Pero no venía yo a extenderme en ese aspecto sino anotar un detalle más anecdótico, y es que al llegar a la viñeta en que se muestra el verdadero rostro de Alabaster, cuya invisibilidad sólo afecta a la piel dejando ver músculos y venas, relacione de inmediato esa imagen con los mutantes que habitan el subsuelo de la Zona Prohibida del Planeta de los simios.
Mis lectores veteranos saben que siento fascinación por Regreso al Planeta de los simios, la primera secuela, y quizá eso me lleve a establecer un lazo improbable, y es cierto. De todas formas, tampoco es tan descabellado que Tezuka se inspirara en esos mutantes para dibujar el rostro de Alabaster: por un lado, tenemos que El Plantea de los simios fue todo un éxito en Japón, que su secuela se estrenó, según IMDB, en agosto de 1970 y que Tezuka empezó a publicar Alabaster en diciembre de ese mismo año.
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