Mystery In Space #30 (DC, febrero de 1956) comicbook de relatos de ciencia ficción de marcado corte pulp y argumentos de lo más inocente (al fin y al cabo la censura del comic code acababa de entrar en funcionamiento). El entonces presidente Ike Eisenhower en portada, con su imagen monitorizada (¿quien dijo que la telerrealidad es cosa del siglo XXI?). Y unos marcianos colorados y con pinta de muy chungos. La portada era, así, un reclamo de inusitada potencia. Al fin y al cabo Eisenhower fue el presidente de la era atómica y de la paranoia, aquella en el que las invasiones extraterrestres eran mucho más que invasiones extraterrestres: metáforas (conscientes o inconscientes) del inicio de la Guerra Fría y la carrera nuclear.
De todas formas, como buen tebeo de estirpe pulp, Mystery in Space engañaba. Prometía más de lo que en realidad daba. La presencia del presidente era casi anecdótica y no tenía importancia en la historieta. Aunque luego regresaremos al tema presidencial, no voy a dejar pasar la oportunidad de detenerme en el relato, escrito por Otto Binder y dibujado por Carmine Infantino.
Básicamente, la cosa va de marciano que tiene visiones muy claras sobre lo que pasa en el planeta Tierra.
Tiene visiones de una ciudad llamada Washington y de un lider mundial llamado Isen-Hower. Los marcianos, pero, resultan ser tipos muy escépticos y consideran que es imposible la existencia de otro mundo, y encima con vida inteligente.
A partir de aquí, la historia da un giro espacial y conoceremos a un escritor con un problema: todas sus historias han sido escritas antes por alguien, justo una semana antes.
Localizado el problema, toca reconvertirlo en oportunidad de mejora (el utilitarismo está muy presente). Si nuestro hombre captaba sin esfuerzo lo que estaban escribiendo otros escritores geográficamente cercanos...
... probemos que pasa esforzándose al máximo en ampliar territorialmente el campo de acción telepática.
Finalmente, marciano y terrestre son conscientes de su conexión telepática. Así que nada mejor que sacar provecho de la relación intercambiándose información tecnológica. FIN.
Me sorprende el final. Primero por su utilitarismo (muy de cultura protestante): tengo un poder y me aprovecho de él sin problemas. Ese tono donde cualquier juicio moral brilla por su ausencia también causa sorpresa si acudimos a la famosa metáfora política según la cual marciano = comunista. Si la trasladamos a la historieta descubriremos que habla, sin problemas, de las bondades del contraespionaje y el intercambio de información si éste es únicamente para el beneficio individual (que también beneficia a la sociedad, liberalismo habemus) que colectivo. Curioso mensaje.
Regresando al tema presidencial que nos ocupa estos días, supongo que el tema explotativo del título queda claro: DC utilizó al presidente en la portada como reclamo para llamar la atención. Ahora queda el otro aspecto anunciado: el reciclaje.
From Beyond the Unknown #17 (DC, junio 1972). Al amparo de la moda del comic de terror, DC lanza una colección en la que recicla viejo material de género. La historiera de Binder e Infantino se reimprime en el número 17, pero claro, bueno es recuperar la esencia explotativa del viejo tebeo. ¿Quién es el actual presidente? Nixon, Pues ya tenemos a Nee-Xon. Portada nueva, un leve retoque de la viñeta en que se monitorizaba al presidente y listos. Eso sí, los marcianos son ahora jovianos de Júpiter. No me pregunten porqué.
Sólo una reflexión para acabar. Desde una perspectiva de pOp Culture, y poniendo en paralelo ambas portadas, el paso del tiempo ha favoricido a la reciclada. Nixon se convirtió, al fin y al cabo, en icon del M.A.L., mientras que los vínculos entre Eisenhower, la tecnología telepática y los marcianos forman parte de la edad de oro del retrofuturismo cincuentero. Vamos, la cosa más normal del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario