El pase destinado a ser una fiesta en Sitges 2012 era este, sin duda. Y es muy importante ver esta película con el máximo desconocimiento de su trama e intríngulis. Así que antes de los espoilers, tan sólo apuntar una cosa: la película te gustará más o menos, dirás que es una obra maestra, una diversión intrascendente o un hype inflado o decepcionante. Vale, pueden ser tus opiniones tras verla, pero, y esto es así, si eres aficionado a la fantasía y el terror, su visionado es IMPRESCINDIBLE.
Dicho lo cual, si no has visto Cabin in the woods, deja de leer.
¿La has visto? ah, bueno, entonces déjame comentar un par de cosas en plan rapidito.
1. La catarsis del espectador a través del sacrificio ritual. La idea flota de manera nada inocente durante una parte del metraje y es maravillosa. Toda esa matanza de adolescentes que se repite una y otra vez tiene un sentido: contentar a quienes se ofrece, que debe quedar satisfecho. Aunque al final sabremos que son dioses primigenios, es inevitable pensar que el sacrificio se nos ofrece a nosotros, los espectadores, y que todos los códigos del género deben estar ahí, uno tras otro, para que todo salga bien y quedemos satisfechos. Por su parte, el misterioso entramado que lo lleva a cabo es, durante un rato, la industria del cine, ya sea de serie A, bé o zeta, una industria que nos ofrece regularmente el sacrificio sangriento de jóvenes para que todo siga igual. Si en Walking Dead el protagonista exclama la revelación de que "Nosotros somos los muertos vivientes", tras Cabin in the Wood podremos decir que "nosotros somos los dioses primigenios". Anda que no es bonito pensarlo.
2. Subversión pOp y de derribo. Tirando de ese hilo. Si nosotros somos a quien se ofrece el sacrificio, ést se hace para mantenernos tranquilos, para que el mundo siga igual. En uno de los diálogos iniciales, Marty, el icónico loco o tonto, que fuma marihuana y es conspiranoico, comenta su ideología: "La sociedad necesita desmoronarse; pero somos todos demasiado cobardes para permitirlo". Al final, la protagonista se enfrenta junto a él a la resolución del dilema, y optan por ser coherentes con ese pensamiento. No hay cobadía sino el acto valiente de provocar el Fin del Mundo. Mayor revolución social es imposible. El zeitgeist de nuestro tiempo llevado, por fin, a esa culminación nihilista que todos deseamos en la intimidad.
3. Metagénero. Está ahí, es evidente. Juega con los códigos del género mientras se hacen mil guiños. Es inevitable pensar en Scream, que venía a hacer lo mismo, o algo parecido. De todas formas, en aquella los mismos personajes eran en parte autoconscientes de ese strip-tease de mecánicas, recursos y arquetipos, pero no daba demasiadas explicaciones a porqué debía ser así. Cabin in the Woods va más lejos porque da sentido a esos códigos.
4. Los jóvenes protagonistas viajan en camioneta. A partir de ahora, a la cadena que lleva de Scooby Doo a Ken Kesey pasando por la Matanza de Texas (y que además de a ese texto dio lugar a un Repronto) será necesario añadir Cabin in the Woods y sus arquetipos rituales: la puta, el deportista, el estudiante, el loco y la virgen.
Aca en México la estan exhibiendo, para mi es una obra maestra.
ResponderEliminarDurante gran parte del metraje es una peli entretenida, con algún concepto chulo, actores en su mayoría bastante competentes y piensas "bueno, las he visto mejores, la verdad, Joss esperaba más de tí". Y entonces llega el final o mejor dicho los veinte últimos minutos y es cuando la película despega hasta la estratosfera, una auténtica gozada para cualquier aficionado al genero de terror. Y a partir de ahí, la amarás o la odiarás pero desde luego no te dejara indiferente.
ResponderEliminar¡Menudo peliculón! Me encantó. No me canso de recomendarla. Pero debo moderar mi entusiasmo para no provocar unas expectativas inalcanzables. Hay que verla, estoy de acuerdo, Sr. Ausente.
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