El Dr. Max, uno de los muchos lectores que honran este blog ausente con su presencia, ha tomado la bellísima estampa staliniana que decoraba el post sobre conspiranoia española y tonadilleras malayas y la ha reconvertido en una muestra de pop-art bizarro y de andas por casa, es decir, ausente, así que no he podido resistir la tentación de ponerla por aquí.
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