El texto está lleno de referencias a viñetas e imágenes, y al concretarlas a continuación traiciono un poco el espíritu de la narración del Butano, pero por otro lado también me apetece reunirlas porque las tengo muy interiorizadas y me han acompañado muchos años.
La historieta de Frankenstein que me leyó mi padre, siendo además uno de mis recuerdos más lejanos relacionados con un cómic, era Las huellas de Frankenstein, y se publicó en Dossier Negro #24 (1971). Fue el primer número de la revista en que apareció material procedente de la Warren, en este caso de Creepy, y dibujado por Reed Randall, un artista que siempre me ha fascinado, por un tratamiento clásico del horror que, al mismo tiempo, me resulta la mar de inquietante. El ojo del mad doctor anciano, por ejemplo, se imprimió en mi memoria para siempre.

Y aquí la más obvia de las imágenes, el laboratorio del doctor Frankenstein en la primera de las películas de la Universal. Es curioso, porque en el Butano hablo de corriente alterna pensando en Nicola Tesla y hoy, al buscar la foto, descubro que el científico colaboró con la Universal (aunque se cita la Paramount) en el diseño del aparato eléctrico.


Estas dos imágenes proceden de El baile de los Vampiros, la película a la que me llevó mi abuela. La escena en que el conde espía el baño de Sharon Tate y luego la ataca es una maravilla de lo vampírico realzada por la banda sonora de Komeda. Hace unos años escribí una entrada llena de amor hacia la película.


O el hecho de que un policía relatara que los niños tenían tanto miedo que arañaban las paredes.
Además, la idea de los túneles del metro como entrada a lo desconocido se reforzó con Regreso al Planeta de los simios, otra peli que vi muy pequeño. Me llevó mi padre.
La visión de la estatua simia que llora sangre entre llamas también me sobrecogió.
Pero sobre todo me cagué vivo cuando los mutantes revelaban su verdadero rostro.
Y para acabar, la joya de la corona, Florence Marly como vampira alienígena en Queen of Blood (Planeta sangriento). La película se emitió una tarde de sábado en televisión a principios de los 70. Un horario infantil que habitualmente se dedicaba al western o la aventura. Esté pequeño clásico de la serie bé se coló y, sin duda, marcó a todos los niños que estábamos reunidos delante de la tele. Y en esa época sólo había dos canales, así que fuimos bastantes. Como no podía ser de otra manera, escribí sobre ella nada más inaugurar este blog.
4 comentarios:
¡¡ Ostras, Sr Ausente, la vampira de "Planeta sangriento"!! Yo tampoco puedo olvidar esa tarde de Sábado en que echaron la maldita película (creo que alguna vez ya he comentado sobre el asunto aquí). Esa si que fue uno de mis terrores infantiles, tuve esos ojos en mi cabeza durante nosecuantotiempo. Otra fue la historieta de Berni Wrightson, "Jenifer", que debí leer a los 10-11. Pero nada como la vampira cabrona. Saludos como siempre.
ME LLAMABAN EL TUNCO MACLOVIO
http://www.youtube.com/watch?v=dGqVp9Aut9E
Aquí uno que se pasó años revisando en cuanto podía la nuca de sus mayores, tras ver una tarde de verano un remake televisivo de "Los invasores de Marte".
<span>Ostras, ya casi no me acordaba de "Planeta Sangriento". Yo, nada más acabar la película, me puse a buscar huevos de vampiro por toda la casa, por si acaso... Y a mí también me aterrorizaron los mutantes de "Regreso al Planeta de los Simios". Bueno, a mí y a toda la chavalería que abarrotaba el cine de barrio donde la ví, que tuvimos que ver esa escena medio tapándonos los ojos.</span>
Alejandro, yo leí "Jenifer" ya bastante mayor por lo que no me dio miedo, solo me pareció un comic magnífico. Pero reconozco que a un chaval de 10 años le tenía que aterrorizar. Es que Wrightson es mucho Wrightson.
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