Hace ya un tiempo que el documentalista y patriota norteamericano Michael Moore no puede dormir tranquilo. Puertas que se abren, sonido de pasos en el altillo de su chalé(t), alaridos que le despiertan en plena madrugada, objetos, especialmente gorras, que desaparecen, hamburguesas que caen al suelo por el lado de la mostaza, gafas que se rompen, pantalones que encogen. Moore anda desesperado y está contactando con diversos mediums de Alabama. Lo que no sabe es que un atento visionado a su oscarizado Bowling for Columbine, a cámara lenta, desvela el misterio sobrenatural. Durante un breve fragmento de milisegundo se puede observar el rostro del sobrecogedor espíritu observándole desde una ventana. El señor Scari Wó ha tenido la paciencia de capturar la imagen. Los lectores de este Blog Ausente reconocerán ese rostro de inmediato: Agustino Atapuerca.
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