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16.12.04
TRIBUTO, CON LA MÁSCARA PUESTA
En tal día como hoy, hace cuatro años, en el crepúsculo del siglo XX, el 16 de diciembre de 2000, Blue Demon nos dejaba.
Murió sin su máscara. A los 78 años de edad. De un repentino e inesperado infarto. En la calle pero en brazos de su hijo. Camino de su domicilio. Al salir de una estación de metro. Alejandro Muñoz, que así se llamaba, mantuvo su identidad civil siempre en secreto y nunca mostró su rostro públicamente.
Fue, tras Santo el Enmascarado de Plata, el más célebre de los luchadores mexicanos. De hecho, su relación con éste no fue precisamente buena. No eran amigos. Había mucha rivalidad entre ellos, por mucho que el cine los uniera en numerosas ocasiones y, de hecho, falseara un poco la realidad. La rivalidad nació cuando Santo obtuvo la máscara de Black Shadow, compañero de Blue Demon, en un tipo de enfrentamiento llamado Lucha de Máscaras. El que perdía se quedaba sin la suya. Blue Demon, también conocido como El Manotas por el tamaño de sus manos, pidió la revancha para recuperarla. A partir de aquí la rivalidad sobre el ring fue histórica y culminó en 1953. Santo caía destronado. El nuevo campeón mundial Welter era Blue Demon.
En cambio, en el cine nunca fue así. El Manotas protagonizó una buena cantidad de títulos. Participó en 34 películas. Al principio con otros seudónimos o con su nombre real (en la saga de la Momia Azteca, por ejemplo). En 1962 debutó como Blue Demon en La Furia del Ring. El serial en tres partes Blue Demon contra El Poder Satánico (1964) incluía un breve cameo de su rival el Santo, que le daba una torera alternativa como protector de las fuerzas del bien. Protagonizó títulos en solitario (hace unos días conseguí una copia de Blue Demon contra las invasoras que espero comentarles en breve), o formando los más pintorescos equipos: liderando a los Campeones Justicieros; con Zovek (en realidad muerto a mitad del rodaje sin que llegaran a trabajar juntos) en La invasión de los muertos; y, sobre todo y precisamente, haciendo pareja con el Enmascarado de Plata. Y si en el ring nuestro hombre era superior, en la gran pantalla, al lado de su rival, acostumbraba a ser quien recibía los golpes, quien era secuestrado o abducido y, casi siempre, era Santo quien sacaba las castañas del fuego. Imagino que esta humillación fílmica debió incrementar la mala relación. Pero las lentejas son las lentejas. Y Blue Demon accedió. El resultado de tamaño sacrificio incluye alguno de los grandes títulos del género. Santo y Blue Demon Contra los Monstruos (la primera y más descacharrante de todas), Las momias de Guanajuato o Misterio en las Bermudas (la última y considerada epitafio fílmico de los luchadores enmascarados) son algunos de ellos.
El Matemático que perdió su máscara
Blue Demon debutó como tal en 1948, en la Arena de Monterrey, derrotando a Benny Arcilla. Y se retiró de los rings en 1988. A los 66 años de edad, cediéndole los bártulos a su hijo Blue Demon Junior. Pero siguió entrenando. Curiosamente, dos años más tarde, asistía como espectador a un combate (con su máscara puesta, claro) cuando El rayo de Jalisco le retó a una Lucha de Máscaras. Blue Demon salió victorioso y su joven rival hubo de retirarse. La historia se repitió con El Matemático días más tarde. Como ven, toda una proeza y un ejemplo para muchos jubilados.
Blue Demon, descansa en paz.
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