Una de las películas de las que más se está hablando es la española Secuestrados, que además viene de ganar los dos premios más importantes del Fanfest de Austin. Escribí en twitter que desde hace unos años están apareciendo películas españolas que no parecen españolas, y es una buena noticia. Secuestrados es un ejemplo clarísimo y feliz de lo que digo. También, cuando comentaba La Casa Muda, hacía referencia a la moda de los ejercicios de estilo. Este es otro caso, pero aquí la cosa funciona mientras técnicamente es impecable. Por otro lado, se compara mucho con Funny Games de Haneke por ser violencia claustrofóbica en la que unos desconocidos se introducen en un domicilio familiar. La comparación está ahí, pero en realidad ambos títulos tienen poco que ver. La de Haneke no era tan explícita, era muy reflexiva y los intrusos practicaban el mal porque sí. Aquí se trata de secuestradores, de criminales con pocos escrúpulos y con un objetivo claro. Y tampoco oculta ningún tipo de reflexión ante la violencia, esta se expone de manera cruda y seca con la intención de crear tensión en la sala en una comunión adrenalítica envidiable. No hay más que el honesto propósito de sacudir al respetable con un thriller contundente como pocos.
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