18.4.13

RESEÑAS ILUSTRADAS DE AYER Y HOY

Veo que hace ya unas cuantas semanas que no enlazo por aquí las reseñas y críticas de cómic que voy haciendo para la web Gencomics. Dado que esto es mi cuartel general (algo destarlado últimamente, sí, lo reconozco), lo suyo es que desde aquí vaya repartiendo juego de aquí para ya, así que les dejo los enlaces a esos textos por si no tienen nada mejor que leer o les interesa alguna de las obras. Muchas, por cierto, estaban nominadas a los premios del Saló del Cómic, ya qu eme propuse escribir sobre todos los nominados. Fracasé en el intento.

  
Portugal de Cyril Pedrosa (Norma)

Mira por donde, pude escribir del título que se llevó el premio a la mejor obra extrangera publicada en España en 2012. De ella escribí:
Consigue un ritmo muy especial que envuelve al lector (al menos en mi caso) mientras se permite pasar de lo poético a la comedia de situación (o incluso la road movie). Y luego está lo casa gráfica, que es impresionante y que desarma cualquier pero que pudiera ponerse. 
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Goliat de Tom Gauld (Sins Entido)

Un cómic que me encantó y que me parece una deliciosa maravilla. Escribí cosas como:
De Goliat emana una tristeza muy especial ante lo ingrato del destino y también un humor finísimo y sutil. Una profunda emoción y una nostalgia por dejar pasar el tiempo sin nada que hacer, tirando piedras al desierto mientras esperas la que marcará tu vida.
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Reproducción por mitosis de Shintaro Kago (EDT)

Brutal. Por principios (los míos y torcidos, el mejor tebeo del año pasado). Eso explica mi entusiasmo.

es una sorprendente antología de 14 historietas que muestran su muy enfermo pero también fascinante universo, capaz de explicitar repugnancias más allá de la imaginación al mismo tiempo que experimenta con el lenguaje del cómic como si de un Chris Ware se tratara.
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Los mejores enemigos (Parte 1) de David B y Jean Pierre Filiu (Norma)

Interesante propuesta que busca explicar la historia de las tormentosas relaciones de Estados Unidos con Oriente Medio y el Mundo islámico y surge del fascinante grafismo de David B. O lo que es lo mismo: un ensayo histórico envuelto visualmente de manera única y personal.
los numerosos conflictos que se suceden cuando los barcos estadounidenses se convierten (a sugerencia de la pérfida Albión) en la víctima preferida de los piratas berberiscos. Una historia de saqueos, alianzas, traiciones y cercos marítimos que me ha parecido interesantísima (quizá por desconocerla) y que me ha mantenido muy enganchado a la lectura.

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 Wimbledon Green de Seth (Sins Entido)

Tengo problemas con Seth, lo reconozco en el texto, pero eso no quita que ésta sea una novela gráfica estéticamente bonita y muy divertida por la lectura que ofrece sobre el mundo del coleccionismo de tebeos viejos.
propone un divertido juego paródico, parcialmente metalingüístico, sobre el coleccionismo de cómics a gran escala, como si éstos fueran piezas de gran valor y los profesionales del tema un círculo elitista que compite entre ellos con todo tipo de artimañas, trampas, engaños e incluso como si se tratara de villanos de folletín pop de agentes secretos.
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¿Eres mi madre? de Alison Bechdel (Random House - Mondadori)

Tras esa maravilla que era Fun Home, Alison Bechdel se mete psicoanálisis en vena.
Es una lectura ardua, en ocasiones farragosa y ciertamente reiterativa, en el sentido que da demasiadas vueltas alrededor de lo que quiere contar. También es un profundo tratado de psicoanálisis autoaplicado y todo un ensayo alrededor de la obra del psiquiatra Donald Woods Winicott; y todo eso sin dejar de ser una autobiográfía. 
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La máquina de Efrén de Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou (Sins Entido)

Novela gráfica que continua el relato autobiográfico de Una posibilidad entre mil, aunque si allí se explicaba el impacto que supone tener una hija con parálisis cerebral, aquí todo gira en torno a la adopción de una hermanita etíope.
Una de las virtudes de Cristina y Durán es su forma de afrontar este tipo de historia, un material muy sensible y emocional que requiere del tacto suficiente para no caer en el drama de una telemovie sensiblera y melosa. Ahí la victoria es total, el diálogo con el lector es casi coloquial y hay la voluntad expresa de transmitir optimismo y felicidad pese a las vicisitudes.
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