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31.1.07
LOS TUTUBOS AUSENTES (XXVI): GORILA GIGANTE INTERRUMPE AGRESIÓN SEXUAL
El Fragmento corresponde a The Mighty Peking Man, un clásico del Blog Ausente sobre el que ya lo dije todo.
30.1.07
WASHINGTON DECLARA LA GUERRA A LOS HOMBRES MISTERIOSOS
Llevo meses leyendo sin parar decenas de tebeos. Llevo meses apilando muchos de ellos justo aquí, a mi lado, con la esperanza de encontrar un poco de tiempo y hablar sobre ellos porque lo merecen. Pero en mi variada hiperactividad actual no encuentro el momento. No puede ser. Algunos son auténticas joyas y ustedes DEBEN saberlo. Es el caso de DC: The New Frontier de Darwyn Cooke. Lo disfruté hace ya semanas, pero es que si no lo digo implosiono.
Seré muy rápido, no hay tiempo para más. Y quiero que el mensaje sea claro, conciso y contundente: La Nueva Forontera (el nombre viene del concepto ideológico de JFK) es uno de los mejores tebeos de superhéroes que he leído en mi vida. Las razones son muchas, innumerables. Por un lado el exquisito cariño hacia los personajes en una historia que es puro gozo pulp: islas pobladas por dinosaurios, Guerra Fría, Paranoia anticomunista, paranoia alienígena, disfrute atómico, reptiles gigantes atacándo ciudades. Supongo que si son lectores veteranos del Blog Ausente comprenderán que mi entusiasmo ante todo lo dicho desafía cualquier contenedor de emociones.
Y todo envuelto con el exquisito dibujo de Darwyn Cooke, en el que la hermosa tradición cartoon se arrejunta con Jack Kirby para recrear una década de los 50 absolutamente bella. Es que todo es de una exquisitez que tumba. Una fantástica recreación de los años oscuros de los superhéroes (jugando con un hecho real: su decadencia y la cruzada antitebeos), plagados de guiños a personajes de la época (de los fantabulosos Challengers of the Unknown al Príncipe Vikingo, pasando por la drogadicción de Hourman), que sabe dar protagonismo a quien lo merece (Green Lantern, Flash, El Detective Marciano), en un recital de dibujos hermosos que lo convierten en un goce estético para cualquier fanático del retrofuturismo cincuentero. Además, no creo que la ignorancia respecto a los vericuetos del Universo DC pueda ser un handicap de lectura. Está todo muy bien explicado. Belleza e inteligencia, eso que muchos creen un imposible, al servicio del entretenimiento pop. La historia, sí, recuerda en su punto de partida a La Edad de Oro de Robinson y Smith, pero creo que hay una diferencia fundamental. Aquella era hija de su tiempo, en plena resaca Watchmen. La Nueva frontera es un tebeo del siglo XXI. Y por tanto se coloca a Años Luz. Les dejo tres portadas que me sulibellan, en las que Cooke juega con lo icónico y hace evidentes sus vínculos con el cartoon modernista de los 50. !Ai¡ Qué cosa tan buena y tan bonita.
29.1.07
Simpsonario (DXXVIII)
Revilla, Carlos
Actor y director de doblaje en España. Nació en Salamanca el 22 de enero de 1933. A los 20 años decidió dejar sus estudios de medicina para formar parte del cuadro de actores de la cadena SER y fue a partir de ese momento cuando comenzó su carrera en el campo del doblaje. Desde los años 50 y hasta que falleció de un ataque al corazón el 28 de septiembre del año 2000 a los 67 años de edad, realizó numerosos doblajes en español, tanto de cine como para la televisión. En su larga trayectoria cedió su voz a actores como Cary Grant, James Stewart, Michael Caine, Bill Cosby, Jack Lemmon, Humphrey Bogart, Robert Duvall, Rock Hudson, Groucho Marx, Robert Mitchum y Peter O'Toole. Una de sus especialidades fue la animación, campo que le permitía lucir al máximo la gran variedad de registros que poseía. Dirigió los doblajes de series como Futurama, South Park o Los Simpson, participando también en todas ellas como actor de doblaje. Fue esta última la que inmortalizaría su versátil voz al doblar a Homer Simpson, uno de los personajes principales. Tras la 11ª temporada, y a causa de su muerte, fue sustituido por su compañero Carlos Ysbert. Uno de los principales motivos del éxito de Los Simpson en España fue la labor de traducción y especialmente de adaptación realizada por Revilla, quien fue premiado en agosto de 2000 por la propia 20th Century Fox, que reconoció el doblaje español de Los Simpson como "el mejor que tiene la serie en toda Europa". Otros doblajes por los que es recordado son: La hora de Bill Cosby y El coche fantástico, serie en la que puso voz a KITT, el coche protagonista. Como director de doblaje destacan sus trabajos en Frasier y Twin Peaks. En un capítulo de Los Simpson la familia intenta animar a Homer poniéndole una película en la que aparece el coche fantástico hablándole directamente a él, y Carlos Revilla se reservó el papel de KITT. Lo mismo ocurre en otro capítulo en el que Homer está sentado ante la televisión viendo con sus hijos La lancha fantástica, una supuesta parodia de la serie, y la lancha habla también con la voz de Revilla.
Nota: Esta entrada no es más que un corta y pega de la ficha de la Wikipedia dedicada a Carlos Revilla. Tan sólo me gustaría añadir una cosa: con el doblaje de lso Simpson me pasa una cosa que no me sucede con ningún otro doblaje; lo he hecho mío. En la Mansión Ausente, si hay opción para la versión original con subtítulos en castellano, esa es siempre la elección. Es una regla fija que sólo tiene una excepción: los Simpsons. Estoy tan habituado a ese doblaje que verlo en la versión original me resulta súmamente extraño
Actor y director de doblaje en España. Nació en Salamanca el 22 de enero de 1933. A los 20 años decidió dejar sus estudios de medicina para formar parte del cuadro de actores de la cadena SER y fue a partir de ese momento cuando comenzó su carrera en el campo del doblaje. Desde los años 50 y hasta que falleció de un ataque al corazón el 28 de septiembre del año 2000 a los 67 años de edad, realizó numerosos doblajes en español, tanto de cine como para la televisión. En su larga trayectoria cedió su voz a actores como Cary Grant, James Stewart, Michael Caine, Bill Cosby, Jack Lemmon, Humphrey Bogart, Robert Duvall, Rock Hudson, Groucho Marx, Robert Mitchum y Peter O'Toole. Una de sus especialidades fue la animación, campo que le permitía lucir al máximo la gran variedad de registros que poseía. Dirigió los doblajes de series como Futurama, South Park o Los Simpson, participando también en todas ellas como actor de doblaje. Fue esta última la que inmortalizaría su versátil voz al doblar a Homer Simpson, uno de los personajes principales. Tras la 11ª temporada, y a causa de su muerte, fue sustituido por su compañero Carlos Ysbert. Uno de los principales motivos del éxito de Los Simpson en España fue la labor de traducción y especialmente de adaptación realizada por Revilla, quien fue premiado en agosto de 2000 por la propia 20th Century Fox, que reconoció el doblaje español de Los Simpson como "el mejor que tiene la serie en toda Europa". Otros doblajes por los que es recordado son: La hora de Bill Cosby y El coche fantástico, serie en la que puso voz a KITT, el coche protagonista. Como director de doblaje destacan sus trabajos en Frasier y Twin Peaks. En un capítulo de Los Simpson la familia intenta animar a Homer poniéndole una película en la que aparece el coche fantástico hablándole directamente a él, y Carlos Revilla se reservó el papel de KITT. Lo mismo ocurre en otro capítulo en el que Homer está sentado ante la televisión viendo con sus hijos La lancha fantástica, una supuesta parodia de la serie, y la lancha habla también con la voz de Revilla.
Nota: Esta entrada no es más que un corta y pega de la ficha de la Wikipedia dedicada a Carlos Revilla. Tan sólo me gustaría añadir una cosa: con el doblaje de lso Simpson me pasa una cosa que no me sucede con ningún otro doblaje; lo he hecho mío. En la Mansión Ausente, si hay opción para la versión original con subtítulos en castellano, esa es siempre la elección. Es una regla fija que sólo tiene una excepción: los Simpsons. Estoy tan habituado a ese doblaje que verlo en la versión original me resulta súmamente extraño
CINE EXTREMADAMENTE MANIERISTA AL SERVICIO DE LA VIOLENCIA Y LOS BAJOS INSTINTOS
Creo que ya iba siendo hora de recuperar la serie de reseñas dedicadas a la filmografía de Meiko Kaji. En concreto, con Female Prisoner Scorpion: Beast Stable (1973), tercera entrega de las peripecias de Scorpion, la peligrosa presidiaria vengativa, y la última dirigida por Shunya Ito. Meiko aún protagonizaría una cuarta de esta paradigmática saga por lo que a la serie bé nipona erotico-violenta o Pinku Eiga setentero respecta. No está mal recordar que lo sorprendente del subgénero, claramente exploit pero con el añadido de proceder de una cultura muy diferente a la occidental, es precisamente eso, el tremendo contraste con, por ejemplo, el eurotrash. En el Pinku Eiga japonés la violencia sexual resulta diferente, mucho más cruda, sexo y sangre, los desnudos nunca son integrales; al mismo tiempo, la exquisitez visual es frecuente. Sí, son series bé, pero el empaque es tremendo, en las antípodas del zoom entre matos y los interiores iluminados con bombillas de 100 vatios habituales en buena parte del eurotrash, especialmente el mediterráneo.
Si en la fundacional Female Prisoner 701: Scorpion nos encontrábamos con una de las mejores wip movies de la historia, donde el contraste entre exquisitez visual y los momentos de bizarría filmica (y si no recuerden el Tutubo que les puse hace unos meses) era compensado, con la primera secuela, Female Convict Scorpion: Jailhouse 41, el tono del asunto se disparaba más por la parte arty, también en el argumento, con toda esa fascinante odisea de las presas huidas que, a ratos, es una siniestra historia de brujas. Beast Stable se va al otro extremo del tablero y opta a ratos por el relato intimista nipón (los silencios son eternos y Meiko sólo dice un par de palabras en todo el metraje, si llega) y a ratos explota en una borrechara de violencia contundente y pulp de bajos instintos que si no fuera por el cuarto de hora final, no tendría la consideración de wip movie. De hecho, no lo es.
El inicio no puede ser más revelador. Scorpion huye en el metro de un policia. Acaba recorriendo las calles de Tokio esposada al sangrante brazo amputado de un inspector de policia. El inspector manco (hum, otro oriental minusvalido). Suena Flowers of carnage (una de las canciones de Meiko recuperadas por Tarantino para Kill Bill) mientras transeuntes casuales contemplan asombrados la escena. La cámara está escondida, por lo que nadie la mira y sí a la chorreante extremidad colgante. La venganza del policía, junto a una trama ambientada en el mundo de la prostitución, con otra antigua reclusa ejerciendo de cruel ama de la red, son los dos motores de la acción. Como lo eran, más o menos, de las anteriores: la reclusa arpía y el vengativo carcelero tullido (tuerto, para ser exacto).
Es justo decir que el filme sufre de cierta irregularidad. Es generosa en sexo inmovil de prostitutas que iluminan sus coños con cerillas, generosa en silencios bostezantes que se interrumpen constantemente con fugazes flashes de abrumadora estética: cromatismos arrebatados; planos torcidos; planos cenitales; flashbacks acertosos; elipsis entre sábanas manchadas de sangre abortiva; escopes virtuosos con un gran tratamiento del primer plano lateral y el fuera de campo, a veces por partida triple. También hay un gran uso del sonido: la fregona del final, el alambre que estrangula o esa maravillosa escena de las reclusas haciendo labores de zurcido, con una Meiko amenazante al fondo de la mesa.
Toda esa imaginería se ve alterada por la agresividad argumental y por los desmelenes pulposos. (Y por los silencios bostezantes, claro). Cine manierista al servicio de los bajos instintos. La contundencia es explícita, o casi. Violencia gratuita a todos los niveles: Scorpio separando a mordiscos el brazo amputado al que está unida, la historia de la prostituta que entrega su cuerpo a su hermano deficiente mental, agresiones sexuales en grupo, exagerados abortos forzados (con garfios y sin anestesia), pop nipón como bandas sonora para la quiel quemada, incestos fundidos entre llamas, bisturís desgarrantes, palos de golf para comprobar la pureza del himen. Sangre y sexo. Si son ustedes gentes sencillas y sensibles, esta NO va a ser su película favorita.
A eso, como decía, hay que añadir el desmelene pulp, con la recreación de la pérfida madam como ejemplo inequívoco. Gesticulante al extremo (y con lo mal que gesticulan los orientales, hijos de una hierática tradición actoral), también por sus vestidos chillones, de plumas y purpurina, casi como si fuera uno de los extraterrestres del tercer planeta del agujero negro de las películas de Godzilla. Ya saben, ese curioso hábito de la cultura pop de serie bé nipona de vestir a los villanos de opereta, con el horizonte del ridículo superado con creces. También toda la resolución de la historia es harto pulp, con esa Meiko resucitando entre orines de alcantarilla, convertida en un aún más silencioso espectro de venganza y ejecutando, al final, un plan imposible.
Beast Stable es obvio que resulta inferior a los dos títulos que la preceden, pero yo no dejo de visionar con perplejidad este cine. Los contrastes, ya sean los propiamente culturales o esos abruptos saltos entre lo bello y lo ridículo, ejercen su poder. Y más en un indagador del cine zafio y/o extremo (pero pulpipop) como yo. Les dejo con algunas capturas comentadas al estilo ausente.
Puta Trágica calentando su entrepierna con cerillas
A este policía le falta un miembro
Macarrismo cool
Trabajando con el palo de golf
El curioso y silencioso flashback mental. La villana disfrazada y luego, en el mismo escenario, vestida de reclusa. El espectador atento entiende el pasado, proque decir, se dice poco. La película se explica a golpes de mirada de odio. Los ojos de Meiko Kaji, sí.
Drogando a Meiko.
Incesto fundido entre llamas
El espanto surge de la tumba
Menudo pedazo de análisis
DE LA ACUMULACIÓN Y LOS INVENTARIOS DELEITOSOS
Listar. (De lista). 1. sentar o escribir en lista.
Lista. 3. Enumeración, generalmente en forma de columna, de personas, cosas, cantidades, etc., que se hace con determinado propósito.
~ negra. 1. Relación secreta en la que se inscriben los nombres de las personas o entidades consideradas vitandas.
En la Lista Brutta están, precisamente, charloteando (balbuciendo, cuchicheando, vociferando, departiendo, musitando) sobre listar. Hacer listas. Lo que se tiene. Lo que se quiere. Lo que se aprecia. Lo que hay.
Nunca he hecho listados por placer pero siempre me lo ha dado hacerlos. El placer ese egótico. Listados sobre lo que se tiene. Lo que se acumula. Lo que falta.
No fui un adolescente que hiciera listas por placer. Recuerdo que a finales de los 80 comencé a listar las historietas contenidas en las revistas de comic de la época. Empecé por el 1984 y luego continué con Metal Hurlant. Pero ahí se paró. La escribí a mano, con ese deleite que se siente al escribir ocioso en modo más o menos mecánico. Con buena letra. El acto físico de escribir a mano (no teclear) siempre me ha gustado. De hecho, siempre he considerado que mis grandes proezas estudiantiles y universitarias llegaron por ahí, por dedicarme a escribir en los exámenes embelesado por el acto mecánico en sí. Uno de los pocos ámbitos gráficos en los que he alcanzado cierta pulcritud estética. Aún guardo ese listado en alguna carpeta de algún cajón, aunque es cierto que la última vez que me detuve en él el tiempo había empalidecido la tinta.
Mi primer gran listado data de 1995. Fue informatizado, con lo que el deleite de la escritura se perdía. A esas alturas de mi vida se permutaba con la lujuria de la acumulación, con el gozo nada romántico del acopio tamizado con una cierta excusa por lo documental y lo utilitarista. Era un listado de uve hache eses que grababa de la tele. Unas mil y pico cintas, a ele pé, es decir, unas tres mil películas. Una base de datos muy simple por pura necesidad organizativa. Apuntaba sólo contenido (básicamenet título) y número de cinta en que se hallaba. Localizar, saber si se ha grabado. Esas cosas. Ha sido útil y aún lo es, pero menos. La muerte del magnetoscopio como tecnología punta visual y doméstica acabó con él.
Más tarde listé todos mis tebeos. Era por pura necesidad completista. Llegaba a casa de compras por tiendas de segunda mano y descubría que el número comprado ya lo tenía. Aquello no podía ser. Además, la situación económica había cambiado. Tenía dinero y pocos gastos, por lo que me dediqué a gastara sin ton y con son. Fue hace unos siete veranos. Vacié estanterias, limpié de polvo, reorganicé (sin saber que el fantasma de una madanza estaba sobrevolando cerca) y apunté. Un archivo word alfabético, ordenado por editoriales, formatos y colecciones. Un corta y pega al azar:
1. PLANETA
1. FORUM
1.1.1. COMIC BOOKS MARVEL
(...)
Caballero Luna v1 1 a 15
Caballero Luna & Nick Fury agente de SHIELD (MTO) 16 a 19
Caballero Luna v2 1 a 7
Caballeros de Pendragón 1 a 18
Cable v1 1 a 21
Cable v2 1 a 49
Capa y Puñal 1 a 13, 15, 16
Capa y puñal & La Cosa (MTO) 17 a 23
Capitán América vol. 1: 1 a 50
Especial Primavera 87
Especial Verano 87
Capitán América & Thor v1 MTO: 52 a 76 (f) (Marvel Two in One) + Thor
Especial Invierno 91 (Factor Terminus)
Especial invierno 93 (Tactica Von Strucker)
Especial primavera 93 (Ciudadano Kang)
Capitan America & Thor MTO v2 1 a 13
Capitán America v3 1 a 11
Capitan America Heroes Reborn 1 a 12
Capitán America v4 1 a 27
Capitan America & Ciudadano V Especial 1999
Capitán América v5 1,2 (falta hasta 20, sigue Panini)
(...)
ó
15. REVISTAS DE EDITORIALES VARIADAS
(...)
Dossier Negro: 2, 8, 9 a 13, 15 a 19, 22, 24, 30 a 59, 61 a 63, 65, 66, 68 a 74, 76 a 79, 85 a 87, 100, 105, 107, 114, 216, 217 (interesa el 214), Extra 1 (Noviembre 1972), Extra Invierno 73
(...)
En Times New Roman con tamaño de fuente 10. Lo cierto es que me resulta muy útil, que es de lo que se trata. Lo mantengo actualizado y a día de hoy ocupa 98 folios, pero piensen que en algunas colecciones se listan títulos de álbumes por línea, uno a uno. No es que haya mucho criterio en eso, pero colecciones, no sé, como Cimoc Extra Color lo requieren.
Más tarde listé los álbumes de música que me bajaba. Ah. Qué feliz fui con Audiogalaxy y con SoulSeek. Un sueño reiterativo que me acompañó toda mi adolescencia, como comprador compulsivo de vinilos que fuí, era estar en una tienda de discos enorme, repleta y vacía de personas, en las que yo tenía tiempo de recorrer pilas con los dedos y llevarme todo lo que pudiera sin pagar. Quién me iba a decir que ese sueño se haría realidad veinte años más tarde. Por cierto, otro sueño reiterativo es descubrir tebeos imaginarios, con un aspecto y portadas asombrosas, en una librería de saldo. Es un sueño que a veces se torna pesadilla cuando descubro que no llevo dinero para comprarlos e intuyo que nunca jamás volveré a tenerlos en mis manos. Y siempre es muy triste, los compre o no, despertar y saber que no existen.
Esta lista de discos, en word y alfabética, era tambíen por necesidad. No repetir. Cubrir huecos, discografías. Además de facilitar el intercambio. Esa actividad a la que no estaba físicamente acostumbrado. Bajaba mucho y, ya se sabe, no escuchaba casi nada. Recuerdo que Umberto Eco, en su ensayo Cómo se hace una tesis doctoral" comentaba que la actividad de hacer fotocopias era peligrosa para el estudio. El tiempo invertido ante la máquina de fotocopias y la acumulación del dato en sí produce el falso efecto de creer que ya es sufiente. Ya se tiene para cuando se necesite y, por tanto, no hace falta leerlo. Bajar un div equis, por ejemplo, no es ver la película, por mucha complacencia que nos ofrezca observar como se van completando los archivos, como se fraccionan y empequeñecen las barritas azules. El listado de emepetreses, por cierto, está desactualizado, aunque no lo suficiente. Pero está muerto. Ya casi no me bajo música, he perdido el nexo de la modernez (yo, que fuí el tipo más cool del mundo) y tan sólo me preocupo de seleccionar boogaloos encefálicos y escucharlos reiteradamente hasta que creo estar preparado apra escribir sobre ellos.
En estos momentos me encuentro incapaz de listar los divx descargados ni los dividís copiados. Y no me vendría mal, ya que son de consulta. Pero no es ya que no tenga tiempo ni de visionar lo que bajo, es que ni siquiera de listarlo. Tampoco he listado los dividís comprados, pero ahí mi memoria visual funciona bien. De momento.
WHITE TRASH FERIANTES
El colega del operario acompaña a la Compañera Nativa por la escalera de acero gofrado, le pone la correa de seguridad dentro de la cabina y levanta el pulgar en dirección al operario, que suelta una especie de grito salvaje y tira de una palanca. La cabina de la compañera N. empieza empieza a ascender. Unos deditos aparecen de forma patética en la malla metálica de la cabina. El operario de la Cremellara no tiene edad, está tostado por el sol y lleva un bigote encerado con los extremos perversamente apuntados como astas de novillo; con una mano se lía un cigarrillo mientras con la otra va levantando palancas de forma que la elipse se acelera y las cabinas individuales empiezan a girar de forma independiente sobre sus goznes. La Compañera Nativa es un borrón de color dentro de su cabina, pero el operario y su colega (que lleva los vaqueros tan caídos, a la altura de las caderas, que se le ve claramente el nacimiento de la raja del culo) contemplan con gesto meditabundo cómo su cabina giratoria y el resto de las cabinas vacías dan aproximadamente una vuelta por segundo a la elipse. (...) La Cremellera es del color de los dientes sucios, con enormes costras de oxido. El operario y su colega están sentados en un banquito de metal delante delante de un panel lleno de palancas con pomos negros. ¿Acaso las pelotas pueden sudar? Se supone que son muy sensibles a la temperatura. El colega escupe tabaco de mascar dentro de una lata que sostiene en la mano y le dice al operario "Venga ya, ponla en el Ocho, maricón". La Cremellera empieza a gemir y a girar tan deprisa que si se desprendiera una cabina seguro que entraría en órbita. El colega tiene una banderita americana atada a la cabeza a modo de badana. Las cabinas vacias dan bandazos y claquetean, girando de forma independiente. Un largo grito, seguido de un eco, sale de la cabina de la Compañera N., que gira y gira sobre sus goznes mientras una forma en su interior rebota en todas direcciones como la ropa en una lavadora. (...) El grito continúa: no se parece al de un cerdo. Luego el operario detiene la máquina en seco con la cabina de la compañera N. en lo alto de todo, de forma que la deja colgando cabeza abajo dentro de la cabina. Pregunto a gritos si ella está bien, pero la única respuesta que recibo es un ruido agudo. Veo a los dos empleados de la atracción mirando hacia arriba con expresión concentrada, haciendo visera con las manos. La inversión de la cabina ha hecho que el vestido de la compañera N. le cualgue hacia arriba. Es obvio que los empleados están examinando sus partes íntimas. Sus risas suenan literalmente "ji, ji, ji, ji".
Fragmento de Dejar de estar bastante alejado de todo, reportaje en el que David Foster Wallace relata su visita a la Feria Estatal de Illinois. Está incluido en la genial recopilación Algo Supuestamenet Divertido que Nunca Volverá a Hacer. La atracción de feria a la que se refiere (La Cremellera) es conocida en EE.UU como The Zipper.
28.1.07
LUGARES DONDE HABITA LA ENAJENACIÓN DESAFIANTE
Hace un par de semanas Crazy Japan me regalaba en los comentarios uno de esos enlaces que me fascinan y en el que cada minuto de visita invertido se multiplica en gozo ausente. Se trata de escaneos en buena resolución de los planos de recintos del mal de las películas de James Bond. Proceden del libro The Secret World of 007, que como tiene al Pierce en portada nunca le he hecho mucho caso. Las ilustraciones permiten apreciar al detalle el laboratorio del Dr. No; el crucero Disco Volante de Operación Trueno; el volcán de Sólo se vive dos veces (tienen la captura justo abajo); la estación alpina de Al servicio secreto de su Majestad; la plataforma petrolífera de Diamantes para la eternidad; la mansión de Kananga de Sólo se vive dos veces (cocodrilos incluidos); la Casa de la Diversión de Scaramanga, El hombre de la pistola de oro; la estación submarina Atlantis de La Espía que me Amó (presidiendo el post); o la base espacial de Drax en Moonraker. Lugares pulp donde se gesta el mal a gran escala. Me encanta porque con esto se conformaría un triangulo (illuminatus!) formado por los villanos, las organizaciones y los lugares. Y también me maravilla que se utilicen recursos propios de la ingeniería, como la ilustración minuciosa de tiralíneas, en mapas que proceden del mundo del PoP, es decir, contemplo con alborozo cómo la ciencia aplicada se sumerge feliz en los terrenos de la imaginación.
LOS TUTUBOS AUSENTES (XXV): ROBOT CANTA RANCHERA
Por gentileza del Doctor Max, les dejo aquí el TuTubo al que se hacía referencia en el hilo de comentarios de la anterior entrega de La Selección Ausente. Hablaba entonces de Inframan y les decía que quizás sólo la película chatarra mexicana La Nave de los Monstruos podía equipararse en términos de desenfreno psicotrónico monstruíl. Esta obra maestra, básica en la filmografía del derribo pulp, será algún día comentada por aquí, eso es impepinable (aunque no está aún en la lista de las inmediatas); pero por si acaso desconocen la existencia de esta delirante mezcla de jamonas extraterrestres, naves pulp, cíclopes de goma, robots de cartón, marcianos cabezudos y felices charros cantarines seguro que este fragmento del final, en el que un robot entona una ranchera, les dejará lo suficientemente atónitos (que es de lo que se trata). En la sede de los Tutubos hay un par de fragmentos más, pero no son ni de lejos los que yo habría seleccionado ya que se centran exclusivamente en Piporro, el actor protagonista, su humor mexicano y sus canciones. El cartel de aquí abajo sí que le hace más justicia.
27.1.07
NAZISMO POP ISRAELITA
Estaba yo relajado, meditando cosas mías, cosas ausentes, cuando el ordenador me avisó de la llegada de la enésima tanda de correos electrónicos. Viagras, listas de correos y uno de Evil Preacher, lector inquieto e hiperactivo de esre Blog Ausente. "Masoquismo Pulp Israelista" rezaba en su cabecera. "Cielos"-Me dije. Click. En el interior tan sólo un enlace precedido de un escueto "He encontrado esto que igual te gusta". De entrada ya me gusta que se piense en mí, pero el enlace suministrado, que lleva a un blog llamado Wincofon, me abría a un universo pulp cuya existencia jamás hubiera imaginado: el Stalagim. Una sicotrónica y bizarra corriente de pulp israelí de enorme pujanza en el Jerusalén de los primeros años 60. El Nazismo PoP de los Magazines para Hombres de pelo en pecho ya fue tratado por aquí hace algún tiempo. Yo pensaba que el pop de derribo en su vertiente sado-nazi era un fenómeno exclusivamente norteamericano en los 50s (Stalagworld) y europeo en los 70s (Hessa), pero que se diera también en Israel me parece inaudito, revelador, extraño, iluminado, quebrante. Es que sólo tengo que hacer un corta y pega del texto enlazado para quedarme perplejo:
"Durante los años sesenta se publicaron en Israel novelas que describían las relaciones sádicas entre bellas mujeres Nazis, que comandaban los campos de concentración del Tercer Reich, y los prisioneros, generalmente americanos e ingleses. Esas novelas eran protagonizadas por un prisionero que describía las humillaciones, la tortura y el acoso sexual que había experimentado durante su cautiverio"He estado buscando por la red más información sobre Eli Esched y su estudio, o sobre Ari Libsker y su anunciado documental, pero hay poca cosa. No me extraña. Menudo submundo Pulp. Pero las reflexiones son tantas que me quedo sin palabras. Déjenme tan sólo un apunte intelectualmente violento: yo creo que esto demuestra que la socidad israelí de esa época era una sociedad normal.
26.1.07
ANEXOS NEGROIDES (VI)
Estaba yo repasando blogs cuando me topo con este post de E. Martín en Adlo Novelti. El texto está dedicado a una portada del crossover Teen Titans versus JLA. Ya saben como son estas cosas de los superhéroes. En el frentamiento entre supergrupos (uno joven, el otro veterano), cada uno tiene pareja de baile: Superboy contra Superman, Batman contra Robin, Kid Flash contra Flash, Chica Maravilla contra Mujer Maravilla y, atención, negro contra negro. En concreto, el Green Lantern John Stewart y Cyborg (más información sobre ambos, claro, en mi mega estudio dedicado a los superhéroes negros publicado en los Mondo Brutto 35 y 36, y del que estos anexos son... eso... anexos). Lo que me parece destacable de esta imagen no es tanto el enclaustrar la imagen del "negro contra negro" sino el hecho de que ejemplifica diría que inocentemente la necesidad de que en todo supergrupo debe haber un negro (y si puede ser, uno y sólo uno). Una muestra de corrección política de la Sociedad Borderline trasladada a los tebeos de superhéroes y que acaba creando un monstruo: el ghetto en el que el negro pelea conta el negro.
HÉROES MODERNOS
En 1982 Les Stewart, tras obtener una baja por invalidez, decidió contar hasta un millón. Pero quería dejar constancia de su proeza, así que decidió hacerlo por escrito y con palabras (no con números). La titánica tarea le ocupó dieciseis años de su vida. El 25 de noviembre de 1998 escribió el anisado one million, estableciendo un récord que hoy sigue sin ser batido. Les Stewart, con la paciencia y la actitud metódica que sólo tienen los habitantes de Mudjimba (Australia), empleó siete máquinas de escribir, 1000 rollos de tinta y 19.890 folios. Tecleaba, por cierto, con un sólo dedo. Les Stewart es un héroe moderno que merece toda nuestra admiración; es ejemplo y faro que guía la actividad de millones de blogueros del Mundo Mundial. Gracias, Les.
25.1.07
Simpsonario (DXXVII)
Restaurantes
Los Simpson ofrecen una visión muy clara del gusto popular norteamericano por lo que hace a la restauración. Imperio de la llamada fast food o comida basura, restaurantes espectáculo que son casi parques temáticos, íntimos restaurantes franceses, pizzerias y exotismos los justos. Un nexo común es que deben ofrecer algo más que comida, o, dicho mejor: a menudo es más importante la parafernalia que los rodea que los platos en sí. Los locales de Springfield más recurrentes a lo largo de la serie son: la úbicua cadena de los Krusty Burgers, Shez Perie (el lujo francés del que se sirve Homer para intentar recuperar su matrimonio en La baby Siter ataca de Nuevo), The Gilded Truffle (La Trufa Dorada, ejemplo de meca para un elitismo social un tanto anticuado), The Pimento Grove (de estética retro y frecuentado por artistas en crisis de popularidad), The Happy Sumo (el restaurante-kareoke japonés en el que Homer estuvo a punto de morir por intoxicación de pez fugu), Luigi's (obviamente especializado en comida italiana), Two Guys of Kabul (comida afganesa desierta de clientes) o The Fryin' Dutchman (con bufet libre de pescado frito hasta que deben expulsar a Homer por acabar sus existencias, iniciando éste un litigio judicial en La Chica nueva del barrio).
Los Simpson ofrecen una visión muy clara del gusto popular norteamericano por lo que hace a la restauración. Imperio de la llamada fast food o comida basura, restaurantes espectáculo que son casi parques temáticos, íntimos restaurantes franceses, pizzerias y exotismos los justos. Un nexo común es que deben ofrecer algo más que comida, o, dicho mejor: a menudo es más importante la parafernalia que los rodea que los platos en sí. Los locales de Springfield más recurrentes a lo largo de la serie son: la úbicua cadena de los Krusty Burgers, Shez Perie (el lujo francés del que se sirve Homer para intentar recuperar su matrimonio en La baby Siter ataca de Nuevo), The Gilded Truffle (La Trufa Dorada, ejemplo de meca para un elitismo social un tanto anticuado), The Pimento Grove (de estética retro y frecuentado por artistas en crisis de popularidad), The Happy Sumo (el restaurante-kareoke japonés en el que Homer estuvo a punto de morir por intoxicación de pez fugu), Luigi's (obviamente especializado en comida italiana), Two Guys of Kabul (comida afganesa desierta de clientes) o The Fryin' Dutchman (con bufet libre de pescado frito hasta que deben expulsar a Homer por acabar sus existencias, iniciando éste un litigio judicial en La Chica nueva del barrio).
INICIATIVA
Ayer a última hora, el señor Mibilba, tras contemplar la delirante estampa publicitaria sobre la dominación de mujeres sin látigo, preguntaba: "¿Todo esto lo está sacando de Triunfo, los post vintage?". No todos, pero casi. Y en el caso de ayer sí... pero no. Una de las joyas de Triunfo era la sección Celtiberia Show de Luis Carandell. Y el anuncio de ayer, así como el que encabeza este post se publicaron en ella... pero luego se recopilaron en el imprescindible volumen Celtiberia Show, que es de donde yo las escaneé anoche. De ahí el "sí... pero no". El libro es un portentoso recorrido por la cultura bizarra espaÑola y si se busca en librerías de segunda mano se encuentra. También en Iberlibro he visto que lo tienen. La segunda entrega, Celtiberia Bis, ya está más difícil de localizar (yo no la tengo, por ejemplo). Pero, y hete aquí la iniciativa que bautiza el post, nuestro muy querido y admirado Raul Sensato se ha dedicado a compilar la sección de carandell casi en su integridad, recorriendo con paciencia la digitalización online de Triunfo. Lo ha empaquetado todo en cómodos archivos rar y cbr y lo ha dejado a disposición de todos ustedes aquí. Tonto el que no corra.
MIRANDO DIVIDÍS EN LA MASIÓN AUSENTE
Ya saben ustedes que la actualidad cinematográfica es una imposibilidad ausente y que tan sólo mis fugas al Festival de Sitges (2004, 2005 y 2006) me permiten escarceos con ese tipo de crónicas. No sólo eso, la recuperación regular de filmes recientes en cómodos visionados domésticos es también compleja. Pero a veces sí es posible, como en los últimos días, en los que han caído tres y sobre las cuales querría dejar por aquí algunos fugaces comentarios antes de que pase el tiempo y me olvide de ellas, y siendo consciente de que en algunos casos me remito a filmes que ya han sido deglutidos y defecados por la voracidad de lo inmediato propio del consumo cultural de la sociedad borderline.
A. Las Colinas Tienen Ojos.
Jo. Que disfrute, oigan. Qué bien nos lo pasamos doña absenta y yo. Es lógico: mutantes caníbales. ¡Qué más podemos pedir! Como remake me resulta soberbio, fiel a la columna vertebral y sábiamente enriquecido. Un extrañísimo caso: probablemente supera a la original. Lo cierto es que esa, la de Wes Craven de 1977, la tengo muy olvidada. La recuerdo como un entretenimiento sin más y una exploit de La Matanza de Texas que a media película transmutaba al setentero género de la ultra violencia vengativa. Eso sí, con la simpática presencia del bueno de Michael Berryman como el caníbal Pluto. No sé por qué cojones siempre recuerdo más la secuela del '85, un producto ciertamente... eu... decepcionante como poco, con aquellas carreras de motocrós y aquel boogie descapotable al que se le guiña el ojo en el estupendo remake del francés Alexander Aja que nos ocupa. Además, la de ahora tiene esos detallitos majotes de sociedad borderline, como el diálogo sobre la afición estadounidense por las armas, la consideración del demócrata como un mindundi o el uso violento del banderín de las barras y estrellas. Por no hablar de la subversión del habitual encontronazo entre adolescentes y serial killers por una lucha de familias en pos de la supervivencia; o ese hermoso escenario que es el pueblo abandonado plagado de maniquíes testadores de Atómica, un tema estética e intelectualmente tan querido en esta casa, ahí, quietecitos, mirando televisiones en sus habitaciones retro. Sí. Una linda película que recomiendo de manera entusiasta y en la que sólo me sobra la presencia de Caperucita Roja.
Bé. Batman Begins.
Pues sí, el reseteo del Hombre Murciélago a cargo del hábil Christopher Nolan tras la bonitas películas de Burton y la posterior explotación homoerótica que había dejado al personaje en un brete cinematográfico. Vaya por delante que a mí el Batman en movimiento que verdaderamente me desbarra y maravilla es el televisivo de los 60. Tanta hermosura PoP concentrada es/era una borrachera para los sentidos. Ya de entrada les digo que la primera media hora nos aburrió cosa mala. En parte influye el hecho de que Ra's Al Ghul nunca ha sido un personaje que me haga tilín y al que, en realidad, nunca he entendido como contrapartida de Batman. Sï, vale, los viejos comics de Neal Adams eran muy bonitos y aquella trilogía de álbumes de los 80 (La Hija del Deminio, La Novia del Demonio y tal, ya no recuerdo los títulos de memoria y no me apetece levantarme a consultarlos) tenían su gracia, eran entretenimientos eficientes y fumanchunescos. Pero yo a Batman lo relaciono con villanos enajenados. Por eso, sin duda, la presencia del Espantapájaros es de lo mejor del filme (junto con el espectacular reparto, muy bien aprovechado). Bueno, a lo que iba, que la primera media hora me resultó un sopor pero luego remonta la mar de bien. Curioso: que sea la enésima revisión de sus orígenes y el primer contacto de Gotham con su enmascarado vigilante lo que realmente funciona del filme es una virtud que no hay que obviar. Como tampoco hay que hacerlo con ese bonito batmovil todoterreno y tuneado que se han sacado de la manga.
Cé. La Venganza de los Sith
Supongo que como ejemplo de mi vida ajena a la actualidad cinematográfica es más que válido. A estas alturas visionando por primera vez la entrega estrella de la segunda trilogía galáctica de Lucas. Pues miren, es lo que hay. Y eso que el factor nostalgia en este caso es importante para mí. Ví Star Wars en su estreno, con once años, y pese a ser un niño criado, por motivos familiares, en el interior de un cine de barrio, aquello fue un verdadero impacto. La ví mil veces, me leís los tebeos, la adaptación novelada, disfruté los exploits y acabé por acudir a la primera sesión del estreno de El Imperio Contraataca. Y en cambio, luego acabo viendo la cuadratura del círculo jedi casi porque no hay más remedio y debía verla, como había hecho y más o menos disfrutado de las anteriores. Y sí, claro, mola. Es interesante porque es una película cuyo argumento avanza de manera matemática. Uno ya sabe los componentes de la ecuación, el resultado y tan sólo hay que ver cómo se despeja la ecuación. Lo bueno es que la visión es agradable, es como contemplar como avanza una de esos complejas y barrocas construcciones con fichas de dominó. Parte fundamental de las virtudes del filme es que está dedicado por entero a un villano, y eso es algo que en la Mansión Ausente siempre aplaudimos. De hecho, creo que ya va siendo hora de dejarse de adaptaciones superheroicas y entrar de lleno en el mucho más hermoso terreno del Mal Enajenado. ¿Para cuando una adaptación fílmica de la biografía de Lex Luthor? ¿Y un filme sosbre los alegres muchachos y muchachas nazis de HYDRA?. Sí, ese es el camino correcto que nadie recorrerá en el Hollywood actual.
A. Las Colinas Tienen Ojos.
Jo. Que disfrute, oigan. Qué bien nos lo pasamos doña absenta y yo. Es lógico: mutantes caníbales. ¡Qué más podemos pedir! Como remake me resulta soberbio, fiel a la columna vertebral y sábiamente enriquecido. Un extrañísimo caso: probablemente supera a la original. Lo cierto es que esa, la de Wes Craven de 1977, la tengo muy olvidada. La recuerdo como un entretenimiento sin más y una exploit de La Matanza de Texas que a media película transmutaba al setentero género de la ultra violencia vengativa. Eso sí, con la simpática presencia del bueno de Michael Berryman como el caníbal Pluto. No sé por qué cojones siempre recuerdo más la secuela del '85, un producto ciertamente... eu... decepcionante como poco, con aquellas carreras de motocrós y aquel boogie descapotable al que se le guiña el ojo en el estupendo remake del francés Alexander Aja que nos ocupa. Además, la de ahora tiene esos detallitos majotes de sociedad borderline, como el diálogo sobre la afición estadounidense por las armas, la consideración del demócrata como un mindundi o el uso violento del banderín de las barras y estrellas. Por no hablar de la subversión del habitual encontronazo entre adolescentes y serial killers por una lucha de familias en pos de la supervivencia; o ese hermoso escenario que es el pueblo abandonado plagado de maniquíes testadores de Atómica, un tema estética e intelectualmente tan querido en esta casa, ahí, quietecitos, mirando televisiones en sus habitaciones retro. Sí. Una linda película que recomiendo de manera entusiasta y en la que sólo me sobra la presencia de Caperucita Roja.
Bé. Batman Begins.
Pues sí, el reseteo del Hombre Murciélago a cargo del hábil Christopher Nolan tras la bonitas películas de Burton y la posterior explotación homoerótica que había dejado al personaje en un brete cinematográfico. Vaya por delante que a mí el Batman en movimiento que verdaderamente me desbarra y maravilla es el televisivo de los 60. Tanta hermosura PoP concentrada es/era una borrachera para los sentidos. Ya de entrada les digo que la primera media hora nos aburrió cosa mala. En parte influye el hecho de que Ra's Al Ghul nunca ha sido un personaje que me haga tilín y al que, en realidad, nunca he entendido como contrapartida de Batman. Sï, vale, los viejos comics de Neal Adams eran muy bonitos y aquella trilogía de álbumes de los 80 (La Hija del Deminio, La Novia del Demonio y tal, ya no recuerdo los títulos de memoria y no me apetece levantarme a consultarlos) tenían su gracia, eran entretenimientos eficientes y fumanchunescos. Pero yo a Batman lo relaciono con villanos enajenados. Por eso, sin duda, la presencia del Espantapájaros es de lo mejor del filme (junto con el espectacular reparto, muy bien aprovechado). Bueno, a lo que iba, que la primera media hora me resultó un sopor pero luego remonta la mar de bien. Curioso: que sea la enésima revisión de sus orígenes y el primer contacto de Gotham con su enmascarado vigilante lo que realmente funciona del filme es una virtud que no hay que obviar. Como tampoco hay que hacerlo con ese bonito batmovil todoterreno y tuneado que se han sacado de la manga.
Cé. La Venganza de los Sith
Supongo que como ejemplo de mi vida ajena a la actualidad cinematográfica es más que válido. A estas alturas visionando por primera vez la entrega estrella de la segunda trilogía galáctica de Lucas. Pues miren, es lo que hay. Y eso que el factor nostalgia en este caso es importante para mí. Ví Star Wars en su estreno, con once años, y pese a ser un niño criado, por motivos familiares, en el interior de un cine de barrio, aquello fue un verdadero impacto. La ví mil veces, me leís los tebeos, la adaptación novelada, disfruté los exploits y acabé por acudir a la primera sesión del estreno de El Imperio Contraataca. Y en cambio, luego acabo viendo la cuadratura del círculo jedi casi porque no hay más remedio y debía verla, como había hecho y más o menos disfrutado de las anteriores. Y sí, claro, mola. Es interesante porque es una película cuyo argumento avanza de manera matemática. Uno ya sabe los componentes de la ecuación, el resultado y tan sólo hay que ver cómo se despeja la ecuación. Lo bueno es que la visión es agradable, es como contemplar como avanza una de esos complejas y barrocas construcciones con fichas de dominó. Parte fundamental de las virtudes del filme es que está dedicado por entero a un villano, y eso es algo que en la Mansión Ausente siempre aplaudimos. De hecho, creo que ya va siendo hora de dejarse de adaptaciones superheroicas y entrar de lleno en el mucho más hermoso terreno del Mal Enajenado. ¿Para cuando una adaptación fílmica de la biografía de Lex Luthor? ¿Y un filme sosbre los alegres muchachos y muchachas nazis de HYDRA?. Sí, ese es el camino correcto que nadie recorrerá en el Hollywood actual.
Simpsonario (DXXVI)
Resplandor, El
Titulada originalmente The Shining, obra maestra del cine de terror dirigida por Stanley Kubrick en 1980 y basada en una novela de Stephen King, El Resplandor es una referencia recurrente y una de las películas de culto de Matt Groening y sus colaboradores. En el primer subepisodio de La casa-árbol del terror V, titulado The Shinning, con una n más, muestra una situación análoga: Burns envía a los Simpson a una aislada residencia en la montaña, Homer se vuelve loco por la abstinencia de cerveza y televisión y la única posibilidad de salvación es el poder telepático de Bart. Todo el subepisodio de Halloween es un claro homenaje al filme. En La casa-árbol del terror IX Homer hace un agujero en la puerta con un mazo, de manera idéntica al homicida interpretado por Jack Nicholson (aunque éste utiliza un hacha). En Hermano del mismo planeta Milhouse escribe en la pared "kcip pu tarb", es decir, “Pick up Bart” (“Recoge a Bart”) de manera invertida, en clara referencia al célebre "Redrum” ("murder") escrito por el niño en el filme. En Los expedientes Springfield, episodio repleto de referencias a películas (ET, Waterworld, Encuentros en la Tercera Fase, Psicosis) y a la serie de televisión Expediente X, se escribe repetidas veces "All work and no play makes Jack a dull boy" (Mucho trabajo y no jugar hacen de Jack un aburrido), en referencia a la obsesión del personaje interpretado por Jack Nicholson de mecanografiar constantemente la mismas frase.
Titulada originalmente The Shining, obra maestra del cine de terror dirigida por Stanley Kubrick en 1980 y basada en una novela de Stephen King, El Resplandor es una referencia recurrente y una de las películas de culto de Matt Groening y sus colaboradores. En el primer subepisodio de La casa-árbol del terror V, titulado The Shinning, con una n más, muestra una situación análoga: Burns envía a los Simpson a una aislada residencia en la montaña, Homer se vuelve loco por la abstinencia de cerveza y televisión y la única posibilidad de salvación es el poder telepático de Bart. Todo el subepisodio de Halloween es un claro homenaje al filme. En La casa-árbol del terror IX Homer hace un agujero en la puerta con un mazo, de manera idéntica al homicida interpretado por Jack Nicholson (aunque éste utiliza un hacha). En Hermano del mismo planeta Milhouse escribe en la pared "kcip pu tarb", es decir, “Pick up Bart” (“Recoge a Bart”) de manera invertida, en clara referencia al célebre "Redrum” ("murder") escrito por el niño en el filme. En Los expedientes Springfield, episodio repleto de referencias a películas (ET, Waterworld, Encuentros en la Tercera Fase, Psicosis) y a la serie de televisión Expediente X, se escribe repetidas veces "All work and no play makes Jack a dull boy" (Mucho trabajo y no jugar hacen de Jack un aburrido), en referencia a la obsesión del personaje interpretado por Jack Nicholson de mecanografiar constantemente la mismas frase.
23.1.07
Simpsonario (DXXV)
Repetidor
En el episodio Bart en Suspenso el niño sufre la amenaza de tener que repetir curso si sus notas no mejoran. Por mucho que su padre considere positivo ser "el más viejo de la clase", Bart lo considera un fracaso (seguramente por ser público) y sueña con la pesadilla de tenerlo que repetir indefinidamente hasta los cuarenta años, en un breve flashforward (o salto narrativo hacia el futuro) en el que tiene el aspecto de un adulto white trash que comparte clase con su hijo, rodeado de infantes y sin que su actitud ante el estudio haya cambiado un ápice.
En el episodio Bart en Suspenso el niño sufre la amenaza de tener que repetir curso si sus notas no mejoran. Por mucho que su padre considere positivo ser "el más viejo de la clase", Bart lo considera un fracaso (seguramente por ser público) y sueña con la pesadilla de tenerlo que repetir indefinidamente hasta los cuarenta años, en un breve flashforward (o salto narrativo hacia el futuro) en el que tiene el aspecto de un adulto white trash que comparte clase con su hijo, rodeado de infantes y sin que su actitud ante el estudio haya cambiado un ápice.
THE AIP VISUAL EXPERIENCE (XXXIII)
"Cuando la AIP me animó a probar nuevamente fortuna en un film de crímenes, decidí extraer el argumento de los titulares de prensa, como había hecho con el Sputnik. El primer título que me vino a la mientes fue Machine Gun Kelly. Investigué la vida de George R. Kelly, que en la década de los años treinta fueRoger Corman, Cómo hice cien films en Hollywood y nunca perdí ni un céntimo.
el enemigo público número uno del FBI, o cuando menos le atracador más temido de la nación. Kelly fue al fin capturado, entregándose con una docilidad pasmosa después de un secuestro.
Me fascinaba sobre todo la frase que, según los informes oficiales, había pronunciado al rendirse ante un miembro del FBI. La organización policial le había acorralado, y alguien le gritó: “Date preso, Kelly, o dispararemos a matar.”
Él respondió: “De acuerdo, me rindo.”
Luego, uno de los agentes que le prendieron le dijo: “Creíamos que no depondrías nunca las armas, que lucharías hasta el final. ¿Por qué te has rendido?”
“Sabía que si no lo hacía me mataríais.”
Contraté a un buen guionista, Bob Campbell. (…) escribió una historia espléndida, con unos personajes fuertes y bien delineados. Basó en gran medida el argumento en acontecimientos reales de la vida de Kelly. Una de las claves de la personalidad del asesino era su miedo a la muerte. Así pues, en la versión cinematográfica desarrollé en él una vena de cobardía e inseguridad. A mi entender, el film era un inteligente retrato psicológico de un hombre débil que se odiaba a sí mismo, y que enmascaraba sus temores y su incapacidad social y sexual con bravatas armadas o actos de violencia.
En Kelly teníamos una línea argumental consistente y una buena acción, pero el verdadero impacto y complejidad dramática de aquel filme en blanco y negro radicaría en la actuación del arisco actor de carácter en quien confié aquí su primer papel protagonista: Charles Bronson. Había saltado varias veces al vacío con guiones deficientes y actores mediocres. No era éste el caso. Íbamos a contar una historia verídica con unos intérpretes excelentes. Susan Cabot hizo una creación de Flo, la mente implacable, manipuladora, que se oculta tras los mecanismos homicidas de Kelly. Ella le lanza incesantes provocaciones sexuales y es la causante de que al final se derrumbe y llore. Invirtiendo los papeles, Flo empuña un arma e intenta repeler al FBI una vez Kelly ha decidido rendirse.
En el plató, Bronson se decantó más hacia el acomplejamiento, aunque por lo demás nos complementamos bien. Durante una pausa, Charlie y yo empezamos a practicar unos golpes de boxeo. Pensé: “¿A quién se le ocurre meterse en este berenjenal con un tío tan macizo como Charlie Bronson?” Levanté una mano y él la golpeó con su izquierda, doblándola hacia atrás. Volví a alzar la palma y Bronson reaccionó igual y pegó de nuevo. A continuación me incrustó al menos veinte derechazos e izquierdazos en el estómago, no con mucha dureza, sólo la suficiente para hacerme sentir su poder. Le dije: “Eres un campeón, Charlie, pero ahora debo dejarte e ir a trabajar en el guión.” Fue entonces cuando mencionó que venía de las minas de carbón de Pennsylvania y que había sido un aplaudido boxeador semiprofesional.
Kelly supuso el despegue profesional para Charlie, y fue también una de las piedras angulares de mi carrera. El film obtuvo críticas muy favorables en Europa, donde se exhibió en distintos festivales, y en Francia rompió moldes. De repente, mi trabajo era analizado y enaltecido por críticos y eruditos del cine en Cahiers du Cinéma, Positif y otras publicaciones de prestigio. Me trataban como a un cineasta puntero, y Kelly se enjuiciaba como una obra norteamericana seria. Para los observadores franceses, la cinta expresaba temas, yo hacía una declaración de principios, algunos momentos encerraban una significación subyacente y el conjunto pesía un estilo visual plasmado a través de la cámara.
La crítica norteamericana de la época era muy petulante respecto a los filmes sencillos, circunscribiéndose en sus reseñas a los estrenos de los grandes estudios. Una típica revista de mi país definía Kelly como “una cinta de gángsters bastante bien llevada, algo mejor que la media de filmes de bajo presupuesto.” Variety la calificó como una obra “de primera fila”, con un “notable” guión. Tuvo una buena acogida y nos procuró un buen dinero tanto en EEUU como en ultramar."
PATENTES ABRACADABRANTES
Hacía tiempo que no recuperaba nada de mi admirado Vazquez por aquí. Planchas de esas sueltas condenadas a caer en el olvido, perdidas en el interior de viejos tebeos de Bruguera. La de hoy provienen de un Mortadelo Especial de mediados de los 70 aunque no me extrañaría que hubiera aparecido antes en algún otro lugar, y nos ofrece una serie de patentes donde el genial creador de Anacleto recurre algunos de sus temas habituales (fontaneros, cigarrillos Celtas, invitados gorrones) mientras juega a pegar fotografías (es decir, algo que no es bien bien collage fotográfico, pero casi). Por cierto, nótese qué poco hemos cambiado en treinta años: los profesionales de la fontanería siguen tardando lo suyo y la seguridad en el trabajo tampoco ha mejorado demasiado.
22.1.07
Simpsonario (DXXIV)
Reno, Janet
Fiscal General de EEUU durante el mandato de Clinton (1993-2001) y un buen ejemplo del juego referencial doméstico y local. Reno fue una mujer polémica que se enfrentó a su propia administración, llevó a juicio a Microsoft, visitó Waco, fue intransigente en la lucha contra el crimen y objeto de un escándalo mediático por contratar trabajadoras del hogar sin papeles. Así, en La Novia de Bart, se puede apreciar un cartel delante de la iglesia de Springfield donde se anuncia el tema del sermón del día: “Mujeres malvadas de la historia: de Jezabel a Janet Reno” (en la versión española ni siquiera se subtitula). En Homer, Hombre Malo, otro episodio de la misma temporada (la sexta, 1994, no es casual: Reno estaba en la cresta de la ola mediática), el capítulo se cierra con una lista de noticias falsas del amarillista y manipulador programa de televisión Rock Bottom; una de ellas es "Janet Reno is evil."
Fiscal General de EEUU durante el mandato de Clinton (1993-2001) y un buen ejemplo del juego referencial doméstico y local. Reno fue una mujer polémica que se enfrentó a su propia administración, llevó a juicio a Microsoft, visitó Waco, fue intransigente en la lucha contra el crimen y objeto de un escándalo mediático por contratar trabajadoras del hogar sin papeles. Así, en La Novia de Bart, se puede apreciar un cartel delante de la iglesia de Springfield donde se anuncia el tema del sermón del día: “Mujeres malvadas de la historia: de Jezabel a Janet Reno” (en la versión española ni siquiera se subtitula). En Homer, Hombre Malo, otro episodio de la misma temporada (la sexta, 1994, no es casual: Reno estaba en la cresta de la ola mediática), el capítulo se cierra con una lista de noticias falsas del amarillista y manipulador programa de televisión Rock Bottom; una de ellas es "Janet Reno is evil."
LA ENAJENACIÓN QUE DESAFIÓ AL MUNDO (XXVIII)
Profesor Frankenstein: Excelente, querido muchacho, excelente. Tus brazos son cada día más fuertes. Quiero que sepas que con tus notables progresos físicos y mentales, y, por supuesto, por tu sumisión hacia mí me has hecho muy feliz. Algún día tú y yo asombraremos al mundo. Serás una maravilla, un ser prodigioso creado por mí. ¿Qué te ocurre, muchacho? ¿No estas agradecido?
Teenage Frankenstein: Usted es feliz pero yo no.
Profesor Frankenstein: ¿Por qué?
Teenage Frankenstein: Porque usted me tiene aquí encerrado. ¿Cuándo podré pasear entre la gente?
Profesor Frankenstein: ¡No me atosigues!
Conversación entre el científico y su creación en I Was a Teenage Frankenstein.
En anteriores desafios enajenados...
21.1.07
EL SUPERLATIVO DELIRIO NINJA
Títulos como Ninja: The Final Duel, editada por aquí en vhs como Ninja contra Shaolín: Duelo Final, vienen muy bien para explicar la verdadera y oculta historia del cine. Vaya por delante que estamos ante la que posiblemente sea la gran obra maestra de sicotronía ninja (Tones confirmará, o no), y que, además, funciona como una torera alternativa entre la corriente marcial que empezaba su decadencia, los shaolines (desatada tras la maravillosa Las 36 cámaras de Shaolín) y la nueva, inmediata y posterior. A lo que hay que añadir que el subgénero ninja, junto con la Bruceploitation, ocupan el trono del derribo fílmico oriental (que mal denominé kung-fú caspa en la prehistoria de este blog). Vale, ya tenemos un marco cronogenérico, ahora toca derribarlo: Ninja: The Final Duel lo hace a lo bruto, entrando por la puerta grande en la reservada y exclusiva zona de lo sorprendente, lo nunca visto, lo inimaginable, lo inenarrable. Y viene bien afirmarlo justo antes de recuperar el hilo inicial: la verdadera y oculta historia del cine.
Una visión simplista y maniquea, es decir, cinéfila, dividirá las películas en categorias canónicamente estúpidas: lo bueno y lo malo, lo artístico y lo comercial. El arte, para la élite, siempre será bueno. Lo comercial, a veces. Y lo malo es malo. Necia afirmación ésta que se olvida de algo importante: la capacidad de sorpresa. La capacidad de hacer que la boca del espectador se abra con el rictus del desconcierto, inhabilitando la mandíbula, convirtiéndola en peso muerto. La capacidad de trasladarlo a un universo paralelo obviado por las filmotecas, pero que está ahí. Existe. El universo del delirio, donde el travelling es inmoral y el abuso del zoom un recurso narrativo de excepción. Delirio: confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia. La historia del cine es como cualquier otra historia y la cuentan los que ganan. Hace ya tiempo que decidió que no había que medir las películas por el tamaño de la obertura bucal del observador. Por el desenfreno y diversión anormal, es decir, normal. Y nunca por el cahierístico mensaje, que aquí probablemente se limitaría, desde el punto de vista de la sentencia, por el ejemplar "las peleas interrumpen la concentración de los alumnos" dicho por el anciano líder de los Shaolín. Dejo aquí este soliloquio introductorio no sin antes aventurar que nunca verán sus ojos un subproducto como éste: es único. He ahí su grandeza.
Cuenta la leyenda que Robert Tai rodó horas y horas de metraje. Las versiones varían. Que si ocho, que si nueve, que si doce. El destino: la televisión por cable taiwanesa. Si eso es cierto, el catodismo ochentero taiwanés es como Dios manda. Como el resultado, en términos de artes marciales, es un imparable no va más, Tai se dedicó entonces al noble arte del despiece multiple. Al parecer corren por ahí múltiples versiones con mismo título y diferente contenido. La que llegó a España en Uve Hache Ese fue la que podriamos considerar remontaje definitivo y oficial. Y a tenor de todo lo leído la que quedó mejor. ¿Y qué es mejor? Buena pregunta que soy incapaz de responder. Una película que incluye al monje negro de Harlem, una unidad acuática de ninjas sobre arañas y una pelea con la fémina completamente en cueros está más allá del bien y del mal.
El argumento de Ninja contra Shaolín: Duelo Final es lo que debe de ser: una simple excusa. Los ninjas están cabreados por las repetidas humillaciones, los shaolines están cansados de tener que dejar a un lado su meditación por culpa de sus peleas (al menos, el maestro jefe: a sus pupilos más bien les agrada el tema de la tetosterona marcial). En medio queda el protagonista de la historia, un joven guerrero japonés que acude al monasterio con el ánimo de aprender y exportar el budismo chino. Eso, en principio, es todo, pero tampoco resulta tan fácil. La introducción de esta situación es una larga y veloz perorata que aturde al espectador y a la que sigue la célebre escena de los entrenamientos ninja, presentando toda una serie de unidades y técnicas bajo el mando del vellaco ninja blanco flautista y sus carcajadas malignas. A saber:
- los Aterradores puños de Okinawa (Elemet Okinawan Thunder Fist);
- el comando de Estilo Ligero (Elemet Ninja Light Skill);
- la Unidad de Asalto Araña Acuática (Elemet Water Spider Assault Unit);
- los Tigres de Hierro, Conquistadores del Bosque (Elemet Iron Tiger Conquest the Forest);
- el Equipo especial de Escaladores (Elemet Ninja, Rock, Climbing Formation);
- la Técnica de Maniobras Infierno Bajo Tierra (Elemet Ninja Heaven Death Wish Blade).
Llegados a este punto, a sólo cinco minutos del inicio, la perplejidad del espectador es evidente. Ha presenciado, entre otras muchas cosas, ridículos ninja cabalgando por un lago sobre arañas de juguete. Ha visto ninjas con máscara de león ceremonial ascender por los árboles y saltar de un lado a otro. Ha asistido a una exhibición de ninjas que caban hoyos bajo tierra y avanzan como topos desbocados. El curtido zetahunter siente el escalofrio de la advertencia: a partir de aquí esto sólo puede decaer. Se equivoca: el filme es tan brutalmente sincero que muestra algunas de sus mejores bazas nada más comenzar y en formato remix. Pero a partir de ahí el ascenso hacia la cumbre de la exquisitez bizarra continúa imparable a base de zooms taquicárdicos, mareante acumulación de ojos de pez y oberturas de lente, montaje febril, coreografías de órdago que se suceden sin parar, cabriolas y acrobacias desquiciantes, acadabrantes efectos de cable, esputos de sangre, héroes sufridos que muerden el polvo, decapitaciones generosas, gore, espasmos al ralentí y vistosas aceleraciones del movimiento de los personajes, reiterativos chistes sobre el "boca a boca" y humor chino de parvulario, actores de gesticulación exasperante y sanvítica, el despliegue de los ninjas citados, carcajadas malignas, humo explosivo y a colores generoso en ácido bórico, la prueba de la esvástika... Un imparable Festival de Cine de Derribo psicotrópico que llega a su climax final con los monjes de Shaolín desatados, con la esperada batalla contra la unidad de ninjas acuáticos sobre agua (una gozada de decapitaciones y cable a tutiplén) y el inevitable duelo final bueno-malo, resuelto con la habitual dosis de tragedia y una ambivalencia que seguro haría las delicias del pensamiento sucio de Jotacé.
Pero regresemos al hilo inicial de este texto: la verdadera historia del cine se construyó sobre el uso narrativo de las acciones paralelas. Grifith las descubrió con El Nacimiento de una nación y acabó emborrachándose perdidamente de ellas con Intolerancia. Del caos resultante la cinefilia rescató la acción paralela y sobre ella construyó la historia del cine tal y como nos la han impuesto, pero prefierió obviar la parte febril y delirante del padre del cine clásico. Es por eso que la mayor reivindicación de Robert Tai a su figura supone un paradójico desprecio total hacia los cimientos del canon cinematográfico. La acción paralela es un lastre. Una vez presentados los malos, los buenos y el prota ambiguo, los personajes intermedios de Ninja The Final Duel (¡y qué personajes! enseguida estoy con ellos!) cumplen su función con precisión matemática: se presentan (para asombro del respetable) y se liquidan, dando paso al siguiente. Nunca los veremos todos juntos, mezclados. La pulcritud ante todo.
Pasemos lista:
1 - Los monjes budistas de California.
Bastante tontines, todo hay que decirlo, más que pretendientes a shaolín parecen temblorosos hare krishnas hábiles en el uso de la pandereta como arma mortal. Aunque qué pueden hacer una pandereta contra shurikens supersónicos. Por cierto, el monje activo dominante, como ven abajo, de californiano poco. Uno no puede sino imaginarlo sembrando el terror el los salones recreativos de Nápoles enfundado en un chandal Adidas negro.
2 - Alice Tseng
La chica. No tendría nada de sorprendente sino fuera por protagonizar una de las escenas más extrañas e irrepetibles de la historia del cine de artes marciales. Una pelea en pelotas, completamente desnuda. Hay que tener en cuenta que el vello púbico es uno de los grandes tabues de la cultura oriental, por lo que esta escena es una rareza inaudita y algo que convierte Ninja The Final Duel en un producto único y sin parangón. El posterior desenlace con el que se finiquita su presencia en el filme también es de órdago.
3 - El Monje Negro de Harlem
Eugene Thomas era un habitual de las películas del maestro Robert Tai (Ninja versus Mafia, Shaolín Dolemite) y de Wu Kou Jen, otro genio en esto del ninjitsu betamax (Superninja, The Usa Ninja). Un evidente guiño blaxploitation y una presencia mítica de esas que da brillo, esplendor y colorido. Debería tener su propio anexo negroide. Entre las habilidades del Monje Negro de Harlem destaca su capacidad para trepar por los árboles y esa tendencia para perdonar al rival en medio de la contienda, algo que acaba por desquiciar al contrario. Su enfrentamiento contra la técnica de maniobras Infierno Bajo Tierra (es decir, los ninjas topo) forma parte del nutrido grupo de escenas memorables del filme.
No me gustaría despedir esta obra maestra sin llamar la atención sobre algunos momentos del filme, y no sin antes recordarles que, si aún les queda alguna duda sobre lo inaudito de la película (cas que dudo), siempre pueden acudir al trailer que subí como previa ayer mismo.
1 - La Trampa de la esvástika
Prueba, casi siempre mortal, con la que se selecciona al mejor guerrero del clan al que pertenece el prota (Alexander Lo Rei, que aún no lo habia dicho y siempre merece tenerse en cuenta). Como modo de selcción de personal es una sangría. La esvástika es la formación que toma el nutrido grupo de contrincantes, que se mueven a ritmo de tambor y que a menudo adoptan poses más propias de los castellers de Valls. Hay que decir que la coreografía de la escena, como todas las demás, es contundente, espídica y efectiva. La forma en que el héroe supera la prueba, también.
2 - Técnica Ninja de Control Mental
Una secuencia de capturas será mucho más descriptiva que mis entusiastas peroratas.
3 - El ataque del comando ninja Cestos de Mimbre
(sin comentarios)
4 - La decapitación a cargo de los Tigres de Hierro
5 - La técnica ninja de la teleportación plop
Un clásico de estas películas que, de nuevo, nos lleva al verdadero lugar de nacimiento del cine: la barraca de feria. Los cineastas primitivos, como Melies o Segundo de Chomón, hicieron mucho y buen uso de este sencillo efecto cinematográfico, quizá el primero. Luego pasó al olvido y tuvieron que venir los chinos para recuperarlo.
6 - La Lucha contra la Unidad de Asalto Araña Acuática
¡Qué puedo decir sobre este clásico de la sicotronía oriental! Cable a destajo, voladoras arañas de caucho, rudimentarios avances acuáticos, decapitaciones, humor chino.