primer ministro con intención de ponerse al día. Más tarde afirmaría no haber tenido tiempo para leerlos.
Extracto de Monster Show, de David J Skal (Intempestivas, Valdemar, 2008). Más que la noticia sobre el conocido magazine sobre cine de terror, me llama la atención la referencia el Primer Ministro británico, ganador de la IIGM, y su interés (finalmente relativo) sobre el escándalo de los tebeos de horror importado directamente de los EEUU (aunque la censura británica al respecto tiene episodios importantes al respecto: muchas de las películas de la Universal fueron censuradas en su momento). Skal apunta como fuente el New York Times de 12 de noviembre de 1954, en el que se incluía una noticia con el siguiente titular Churchill plains to read horror comics to see whether they should be banned. Whertham había fabricado un escándalo sin una base teórica, las revistas de amas de casa lo habían impulsado y, finalmente, llegaba a la prensa generalista de masas. El problema de los tebeos de horror generaba alarma social y se incluía en la agenda del político como tema por el que debían mostrar público interés. Sabemos que llegó al senado estadounidense, pero el episodio británico lo desconocía. Churchill, puro en boca, quiso leer tebeos de miedo en su sillón orejero para conocer de primera mano el problema. Luego acabó por dejarlos a un lado. He googleado en busca de más información al respecto y sólo he dado con una referencia en las memorias de Harold Macmillan, sucesor de Churchill y anteriormente miembro de su gabinete:
"I do like detailed history» Macmillan enthused in these diaries, which are indeed full of marvellously enriching details. There are fascinating glimpses of Cabinet meetings, such as the excitement when samples of American "Horror comics" («nauseating and sadistic», Macmillan thought) were handed round by the Home Secretary, who wanted to ban them. Ministers grabbed them eagerly. «I say, Fred, you might give a chap a chance», one impatient minister grumbled to Lord Woolton, who was hogging a copy.
Me hace una gracia tremenda esa imagen del gabinete de ministros en el que se reparten tebeos de miedo para que todos los miembros del gobierno conozcan de primera mano el problema. Por cierto, ilustran esta entrada las portadas de Mister Mystery #13 (1953) y Weird Mysteries #5, tebeos de la Key que lucían espectaculares portadas del gran Bernard Baily y que, por cierto, parecen sugerir una curiosa continuidad entre ellas: primero se hierve la cabeza, luego se extrae el cerebro.

weird mysteries 5

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