Entenderán que con el abecedario Meyer del otro día me permita relajarme un poco. De hecho, absencito es un genuino vampiro temporal que no me permite disfrutar del ocio pajero pero me produce placer (como buen vampiro). La cuestión es que a duras penas puedo sumergirme en subcultura. Mientras busco huecos para ver, leer y escribir les comento así en plan rápido las tres compras que encargué ayer al otro lado del Atlántico. Suelo comprar devedés de zona 1 una vez al mes o así, y de hecho aún tengo un par pendientes de llegar. Les esbozo un poco las tres pelis escogidas ayer de una larga lista de futuribles.
Por un lado, uno de los grandes clásicos de la Hammer: Frankenstein Must Be Destroyed, hermosa película y un mejor título que aquí se estrenó como El cerebro de Frankenstein. De las mejores incursiones de Fisher en el mundo del más célebre de los Mad Doctors. En esta recuerdo que es más malo, cruel y sanguinario que nunca y el punto de partida es la vuelta de tuerca definitiva respecto al creador y su criatura: el cerebro a transplantar es el del mismo doctor. Hablan maravillas de la edición por lo que hace a calidad de visionado y está subtitulada al castellano, cosa que la hacía imprescindible en mi colección.
La segunda compra es Santo contra los Jinetes del Terror. No tengo mucha confianza depositada en este filme: en 1970 el célebre luchador mexicano ya estaba bastante fondón aunque aún aguantaría unos cuantos años más. El director, un clásico del cinepulp azteca como René Cardona Padre, ya estaba algo mayorcete también pero ofrece ciertas garantías (La Mujer Murciélago u Operación 67 le secundan). Ahora están editando bastantes títulos mexicanos en buenas condiciones (de imagen y, sobre todo, con el audio original que las hace tan divertidas); de esta colección ya me hice con cuatro y éste cae porque es el que está más barato en la tienda que frecuento y porque uno no puede dejar de sentir curiosidad por esta incursión enmascarada al mundo del western. Ver al Enmascarado de Plata de vaquero puede tener su aquel.
Finalmente, una serie B de finales de los 50: The Alligator People. He leído que no está mal, dentro de la modestia de este tipo de productos y pese a contar con la presencia del tremendo de Lon Chaney Jr.. Recuerdo haber visto fotos de pequeño que llamaron mi atención, no sé si en Famosos Monster del cine o en Vampus. La foto en cuestión es la que les pongo justo aquí abajo y debo reconocer que quedó grabada en mi impresionable memoria adolescente.
Ahora tienen que llegar y encontrar un hueco en la pila de cosas para ver y comentar por aquí.
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