¿Recuerdan la portada de la bofetada (luego puñetazo) en la entrega dedicada a Crime Does Not Pay? Bien, arriba tenemos la versión exploit publicada en una cabecera no vista en la anterior entrega: Underworld, editada por D.S. Publishing en 1948.
Por desgracia, no he localizado copias del tebeo por la red, y por lo que sé algunos números andan muy buscados entre los coleccionistas. Underworld tiene fama de ser uno de los tebeos más violentos de la época, y desde luego la contundente viñeta de maltrato infantil de arriba (procedente del número 3) parece demostrarlo.
Portada del primer número de Law against Crime (Essankay, 1948), una de los tebeos del género más recomendables. El gran L.B. Cole (maestro del color poderoso) se luce haciendo de la silla eléctrica protagonista absoluta de la ilustración. Ya hemos hablado aquí del peso de la pena capital en estos tebeos, y hay que situarla en su contexto: en este gráfico de la wikipedia podemos comprobar como el periodo que va de 1930 a 1955 es en el que de manera destacada más ejecuciones se llevaron a cabo. Es lógico pues que la subcultura pop lo refleje con insistencia (y, por otro lado, pocas cosas hay más pOp que las ejecuciones públicas: ¿alguien es capaz de disociar la revolución francesa de la guillotina?)
La portada del tercer número mostraba un asesino en serie rodeado por los rostros del pánico urbano que provoca. Los lectores habituales seguro que la recuerdan pues ya la puse por aquí no hace mucho. El tebeo de crímenes precode se centra en el forajido yu el crimen organizado. EL primero histórico y socio-cultural (la leyenda del far west), el segundo ya férreamente establecido tras el esplendor que supuso la Ley Seca (1920-1933). Pero poco a poco se va abriendo camno una figura capital: el asesino en serie.
En ese tercer número de Law against Crime se encontraba una viñeta muy destacada por Wertham en la que vemos el interior del coche ocupado por dos cadáveres a los que se ha disparado en la frente.
Wertham, en cambio, no decía nada de otra historieta incluida en ese mismo tebeo en la que un sociópata liquidaba, viñeta a viñeta, a seis personas (pueden verlas todas aquí). Es una secuencia contundente (basada en hechos reales, recuerden que siempre hablamos de True Crime) al relatar hechos que actualmente vemos se repiten con frecuencia: el bersekerismo sicopático y la matanza indiscriminada a cargo de seres humanos enajenadosy presos de un yuyu asesino. Es interesante, además, porque pone en paralelo la crítica a los comic books de los 50s como generadores de violencia con la actual que demoniza los videojuegos.
Portada del primer número de Exposed (DS Publishing, abril de 1948) en la que vemos a un hombre estrangulando a una mujer en una escena contemplada por la Muerte. Como ven, de nuevo podemos establecer vínculos entre estos tebeos y las alegorías medievales de Holbein el Joven y su danza macabra.
En ese primer número encontramos, por ejemplo, una adaptación del Ladrón de Cadáveres de Stevenson, o lo que es lo mismo, el relato ficcionado de las reales tropelías de Burke y Hare, suministradores de cadáveres para la ciencia que en pos del buen género dieron el salto hacia el asesinato. En las dos viñetas de arribe vemos primero como se expone claramente el crimen por asfixia y como se muestra el cadáver exhibiendo más carne de la habitual (ya saben, esto son tebeos de faros delanteros, da igual que la moza esté de cuerpo presente)
En este análisis hemos dado importancia al narrador anfitrión (por su importancia y simpatía en el cómic de horror) y a la presencia constante de calaveras y esqueletos (alegorías de la muerte en una sociedad que ha conocido la 2ª Guerra Mundial y la bomba atómica). Aquí se aúnan ambos con el Skull Narrator (con sombrero y gabardina) del Lawbreakers #1 de la Charlton (1951).
Bellísima portada con calavera del Gangsters Can't Win #2, en la que al modo Eisner se convierten cuancas oculares en presidio. La imagen central es otro maltrato.
En ese mismo número encontramos esta viñeta final que muestra una imagen bastante patética del fin de un delincuente. Curiosamente, el comic code insistiría en que no debía mostrase el crimen como algo con glamour. No es el caso.
Y esta, bueno, es rematadamente pOp, con ese doble disparo sobre la frente y sus grandes onomatopeyas.
Tiroteo en bitono azul procedente del primer número de Murder Incorporated (Fox, 1948).
En ese mismo tebeo encontramos esta tremenda secuencia de viñetas en la que los delincuentes golpean a una mujer, disparan a su espalda cuando huyen y se deshacen del cadáver arrojándolo al foso de una mina (en una imagen realista que ni siquiere se preocupa por ocultar su ropa interior).
La fasinación por el delincuente no tiene mejor expresión que Famous Gangsters de la Avon (1951), breve colección dedicada al biopic gangsteril, en el número de arriba Lucky Luciano, capo absoluto de la Mafia neoyorquina en la década de los 30. Es obligado poner en contexto temporal: en 1951 Luciano seguía vivo (eso sí, exiliado en Italia).
Para acabar por hoy, un par de viñetas procedentes del tercer número de Outlaws (DS Publishing, 1948), muestra ideal de Crime Western, o cruce entre el Oeste y los tebeos de crímenes. Arriba, una escena de bondage con el forajido refugiándose tras la bailaria en ropa interior (y liguero) colgada del techo. Abajo, el final del pistolero, víctima de un tiroteo que muestra, de nuevo, la fijación por el rostro humano. Tiroteos de este tipo se verían en cine en los 70s y en el cine de Hong Kong, y no antes.
(Continúa en parte diez)
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