Amarillo
Es el color de la piel de los Simpson; el amarillo primario de la cuatricromía, si bien con algún matiz que tiende al amarillo limón, al amarillo cadmio claro, al amarillo cromo claro, por usar los términos del atlas de los colores. Sobre tonos amarillos, las interpretaciones son menos unánimes y bastante más complejas porque, en la simbología clásica y mitológica, el amarillo es el color ambivalente y contradictorio por excelencia: así como el amarillo claro (que remite tanto al oro como al sol) es símbolo y metáfora de luz, intelecto, fe, intuición, bondad; en cambio el oscuro denota deslealtad, traición, celos, ambición, engaño, perfidia, avaricia. Entre estos dos extremos, no por casualidad, se pueden incluir las actitudes de los personajes de toda la serie, la cual mezcla a propósito el bien y el mal y los distribuye de manera irónica prácticamente en el interior de cada personaje, o bien los concentra de forma paradójica sólo en algunos de ellos. El color iguala, pues, a buenos y malos, admitiendo que las distinciones sean netas, maniqueístas o ejemplares. El amarillo ha supuesto, en todo caso, la suerte de los Simpson en el plano mediático: una jugada a contracorriente que ha resultado muy acertada dado el éxito de público y de crítica, capaz de combinar la alternativa vanguardista con la exigencia popular.
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