Expectación, la mía y la de muchos, por la nueva película del director de Oldboy. Tercera entrega de su, creo, enunciada trilogía sobre la venganza. ¿Qué hará el hombre a partir de ahora? No sé, pero que es un realizador inquietante es evidente. Pero mejor ir al grano: buena película. La duda está en saber si es mejor o peor que las entregas anteriores. Es una estupenda duda, a mi juicio, y la respuesta es que por ahí anda, creo. Tampoco quiero desvelar nada de su argumento, eso, lo de hablar más detenidamente, lo haré cuando la repesque en casa y sea cosa más o menos vista.
La factura formal es la misma, es decir, exquisita. Quizá menos recargada. La historia... bueno, es otro tipo de venganza, no tan extravagante pero sí extrema. Con su vericueto argumental. Soberbias elipsis y momentos de extremada dureza, física y mental. Cuando muestra algo es porque quiere. Por eso les digo que Chan-Wook es un tipo inquietante. Hay otros puntos en común (con las dos anteriores), pero eso prefiero dejarlo para el futuro.
Tan sólo un detalle. Si a mí me preguntaran qué mujer encarnaría un posible icono visual de ser Lady Venganza, quizá pensara en Meiko Kaji (Lady Snowblood, Female Prisoner). Creo que el director coreano también. Hay en la Lady Vegeance del filme un poco del personaje de la primera Female Prisoner, y no estoy pensando en la mirada, sino en ese largo abrigo de piel, en el uso de un arma especial, o los diversos momentos carcelarios del filme.
Y eso es todo. A mi me ha gustado mucho.
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