Ocasionalmente ha habido fines de semana de tres días con anterioridad, pero nunca como ahora. Los fines de semana largos son necesarios para permitir el gasto y el tiempo recreativo mientras se mantienen la ilusión de l aproductividad. Los fines de semana de tres y cuatro días ofrecen muchas oportunidades para la "relajación" (por ejemplo, ver intensivamente la televisión y otros aparatos de adoctrinamiento), y hacen que todo el mundo esté contento. A este ritmo puede que acabemos viendo fines de semanan de seis días.
La Guerra Invisible de Anton Szandor LaVey
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