"En general, la mujer, maestra en el arte de agradar, no ha aprendido aún la ciencia de la iluminación. En la tertulia o el teatro escoge su asiento a la buena de Dios, sin caer en la cuenta de que hay luces que achagrinan la piel, turban la armonía del color y de las lñineas y echan diez años encima."De El pesimista corregido, relato breve de Santiago Ramón y Cajal (1905)
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