Drama carcelario escocés que gira en torno a la relación entre un padre y un hijo, ambos dominados por la violencia impulsiva, que se reencuentran entre rejas. Sórdida y contundente, refleja con dureza el cerrado submundo de las prisiones, su entramado de poderes paralelo y la corrupción del sistema. Tengo una debilidad personal por la descripción de las clases más bajas y marginales del Reino Unido, así que eso lo disfruté mucho, más cuando los actores están estupendos. El subgénero de cárceles no ofrece muchas sorpresas a estas alturas, pero en este caso la aportación es más que digna. Por cierto, si hubiera record Guinness a la película con más
fucks y
fuckings en sus diálogos, ésta es seria candidata.
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