Hoy se cumplen 45 años del accidente aéreo norteamericano que acabó con una
bomba atómica en las playas de Palomares (Almeria).
Fraga Iribarne, por entonces ministro de de Información y Turismo, se bañaba públicamente para demostrar que no había contaminación radioactiva y conseguía no diremos que la inmortalidad pero sí una longevidad sobrehumana. Celtiberia, desde entonces, se llenaba de mutantes.
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