18.3.08

WE WANT THE AIRWAVES #05/08





Les dejo el repaso a los tebeos comentados el pasado martes 11 de marzo en el Cabaret Elèctric de IcatFM. Pueden descargar el audio aquí o escucharlo en streaming desde la web de la sección dándole al altavoz correspondiente, que en esta ocasión se enmarca bajo el título de "Épicos, místicos y orientales", un pupurrí, más breve de lo habitual, dado que parte del tiempo habitual se dedicó luego a hablar de un icono pop del tamaño de Bruce Lee junto al periodista Toni de la Torre, autor de Be Water, My Friend: Filosofia de Bruce Lee para la vida diaria. Aprovecho para anunciar que hoy, a eso de las 22:30, tendremos como invitado a Jaime Martín par ahablar, sobr etodo, del exelente Lo que el Viento Trae. Se sortearán tres ejemplares, por cierto. Y ahora pasemos a los tebeos.

La Odisea de Martín Saurí y Francisco Pérez Navarro (Norma)

Con aromas de clásico español se recupera una obra cuya primera edición, hace 25 años, yo no recordaba, cosa que por otro lado nada significa. Adaptación fiel del clásico de Homero, contiene un ejemplar trabajo de síntesis argumental a cargo de Pérez Navarro y un espectacular dibujo en blanco y negro, clásico y académico en el trato de la figura humana, barroco y detallista en el diseño de página, a cargo de Martín Saurí, muy en la línea de la escuela de dibujantes de Selecciones Ilustradas de los 70. Correcto.

Castaka de Alejandro Jodorowski y Das Pastoras (Norma)

Impresionante. Precuela de La Casta de los Metabarones, es cierto que Jodorowski explica la misma historia que viene desarrollando desde hace ya décadas, llena de simbolismos mesiánicos y violencia iniciática. En intramuros lo definen muy bien, así que mejor no esforzarme para acabar repiteindo con diferentes palabras:
“ritos iniciáticos, mutilaciones, traumas familiares, batallas ultraépicas y simbolismo a go-go.”
No se me despisten, que sea lo mismo de siempre no es un elemento negativo o que le reste interés, al menos para mí. La lectura de su obras, a poco que el brío esté ahí (como es el caso), me sigue entusiasmando. Pero es que a Castaka hay que añadirle un elemento crucial que suma muchísimos enteros: los dibujos de Das Pastoras. Si en Las Heresiarcas, con guión de Carlos Portela, la cosa era para quitarse el sombrero, aquí ya me quedo sin adjetivos para describir el éxtasis gráfico y visual que alcanzo ante los dibujos y los colores de este gallego nunca suficientemente vindicado. Muy Bueno.

Bokko de Hideki Mori (Ponent Mon)

A poco que me despiste acabo sometido a la lectura de una saga manga tras otra, en una alternancia personalmente curiosa. Parece que escojo bien los títulos y me encadeno a un seguimiento esclavo, por adictivo e impaciente. Desde ese punto de vista, el manga del momento es Bokko, ambientado en la china milenaria (aproximadamente en el 600 a. C.) dividida en siete reinos en guerra y protagonizado por un monje perteneciente a la orden de los Mo Xia, pacifistas expertos en tácticas defensivas. Los tres primeros volúmenes, devorados de manera entusiasta por mi parte (y ya hay un cuarto a la venta, esperándome) se centran en la defensa de la ciudad de Liang, en el entrenamiento de sus lugareños y las consiguientes batallas, llenas de epicidad, emoción y, también, humanismo. Narrativamente es ejemplar, y el protagonismo entre lo individual y lo colectivo, lo bien que se describen las pulsiones humanas en tiempos de guerra sin cuartel, la cantidad de tretas, artimañas y estrategias perfectamente descritas, y la emoción inherente lo convierten en uno de los tebeos más adictivos de la temporada. En la web de Ponent Mon se pueden descargar las 52 primera páginas. Buenísimo y muy recomendable.

Usagi Yojimbo de Stan Sakai (Planeta)

Ando estos días recuperando, con calma, un tiempo perdido en el que sin darme cuenta he acumulado sin leer los últimos volúmenes de esta obra maestra. Son ya dieciocho volúmenes, creo recordar, los publicados por Planeta desde hace una década, Creo que en un mercado con tan poca paciencia para el largo recorrido como el nuestro, nada muestra mejor su calidad que la permanencia del ronin con forma de conejo creado por el norteamericano de origen japonés Stan Sakai. No tengo ninguna duda de que es ya un clásico y una obra a enmarcar por la sencillez y claridad que desprende, virtudes que siempre han de ser tenidas en cuenta porque en cómic a menudo lo sencillo implica una enorme complejidad. El elemento antropomórfico, con el tiempo, es casi anecdótico, pues uno no ve ya conejos y rinocerontes haciendo de samuráis sino personajes perfectamente trenzados. Y luego está la delicadeza, el rigor y el buen hacer con el que se recrea una tradición histórica tan rica como la del Japón feudal. No sólo en lo que a samuráis, ronins, intrigas palaciegas y señores de la guerra compete, sino también por lo que hace a las leyendas fantásticas, a todo el rico bestiario de espectros y fantasmas propios de la tradición popular nipona, a la recreación de las tradiciones culturales y sociales, y hasta de los arquetipos (el jefe de policía, el samurai ciego) inherentes a la cultura japonesa. El resultado es un fresco tan apasionante como divertido. Imprescindible.

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