Imposible me es escribir cualquier cosa esta noche. No hay texto pajero nuevo. Lo que si es nueva es la cama en que reposarán mis huesos esta noche (y espero que muchas de las siguientes). Pedazo de colchón matrimonial. Hemos ganado 35 centímetros de ancho. No será lo único nuevo. La decisión de cambiar mi pc es ya férrea y no tiene marcha atrás. Supongo que en una semana o así tendré el nuevo. Con la pereza que me da instalar todo otra vez. Será mi tercer ordenador desde 1996. Por fin tendré gigas a manta, grabadora de dvd y dejaré de depender del ordenador de doña absenta para según que cosas. En casa tenemos dos, conectados en red, uno en cada despacho respectivo. Ni que decir tiene que mi despacho se reconoce enseguida por el desorden y las pilas de libros, cedés, tebeos y porquerias que se acumulan. Ayer el aspecto era deplorable y quería hacer una foto. No descarto remitirla en el futuo. Menudo post ombliguista el de hoy. Creo que me voy a leer a Garth Ennis a la cama. Espero que mañana sean ustedes millonarios.
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