Krusty (merchandising)
La cara del famoso payaso aparece reproducida sobre cualquier objeto que forme parte del imaginario simpsoniano, que viene a ser el de América y, hoy en día, quizás el del mundo entero. No es casualidad que actualmente se venda cualquier producto con el logotipo de los Simpson y las caras de Bart o Homer del mismo modo como, en la realidad ficticia de Springfield, los niños intentan apoderarse, a precio de oro, de cualquier cosa que lleve la marca del inquietante clown mediático. Los productos de merchandising de Krusty van viento en popa desde el primer episodio en el cual el payaso es protagonista destacado, Krusty entra en chirona, y en el que ya aparecen objetos que posteriormente han tenido una presencia más o menos continuada: tazas, muñecos, tapones para lápiz, chupetes, un disfraz, camisetas, globos, bolsas, un biberón, banderines, toallas, una colcha, muñecos, lámpara, teléfonos, un puf, un tambor gigante, un reloj de pared, zapatillas. A partir de ese momento, los siguientes episodios han ido ampliando la lista con productos de todo tipo, desde un bidón hasta ácido sulfúrico, pasando por un jamón, una pistola, un sistema de depilación femenina, un Monopoly abusivo, un cañón, un cepillo, una olla, cereales, Krustyburguers, contadores geiger, salsas, autobiografías o un test de embarazo (que incluye la advertencia de que puede causar malformaciones en el feto). Además de la velada referencia a embarazos juveniles no deseados, el demoledor último ejemplo muestra una característica común de muchos de esos productos: la absoluta falta de control sanitario y peligrosidad. Otros productos Krusty han contenido virus diversos, huevos de araña (los chiclets), clavos en los cereales, grasas saturadas que producen colesterol, vitaminas hipertensas o el ácido sulfúrico ya citado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario