Esforzado ejercicio de tensión claustrofóbica, Compliance se construye a partir de una llamada telefónica a un restaurante de comida basura de Nebraska denunciando un delito cometido por una cajera y la necesidad de mantenerla retenida. A partir de ahí, una escalada hacia la humillación y la obediencia ciega que me mantuvo atento en una sesión (la de la hora de la siesta) donde puedo ser víctima de cabezadas. Aún así, siempre cuelga del hilo de la verosimilitud (de hecho, se basa en hechos reales) y ahí choca con el espectador mediterráneo por un tema cultural: aquí ni somos tan crédulos, ni tan obedientes a la autoridad ni sufrimos un sistema laboral que amputa cualquier atisbo de queja; aunque en esto último ya estamos por la labor y a velocidad de crucero. En lo que se refiere a la quiebra del ser humano, bueno, ahí sí que somos como todos.
3 comentarios:
Curioso, conozco el caso real (que es una interesante aplicación práctica del experimento Milgram) y he visto el vídeo, que está disponible en la web. Me provoca mucha curiosidad como se puede desarrollar esta peli.
Una película para reflexionar, ¿ese control que ejerce la jefa del fastfood es porque recibe órdenes de la autoridad o es que en el fondo desea demostrar el poder a sus trabajadores/esclavos de una manera humillante?
Spoiler,,, me viene a la memoria la escena inicial con el repartidor y la susodicha dueña.
Absolutamente interesante.
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