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5.12.13

LÍNEA CLARA Y APOCALIPSIS PULP

Vaya título molón que le he puesto a esta entrada. La cosa es que el otro día me leí el nuevo álbum de Blake y Mortimer: El juramento de los cinco lores, y me lo pasé bastante bien. Escribí una reseña para Gencomics que pueden leer aquí. Estos dos aventureros creados por Edgar P. Jacobs en 1946 para la revista Tintín encarnan la quintaesencia línea clara franco-belga en su versión más clásica e incorrupta, entre otras cosas porque son un raro ejemplo de digna continuidad tras la muerte de su autor. De hecho su más célebre aventura, La Marca Amarilla, fue el estandarte bajo el que se unieron las huestes de la Línea Clara en su cruenta batalla contra los bárbaros de la Línea Chunga, un curioso rifirrafe en el que algunos soldados combatían alineados en ambos bandos a la vez.

Edgar P. Jacobs contra Miguel Gallardo

Pero a lo que iba, tras leer el nuevo Blake y Mortimer me entraron ganas de acudir a la fuente original, es decir, a los Blake y Mortimer viejunos. Hacía tiempo, décadas, que no me acercaba e incluso tengo por casa algún álbum que no he leído nunca. Lo cierto es que a veces Jacobs puede dar un poco de pereza porque hay que leer mucho. Sus ladrillos de texto sepultando personajes son famosos entre los aficionados.

Vale, reconozco que es un ejemplo extremo 

Ay, qué mala es la pereza. Me puse cómodo (batín, pantuflas), encendí la pipa, seleccioné de entre los volúmenes de mi biblioteca El enigma de la Atlántida (1955), me aposenté en el sillón y acabé disfrutando como un enano. No podía ser de otra manera, es un absoluto locurón en el que Blake y Mortimer se pierden por indómitas grutas, son atacados por pterodáctilos y van a parar a la Atlántida, que sobrevivió al cataclismo y se ha convertido en una subterránea megacivilización hipertecnificada, aunque, eso sí, inmersa en una cruenta guerra civil. Como no podía ser de otra forma, caí rendido a su fabuloso retrofuturismo y a un sentido de la maravilla absolutamente apabullante. Fue entonces cuando me di cuenta de algo de lo que debí haberme percatado ya con La Marca amarilla y su villano de folletín: bajo ese envoltorio de línea clara obsesiva y exquisita se esconde una delicia pulp, un bolsilibro ejemplar y trepidante.

Horror vacui retrofutista en la Atlantida
   
Mi disfrute fue tan mayúsculo que decidí internarme aún más en las profundidades abisales de Blake y Mortimer, en su aventura fundacional, El secreto del Espadón, realizada justo tras la guerra y tan profusa que siempre se ha publicado cortada en tres álbumes cuando en realidad sólo es un largo serial sin interrupciones. Ya de entrada me encuentro con sus fascinantes villanos, puro canon pulp de la vieja escuelas: la amenaza amarilla, un imbatible ejército oriental que se bautiza así mismo como el Imperio Amarillo y que es una mezcla del pasado peligro japonés y el futuro peligro chino. 



Pero más allá de este entrañable detalle, descubro el secreto de Blake y Mortimer, la razón de su eterna juventud, un pacto con el diablo sellado a través de un sacrificio ritual. En las primeras páginas de su primera aventura, Jacobs, Blake y Mortimer destruyeron nuestra civilización y desataron el Apocalipsis.




  

3 comentarios:

  1. Alexander Strauffon6:25 a. m.

    "El ataque relámpago..."


    Al verlo recordé a Hugo Chavez en sus ultimas, ya sin cabello.

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  2. Increible, un Tintin para adultos. Nunca habia leido nada sobre esta estupenda serie. la linea blanca mola pero debe emplearse correctamente y por lo que veo estos autores lo hacen mas alla de lo que podamos esperar. Veo una obsesion por la tecnologia en el transporte al igual que en Herge y tambien por el ataque relampago y las tropas aerotransportadas. Si se hubieran escrito algunos años antes seguro que salian zepelines a mansalva. Blitzkrieg es la palabra clave. He localizado ya la serie copmpleta de 20 tomos.¡¡JDownloader activacioooon!! Gracias Mr. Absence por mostrarnos el camino y la verdad. Por cierto, ese hombre de la pipa y bata blanca se parece mucho a Joan Capri.

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  3. Ausente6611:15 a. m.

    Usted sabrá disfrutarlos, buen Doctor. Y sí, no me había dado cuenta, Mortimer es Capri.

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