¿Quieres saber cuál fue la peor película que vi en Sitges? Pues esta. Y no sólo la peor, también enervante. Pretendida (y pretenciosa) peli de fantasmas, la cosa va de un hijo que se instala en la casa de su recién muerta madre, aunque una vez allí poca cosa más pasa. La cámara no para de recorrer durante minutos y minutos las recargada decoración del lugar (entre lo bizarro y lo kitsch, tanto que se antoja un museo raruno prestado para la ocasión, una bestia rara que se intuye por ahí y una mal esbozada historia sobre un culto a ángeles de piedra que además apenas se apunte. Y venga a recorrer la casa una y otra vez, entre el sopor, para descubrir que más que una historia de fantasmas muy nostálgica es una historia sobre hijos que no soportaban a su madre incluso cuando ésta ya ha muerto.
Vaya, y a mi que me habían llamado la atención con la buena promoción que le han hecho!
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