Mucha más tarde de lo habitual, mentalmente agotado y con mucho sueño acumulado, esta mañana he llegado a Sitges. La intención es la de siempre, informar de todo lo que veo, aunque a estas alturas es imposible repetir titanadas como las de años anteriores. No he tenido demasiado tiempo para testear opiniones sobre las jornadas anteriores. La programación española del fin de semana no parece haber triunfado en exceso, y a lo que se ve la película a comentar hasta la fecha es Martyrs, aunque hay un cierto acuerdo en decir que eso de que es lo más salvaje visto en años en Sitges está sobredimensionado. Al fin y al cabo no es la primera vez que las ambulancias hacen acto de presencia. Pero bueno, estas cosas siempre hacen gracia, y si no que le pregunten a William Castle.
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