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11.10.08

SINCRÓNICAS DE SITGES (VIII): EN BUSCA DE LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Nada más llegar a Sitges me hicieron el hush hush. "Oye, que tras Abel Ferrara queda un rastro de botellas vacias". "¿Pero es simpático?. "No, es Abel Ferrara". El hush hush continuaba con una historia de nihilismo borracho en la que acababa regalando la honorífica Máquina del Tiempo a los camareros del bar del hotel, en gratitud por los servicios prestados. El hush hush debe ser cierto. En El País se hacían eco del mismo comentario (de primera mano). Aquí. Hoy he acudido en busca del galardón. Quería la instantánea, rodeado de botellas. Intento infructuoso. Los camareros no sueltan prenda. La máquina del tiempo ya no está. Ferrara tampoco.

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