La idea de hacer un remake del Teniente Corrupto de Abel Ferrara me parece de lo más marciana, pero viniendo de Herzog tampoco me extraña. Lo cierto es que es un filme sosprendente que me ha gustado bastante. La apariencia formal es muy convencional, aunque las escenas de delirio narcótico con iguanas son fascinantes. Pero esa apariencia formal se torna muy subversiva si uno rasca un poco. El filme es muy diferente al de Ferrara (que no sé qué pensará de ella) pues lo despoja de toda la carga católica, de la culpabilidad y del pecado para convertirse en algo absolutamente amoral con un mensaje sobre la adicción a las drogas absolutamente descacharrante, y ahí está clave, creo, que la convierte en una película de lo más extravagante. Por no hablar del sentido del humor que aparece con frecuencia, cuando el original de Ferrara era de una seriedad abismal. Nicholas Cage ayuda a ello con su sobreactuación, cierto, pero creo que es algo que acaba por funcionar y que Herzog busca expresamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario