El amor se ha de declarar rápido. No creo que valga la pena dejarlo reposar en silencio y que pase el tiempo. Metido como estoy en la revisión de todos los Godzillas fílmicos, el resto de películas japonesas de monstruos gigantes deben guardar cola. La reseña de King Kong se escapa, la encantadora y pulp película de Honda que recuperaba la versión nipona de King Kong que se enfrentó al saurio radioactivo en King Kong contra Godzilla, debe esperar. Pero claro, no puedo resistir la tentación de subir este estupendo cartel de la película que centra el protagonismo en el genial MecaniKong, el contrincante y alter ego mecánico del gorila gigante más famoso de la historia.
El MecaniKong es uno de mis monstruos de la Toho favorito. Pese a ser el malo de la película siempre lo he encontrado simpático y enternecedor, y, desde luego, le da mil vueltas a ese gorila culón que era la versión japonesa del gran Kong. No estoy muy puesto en la historia y tradición de los mechas, la denominación genérica que reciben todos esos gigantescos robots tan habituales en la animé y el manga que, para el público español, tendrían en Mazinger Z su máximo estandarte. Estoy seguro de que ya los había en versión dibujada allá por 1967, año del estreno de la película. Tampoco es el primer robot gigante del kaiju nipón: unos años antes ya estaba Moguera, de origen alienígena, en la también estupenda (y también de Honda) The Mysterians. Pero si creo poder asegurar que el MecaniKong fue la primera gran traslación a imagen real del Mecha japonés.
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