"Hoy he aprendido una palabra nueva: Bomba atómica. Yo la vi. Fue como si Dios fotografiara algo."El joven Jim en la adaptación cinematográfica de El Imperio del Sol de J.G. Ballard. La frase, por cierto, no aparece en el libro.
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26.12.09
VOCABULARIO
25.12.09
FRONTERAS
"Primero: seudónimo extranjero.
Segundo: final feliz.
Tercero: que la acción no transcurriese en España".
24.12.09
MIEDO AL CAMBIO Y AL EFECTO DOMINO
La comodidad de una vida tranquila y sin sobresaltos se ve alterada. La rutina es cómoda y una infracción que la transforma sobresalta e inquieta. Temor es la palabra. Haloscan se muere en una semana. Haloscan me ha resultado muy útil en los cinco años de vida ausente. Útil e importante: en él se alojan los casi 25.000 comentarios que todos ustedes han tenido a bien regalarme. No concibo este rincón sin ellos. Sin ninguno de ellos, que son ustedes. El sustituto natural de Haloscan me pide dinero a cambio. No me importa. Deseo que todo siga igual. Va a ser difícil. En el momento en que inicio la conversión descubro que es un proceso imposible. Mi plantilla de blogger es demasiado vieja y está demasiado tuneada. Así que si quiero que todo siga igual debo actualizar la plantilla. A ello me dispongo en estos días venideros. Seguro que el aspecto cambia y uno teme al apocalipsis 2.0. Encima todo sucede en unos días en que no dispongo de nada de tiempo, así que la vuelta a la normalidad será lenta. Deséenme suerte.
CONTEXTO Y ACTUALIDAD
Hubo un tiempo en el que Santa fumaba y el vigilante nos deseaba felices fiestas. Ayer vi un Santa mojado por la lluvia regresando de su jornada laboral, caminando por la calle Escudillers de Barcelona. Uno de los moritos que venden chocolate a los turistas exclamó "¡Papa Noel! ¿Dónde está mi regalo?". Nuestro Santa ni se detuvo en la respuesta. "¿Dónde va a estar? Pues en la tienda". Consuman pues, y sean felices, que el vigilante vela por nosotros.
20.12.09
REMEDIO CONTRA LA IMPOTENCIA MASCULINA
"Tómese grana de lampazo , májese en un almirez, añádase el testiculo izquierdo de un macho cabrio de tres años, y un pellizco de polvos procedentes de los pelos del lomo de un perro enteramente blanco, cortados el primer día de la luna nueva y quemados el séptimo; póngase todo en infusión dentro de una botella, medio llena de aguardiente, que se ha de dejar destapada durante veinte y un días para que reciba las influencias de los astros. El día vigésimo primero, que precisamente será el primero de la siguiente luna, se pondrá todo a cocer hasta que la mezcla quede reducida al estado de papilla muy espesa, y entonces se añaden cuatro gotas de semen de cocodrilo recogido a debido tiempo, cuidando de pasar la mezcla en una manga. Despues de haber recogido el líquido que resulte, no hay más que frotar con él las partes naturales del hombre impotente y al punto hará maravillas."Extracto de El Libro Negro, grimorio de 1849 encontrado en ese lugar mágico y fuente de maravilla que es El Desván del Abuelito. No se pierdan el remedio para quitar el miedo a los niños.
MI NOMBRE ES NASCHY
De los muchos, aunque nunca suficientes, homenajes a Paul Naschy que se han sucedido estos días (en Cinema de Medianoche, por ejemplo, tienen la larga entevista del especial que TVE le dedicó en 1998), mi favorito es la historieta de El Pablo que lleva por título Mi nombre es Naschy. No se la pierdan.
19.12.09
ESPECIAL ESTEREOFÓNICO Y MONOAURAL
Con algo de retraso Anuncio por aquí que el nuevo capitulo de Reflexiones de Repronto es sencillamente espectacular. Lleva por título Polifonía y está dedicado a los sonidos. Como es un capítulo especial, con una posproducción sónica impresionante, mi habitual entrada de buenanueva ante el nuevo repronto también debe salirse de lo normal, asíq ue les dejo una galeria de anuncios vintage en el que podrán recordar y maravillarse ante aparatos para la reproducción o la grabación de sonidos; muchos son hoy obsoletos y otros no tanto porque el vinilo sigue vivo, aunque sí conservan la belleza de lo vintage o de lo viejo (escojan ustedes el palabro). Pasen pues y asómbrense con diminutos sistemas de sonido transportables (y recuerden la teoría de la música con dueño que expresa el episodio de Reproto), tocadiscos de todo tipo (ideales para pícnic y guateques improvisados), con cambio automático, comediscos, minidiscos de vinilo, fonógrafos para automóvil, combos cincuenteros o atronadores artefactos para llenar de funk las calles.
18.12.09
AVISO
Estoy migrando a otra plataforma de comentarios porque Haloscan desaparece. Así que eso puede ser causa de problemas. Cruzo los dedos. Este post se irá actualizando.
Actualización 1. Esto es una puta mierda.
Actualización 2. Una puta mierda.
Actualización 3. Vale. he pagado los putos dólares. Le meto el Wizard para Blogger (el bot que teóricamente hace la conversión) y en el paso 2 me dice que sólo puede funcionar con Blogger y que mi plataforma no es Blogger. Y ahí me he quedado. De momento sin solución. Veremos mañana.
Actualización 4. Vale. Sospecho que quizá el problema sea que mi plantilla de blogger es de las viejas y debería actualizarla, con lo cual perdería temporalmente los cambios hechos, que son la tira. Y en estos momentos no puedo permitirme perder el tiempo con estas chuminadas.
ME CAGO EN DIOS.
Actualización: efectivamente, es un tema de plantilla vieja. También veo que en principio lo suyo es esperar unos días, ya que parece ser que te migra ellos mismos el día que te avisan. O algo así. Veremos.
Actualización 1. Esto es una puta mierda.
Actualización 2. Una puta mierda.
Actualización 3. Vale. he pagado los putos dólares. Le meto el Wizard para Blogger (el bot que teóricamente hace la conversión) y en el paso 2 me dice que sólo puede funcionar con Blogger y que mi plataforma no es Blogger. Y ahí me he quedado. De momento sin solución. Veremos mañana.
Actualización 4. Vale. Sospecho que quizá el problema sea que mi plantilla de blogger es de las viejas y debería actualizarla, con lo cual perdería temporalmente los cambios hechos, que son la tira. Y en estos momentos no puedo permitirme perder el tiempo con estas chuminadas.
ME CAGO EN DIOS.
Actualización: efectivamente, es un tema de plantilla vieja. También veo que en principio lo suyo es esperar unos días, ya que parece ser que te migra ellos mismos el día que te avisan. O algo así. Veremos.
14.12.09
LO DIJO DIOS Y CRUMB LO DIBUJÓ
La lectura del Génesis de Crumb me ha dejado en estado de shock, absolutamente preso del placer e interés que me han poseído durante toda la lectura, y no sólo por el arte de su autor o su forma de acercarse a un libro como la Biblia, sino también por el redescubrimiento que de ésta supone. Dejo anotadas por aquí algunas cosas que he pensado durante su lectura.
1 – Crumb se hizo realista y no nos dimos cuenta. Pues sí. Uno lo lleva leyendo desde su más tierna infancia, desde que se estrenó la película de Bashki que adaptaba al Gato Fritz (que tanto decepcionó a su creador) y que hizo que el par de números que la revista Star dedicara al personaje corrieran por el revistero de casa. Y uno, casi sin querer, habría etiquetado a Crumb como un dibujante que influenciado por los cartoons, los funny animals y Segar había llevado éstos a su terreno contracultural y subterráneo. Incluso cuando se dedica a explicar historias autobiográficas o de inmersión en su psique (ya saben, sus problemas con las mujeres) el elemento slapstick estaba presente. Y así uno no se daba cuenta que la evolución de Crumb hacia el realismo, por muy evidente que fuera en todas esas historias sobre bluesmen de la América profunda, se iba apoderando de su grafismo. Y de golpe una recreación de la Biblia absolutamente realista, en la que Crumb, encima, ha pasado su buen tiempo documentando vestimentas, enseres, casas y paisajes. ¡Se lo imaginan! ¡Crumb documentandose para la verosimilitud histórica!
2 – Y Crumb nos golpeó con un mamotreto. Pues sí, la obra de Crumb siempre había sido obra de extensión breve. Historietas cortas en las que la veintena de páginas ya era una excepción. Y de golpe invierte un lustro de su vida en una adaptación del primer libro de la Biblia de más de doscientas páginas, en el que además se respeta el texto original. Desde el punto de vista del universo crumbiano la desmesura está más en su tamaño que en el hecho de adaptar el libro sagrado de nuestra cultura.
3 – Crumb está en el Génesis. Repasando la obra de Crumb uno se da cuenta de que algunas de sus historietas pueden ponerse en paralelo a este Génesis, más allá de la fascinación por las mujeres poderosas (a ellas me refiero al final). Una es La experiencia religiosa de Philip K. Dick, y no cuesta reconocer en el rostro del genial escritor recreado por Crumb el mismo trance enajenado que posee a los Jacob o Isaac del Génesis. La otra es Psychopathia Sexualis, en la que adapta extractos del libro del Dr. Von Kraft-Ebing en el que el psiquiatra aleman listaba con casos reales todas las variantes prohibidas del deseo sexual. La aproximación de Crumb a La Biblia es la misma que realizó en dicha historieta: plasmar en imágenes el texto original, tal cual, con la única diferencia de no adaptar la totalidad.
4- Compulsión por dibujar. Cualquiera que haya disfrutado el genial documental de Terry Zwigoff sobre el dibujante y repase su Génesis enlazará con la obsesión horror vacui del padre del underground que el filme dejaba tan claro, e incluso pensará en el hermano del dibujante. Recuerden que la película se abría con una demoledora confesión: “Me siento depresivo y suicida si no dibujo”.
5- Redescubrir la Biblia. Es vox populi que el libro sagrado de judaísmo y cristianismo está lleno de incestos, traiciones y violencia. No me había embarcado en una relectura de la Biblia hasta ahora, y la he emprendido de la mano de Crumb nada menos. Y es cierto, aquí hay masacres, venganzas, sexo a espuertas y comportamientos que hoy nos sorprenden. Por ejemplo, el episodio de las hijas de Lot dándole al fornicio con su padre borracho sin que hay aninguna alusión al pecado el incesto, ni castigo ni moraleja, todo sea por la procreación, mientras unas páginas más adelante se condena a Onán por desperdiciar su semilla por amor; o la carrera por los favores sexuales de Jacob en la que compiten sus dos mujeres, aportando hasta a sus esclavas asistentas como prolonngación de sí mismas. Yo pasé catorce años en un colegio religioso, así que las sagradas escrituras y las historias bíblicas formaron parte de mi educación. Mientras leía el Génesis de Crumb muchas, por no decir todas, las historias regresaban a mi memoria con sus detalles. Incluso el episodio de las hijas de Lot, aunque ahora no puedo decir si lo que nos enseñaron era una versión edulcorada en la que sólo emborrachaban al padre o si, por el contrario, era una versión íntegra pero éramos tan pequeños, y sin educación sexual, que no nos enterábamos de nada. Personalmente me inclino por lo segundo ya que nunca entendí esa historia, hasta ahora.
6- Vamos a parir naciones enteras. Una de las cosas que más ha llamado mi atención son esas enormers listas de estirpes y descendientes a los que, de vez en cuando, se les aparece Dios prometiendo tierras y descendencias que serán naciones. Las mujeres de la Biblia paren naciones enteras. Uno no tarda en percatarse del enorme nacionalismo subyacente y en trasladarlo a la actualidad, donde la tierra prometida es aún causa de disputa y violencia. Desde ese punto de vista podemos considerar La Biblia como un libro maldito (ríanse del Necronomicón) del que emana uno de los grandes conflictos de la humanidad y cuyo en cuyo contenido pueden buscar justificaciones irracionales los extremos de ambos bandos. La Biblia justifica, Dios Mediante, la propiedad de una tierra para la que era una nación nómada, y no sólo por el famoso Éxodo de 40 años dando tumbos por la zona con Moises. Los protagonistas del Génesis ya son nómadas que van de un sitio a otro (y en muchos casos generando una enorme riqueza para ellos mismo). Del mismo modo, el afan de Jacob y sus descendientes por enriquecerse, auqnue sea mediante el engaño y la traición, propician también lecturas negativas hacia su etnia.
7- Malditos y despreciables cananitas. Al hilo de lo anterior, una relectura del Antiguo Testamento con el conocimiento de que los cananitas son los actuales palestinos resulta francamente interesante. Los cananitas son los descendientes de Canán, hijo de Cam que a su vez era uno de los hijos de Noé que viendo a su padre durniendo la mona desnudo, en vez de taparle las verguenzas, hace mofa (o no, el matiz no está muy claro) con sus hermanos. Cam es expulsado de la familia y el propio Noé maldice a su inocente nieto (!): “¡Maldito seas Canán! Siervo de los siervos de sus hermanos será!”. Canán, como el resto de sus primos, también se pondrá manos a la obra fornicando para que sus esposas paran naciones, en esta ocasión la nación palestina. Más adelante, Abraham, que habita en tierras cananitas, buscará una prima lejana para evitar que su hijo Isaac se case con una de “las hijas de la tierra que habito”, y la historia se repetirá con Isaac que las considera malas mujeres, y pide a sus hijos Esaú y Jacob “que no tomen mujer de entre las hijas de Canán”. Y mientras tanto Dios se va apareciendo todo el rato con la promesa de que esas tierras serán suyas y para sus descendientes (que serán nación). Por desgracia, Crumb no continuará con el resto de libros del Antiguo Testamento, y yo me quedaré con las ganas de ver a Josué, hijo de Moises y militar de oficio, masacrar a los cananitas en un auténtico genocidio bíblico.
8- Quien tiene un hermano tiene un tesoro. Y ya que estamos con Jacob, resulta sorprendente que el padre de la nación judía, según La Biblia y rebautizado por Dios como Israel, traicione a su hermano mayor al menos un par de veces (una es el famoso plato de lentejas, recuerdan, la otra aprovechando la ceguera de su padre) por un tema de herencias, del mismo modo que luego José será bastante cruel tomando venganza con los hermanos celosos que lo vendieron como esclavo (por cierto, la historia de José tiene una cierta relectura gayer, con eso de que todos sus amos lo convierten en esclavo favorito mientras este rechaza a las mujeres egipcias que le piden sexo).
9- La historia se repite. Otra sensación que he tenido leyendo el Génesis de Crumb es que cada episodio narra una misma historia que se va reescribiendo mejorada. A los Abraham, Isaac, Jacob y José les pasan cosas similares, pero según avanza a la repetición se le añaden más y más sucesos. De hecho, la misma creación del mundo se narra por duplicado, cosa que no recordaba básicamente porque lo que se suele explicar es un refrito de ambas.
10- El matriarcado de las sacerdotisas. Y aquí llegamos, ya para finiquitar esta largo texto sobre esta incontestable obra maestra de la historieta, a uno de los aportes más interesantes que ofrece Crumb en los generosos apuntes finales. Verán, tanto Abraham como Jacob piden a sus esposas que se hagan pasar por hermanas. Sus esposas se acuestan con reyes y estos acaban teniendo que apoquinar riqueza para zanjar el conflicto. Del mismo modo, ambas esposas, Sara y Rebeca, son esteriles y sólo la gracia divina les permite parir en edad muy avanzada. Crumb apunta una lectura feminista en la que ambas eran sumas sacerdotisas, de ahí las ofrendas de los reyes o la obligación de no poder tener descendencia hasta finalizar su mandato sacerdotal. De hecho, Crumb llama la atención sobre una subtrama de conflicto entre matriarcado y patriarcado que alcanza su cota máxima en la rivalidad entre Rebeca e Isaac por beneficiar con la bendición, que es herencia, a uno de sus hijos: el bruto de Esaú o el frágil pero astuto Jacob. La guerra de sexos la acabarán ganando los varones precisamente con José, del que ya he dicho que sospecho era gay (por mucho que también viajase para casarse con sus primas), en una historia donde el poder de las mujeres desaparece en absoluto. Quizá ahí, en la paulatina desaparición de mujeres fuertes, esté el desinterés de Crumb por continuar la historia. Bueno, eso y el titánico esfuerzo que debe haber realizado para parir tamaña obra maestra.
12.12.09
11.12.09
EL INCREÍBLE HOMBRE QUE SE DERRITE
La película que centrará el Trash Entre Amigos de mañana fue portada de Famous Monsters en 1978. Tamaño protagonismo llama mi atención por un par de razones. La primera es que en ese año el cine fantástico está bajo el tremendo resacón de Star Wars, filme que lo cambió todo. De hecho, los titulares de portada van directos a la (entonces) posible secuela de la película de Lucas y a la primera adaptación cinematográfica de la televisiva Star Trek (un proyecto que obviamente nace por el éxito de la anterior). La revista de Forrest J. Ackerman, pero, no pudo resistir la tentación de colocar en portada al monstruo protagonista de The Incredible Melting Man (aquí estrenada como Viscosidad). La segunda cosa que llama la atención es que mucha portada y mucha hostia, pero en su interior los lectores no encontrarán ningún artículo dedicado al Increíble Hombre Que Se Derrite,y, de hecho, la procedencia de la portada sólo se menta en un pequeño rincón de la revista. No se preocupen, mañana por la noche el equipo de Trash Entre Amigos intentará paliar tamaña injusticia.
9.12.09
UN MUSEO PARA EL MEJOR
Coleccionista sensacional a los 14 años
El estudiante de segunda enseñanza, Hendrik Klein, de Leonberg, cerca de Stuttgart, es, con sus catorce años, el más joven director de museo de la República Federal Alemana. Desde los ocho años organizó una colección de objetos de historia natural, que entretanto alcanzó tales proporciones que ya aparecieron especialistas de museos interesados en sus preciosidades. Científicos e investigadores en la República Federal Alemana testimoniaron su estima al joven colega, admitiéndole, ya en 1967, como socio de la Sociedad Paleontológica e invitándole a asistir al próximo congreso, en otoño de este año.
Hendrik Klein ya no sentía placer en guardar sus petrificaciones en cajas y cajones; además, en la cada de sus padres no había lugar para todo. Hendrik dio una vez más prueba de su iniciativa, resolviendo crear un museo. Con la ayuda de su padre y los consejos de un científico del Museo Estatal de Ciencias Naturales, en Ludwigsburg, organizó su museo particular en un área de sesenta metros cuadrados, donde en vitrinas y zócalos, tiene expuestas sus piezas.
Hendrik mismo descubrió en una gravera, en el Alto Rin, la pieza más preciosa de su museo: el maxilar superior de un elefante de la época glacial, cuya edad es calculada en un millón de años. En las vitrinas hay numerosas petrificaciones de animales invertebrados, de hierbas y de caracoles, así como de algunos huesos de animales.
7.12.09
ESE ASUNTO DEL TERROR GRAFICO
Buceando por ese baúl de maravillas que es la Hemeroteca de La Vanguardia di con el artículo que les corpio y pego abajo, publicado el 15 de agosto de 1973 por el escritor, periodista y humorista Tomás Salvador. Enseguida pensé en publicarlo por aquí ya que, en cierta medida, certifica el auge del terror en los 70s al convertirlo en objeto para una columna de opinión en uno de los periódicos más importantes de la época; pero leyendo luego el texto me doy cuenta de que es más que eso y resulta ser una buena lectura por la acertada visión del vilano y el heroe en la cultura pop, entr eotras cosas.
ESE ASEUNTO DEL TERROR
No nos referimos al que imponen los comandos palestinos… vigorizados con sangre japonesa, ni al pavor que nos causan las facturas, ni siquiera al erizamiento capilar ante la forma de conducir de algunos. Nos referimos concretamente al terror gráfico.
No sé si ustedes se habrán dado cuenta, pero si se asoman a un kiosco de periódicos verán que no menos de siete revistas se dedican al terror: «Fantom», «Terror gráfico», «Dossier negro», «Terror macabro», «Vampus», «Cuentos góticos», «Horror», amén de otras publicaciones menos periódicas, pero igualmente cultivadoras del susto en cabeza ajena.
Y si nos metemos a examinar las carteleras cinematográficas, vemos que el género ha saltado del popular «Can Pistolas» de las Ramblas a los cines más encopetados. Considerando la enorme tirada de los «Comics» —casi todos ellos impresos en Bilbao, aunque no falten los catalanes—, se deduce de que uno de cada tres de nuestros conciudadanos se llevan cada día a la boca un vampiro, un hombre lobo, o un «zombie». Mis hijos, que ya no son unos niños, se llevan a casa cada semana un montón impresionante de tales espeluznamientos y, a ratos, cuando nadie me ve, los saboreo yo también.
¿Por qué? ¿Cuál es la razón de esta curiosa moda editorial, entendiendo que nadie editaría lo que no fuese negocio? Yo he hecho una pequeña y particular encuesta. Mis hijos dicen que son muy divertidos y que lo pasan bomba cuando un sujeto se convierte en un esqueleto a menos de zamparse dos litros de sangre ajena. Además, todos estos cuentos gráficos terminan mal. Es decir, no existe ya aquella regla moral de «El crimen no paga». A esto, confiesan: «Es que estábamos hartos de que siempre ganasen los buenos».
A veces pienso que en estas últimas palabras está la clave del asunto. Pero como acusar a la juventud de algo tan monstruoso como preferir que el mal prevalezca sobre el bien es falso, conviene matizarlo un poco. Yo no creo que los chicos, o los adultos actuales, quieran exactamente que ganen los malos. Lo que pasa es que hay «malos» de malos y «buenos» de buenos. Tenemos el ejemplo de cine americano. A nadie que se haya educado, visualmente, con el cine americano —una forma de invasión cultural que ha estado a punto de idiotizarnos— puede extrañarle esta reacción. ¡Cuántas veces, viendo esos inefables filmes donde los pieles rojas eran cazados como conejos, después de ser tan malitos, por el 7º o el 5º de Caballería, banderas desplegadas y toda la pesca, hemos deseado que los indios les dieran para el pelo a los soldaditos azules! ¡Ni manera! Y quien dice indios, dice «al peligro amarillo» o el nazi, o el ruso, o el coreano. Los yanquis han usado y abusado de su tremenda arma fílmica para ser ellos los buenos y los «otros» los malos. Va por rachas, según las conveniencias nacionales.
Nace posteriormente, un cine desmistificador. Héroes bastante bestias como James Bond, con licencia para matar. Pero, con todos los respetos, a James Bond no se le puede tomar en serio. Es, eso sí, el paradigma de algo que soñamos todos, pero que ni nuestros ánimos ni nuestras grasas nos permiten. El buen burgués, que llega trinando a casa porque le han endosado una multa a causa de un mal aparcamiento, llega a creer que la sociedad está mal constituida, que él, precisamente él, es un perseguido. Y sueña con ser James Bond que, aparte de no tener nunca problemas con la grúa, las conquista a todas y además se carga a media humanidad con armas ingeniosísimas.
Un pasó más son esas películas, esos libros, donde la policía es mostrada en toda su realidad. Hombres como cada quisque, con problemas conyugales, cansancio acumulado y dificultades con las trabas legales. Hombres que incluso en su aspecto pueril son preferibles a aquellos otros ridiculizados por un detective privado más listo que ellos (?) Y a no tardar, las publicaciones, los filmes puramente informativos, que nos van diciendo, día a día, con la cruda realidad de los hechos, que la sociedad de consumo, o sociedad del ocio, está conociendo otras formas de la delincuencia _que ni soñarse podían hace cincuenta años.
La moraleja es evidente. No es que se quiera que ganen los malos. Es que se desea, incluso es necesario, que los buenos justifiquen su victoria, y que la justifiquen no sólo al pandero de una moral nacional, sino de una ética internacional. Algo que ya nuestros romances antiguos re cogían, cuando los chicos cantaban al corro: «Vinieron los sarracenos/y los dimos para el pelo/que Dios ayuda a los buenos/cuando son más que los malos». Viene todo esto a significar que el mundo ya no está para maniqueísmos de vía estrecha, que hasta los buenos deben esforzarse, con la razón, el sufrimiento y la ley al lado, para conseguir la victoria. Una victoria que, en realidad, apenas existe, porque en la vida todo es echar parches y los problemas nunca se resuelven enteramente, sino en la medida cotidiana que permite ir aguantando.
Por otra parte, esos «zombies», tales vampiros, cuales licántropos, son, en cierto modo como los «buenos» camp. Risibles de tan exagerados. No causan miedo, porque o bien regresan de la época victoriana o llegan del futuro. Porque, eso sí, gran número de nuestros monstruitos actuales vienen de planetas desconocidos, algunas veces encarnados en mujeres de formas bellísimas, ligeras de ropa y tal. Gran parte del éxito de los «Comics» reside en las heroínas tipo «Barbarella», «Jodelle», «Lone star», tan ligeras de atuendos como de costumbres, que si bien no han circulado en España, han dejado su impronta en los dibujantes, entre los cuales tenemos los mejores del mundo, pero... que trabajan para el extranjero.
Que el mundo, la Sociedad, está bastante deschavetado, no es ningún secreto. Pero pedir a los chicos actuales que lean el repelente «Juanito» es demasiado. Prefieren, eso creo, algo que no pueden tomar en serio. Las carcajadas que suenan en algunos cines cuando el vampiro de turno hace «muuu...» y sacude su capa roja, son de antología. Con los «comics» ya se ríe uno menos, y hasta a veces se piensa algo; pero todo ello no cuaja excesivamente.
Como fuere, la cosa está así. La moda impone sus monstruos, sus hombres masa, sus «spiderman», sus frankensteinitos, sus chavalas imponentes bebiendo plasma sanguíneo. A lo mejor, dentro de diez años, volvemos a las fábulas morales, al general Custer masacrando pieles rojas, el héroe guapetón que se carga sólito —sin cargar a su vez el revólver— a veinte enemigos. A lo mejor. Yo, mientras, francamente, prefiero que los malos no sean tomados en serio a que tal cosa sucediera con los buenos.
Tomás SALVADOR
Nota: las portadas proceden de Mondo Bocado.
4.12.09
3.12.09
LA EDAD DE ORO
La cosa empezó, para mí, con el Audiogalaxy. ¿Cuánto hará de eso? Pues una década aproximadamente, año arriba o año abajo. Apenas me dio tiempo a Napster, al que llegué cuando tocaba a fin su reinado (y precisamente por ello supe de su existencia).
Audiogalaxy cumplía un sueño que se repitió durante mi tardía adolescencia: estar sólo en una tienda de discos (que no cedés, cuando lo soñaba era tiempo de vinilos) y poder escoger todo lo que quisiera. Es el sueño propio de un consumidor compulsivo de productos culturales, que es lo que soy.
Al principio me dediqué a completar discografías, escuchar novedades y descargar en formato mp3 los cientos de vinilos adquiridos durante años (vinilos que aún conservo). Es cierto que mi presupuesto en música se redujo, ahorrándome muchas decepciones por pillar a ciegas, mientras destinaba el dinero a seguir comprando más libros, más películas, más tebeos. Más, más, más. Había sido educado en un modelo de consumo cultural desenfrenado y tengo el gen (tara) del archivista. Reconozco que desde entonces la compra de música casi ha desaparecido. También es cierto que por desgracia actualmente escucho muy poca música: no tengo ocasión para ello. Pero regresemos al pasado y sigamos con la historia.
Tras el cierre de Audiogalaxy llegó Soulseek, y con él un cambio definitivo en mi forma de consumo musical. Me convertí en un cazador de rarezas: bandas sonoras descatalogados, vinilos ignotos, estrambótico material de importación. Si hasta entonces había sido presa de la modernez digamos alternativa, es decir, comprador de lo que aparecía en la portada del Ruta o del RDL, ahora era libre y el diseño de este P2P me permitía saltar de discoteca de culto en discoteca de culto, cargando mis valijas de piezas inencontrables en las tiendas de mi ciudad. Dejé de preocuparme por el hype y me dediqué a escarbar y escarbar en busca de lo sorprendente.
Con el adsl llegó a casa el emule. Ya no sólo era posible bajar música, también películas. Aquí la cosa era diferente. Iba al cine cada semana (ahora no puedo por los niños) y me pasé la década de los noventa grabando películas de la tele. 4.000 títulos en vhs se convirtieron en una filmoteca de la que me sentía orgulloso: allí estaba casi todos los clásicos, lo relacionado con el terror y la ciencia ficcíón y las rarezas (de nuevo) que las televisiones y los canales digitales habían emitido en doce-trece años. Porque hubo un tiempo que en que la programación de madrugada era un baúl de sorpresas sin fin. Y en eso estaba hasta que con el emule alcancé el gozo casi absoluto como cinéfago y se acabaron los vhs repicados de séptima mano. Por fin estaban a mi alcance todos aquellos títulos imposibles y las bizarrías más exóticas cuya existencia eran casi leyenda urbana: películas turcas, chinas, filipinas, japonesas, mexicanas, las más ignotas series bé norteamericanas, por no hablar del eurotrash más oscuro o poder visionar alguna de las legendarias dobles versiones con desnudos de nuestro fantaterror tardofranquista. No sólo eso, en muchas ocasiones con subtítulos realizados por fans dispuestos a trabajar por amor al arte en traducciones que se me antojaban imposibles. Y mejor no hablar de que en muchas ocasiones las copias ripeadas y puestas en la red superaran la calidad de lo que estaba a la venta (formatos respetados, subtítulos, versiones íntegras) porque eso es la vergüenza de nuestra industria cultural. He seguido comprando dividís, pero con más criterio. Y me he seguido gastando el dinero, siempre demasiado, para desespero de doña absenta.
¿Y qué quieren que les diga respecto al escaneado de tebeos? Los sigo comprando a patadas, pero en parelelo tengo acceso a una parte de la historia del cómic que me era imposible. Tebeos norteamericanos anteriores al comic code (y libres de derechos en muchísimos casos) o, lo que es más importante y debiera darnos vergüenza por lo que desvela de fondo, acceso a la historia del tebeo español. En estos momentos mi mula está descargando ejemplares de Can Can, Pulgarcito, Ven y mira o El Campeón de principios de los 50. Y recorriendo esas páginas me doy cuanta de lo gloriosa que fue una etapa que permanecía enterrada, olvidada e inaccesible. Si no fuera por internet y los P2P seguiría así.
Como consumidor compulsivo de cultura y subcultura vivo en la Edad de Oro. Antaño tenía otro sueño: descubría en una caja, en una tienda, tebeos maravillosos cuya existencia desconocía. Hoy ese sueño es realidad.
Pero todo tiene un precio. Es justo que los autores que han realizado obras que me producen satisfacción y disfrute puedan vivir dignamente de su obra. Y ahí está el problema de la Edad de Oro, el gap a cubrir de alguna manera; también es cierto que con la libertad de acceso a la cultura que poseo desde hace una década me he desvinculado totalmente del modelo cultural establecido.
Es injusto que el producto de mi trueque cultura por dinero vaya a parar a Chenoa, por ejemplo. Y que conste que la chica tiene derecho a vivir de su trabajo, pero es que éste no me interesa lo más mínimo (incluso me repele) además goza de una situación privilegiada por un simple tema de mercadotecnia (aquella Operación Triunfo que muchos de sus compañeros de profesión juzgaron de intrusiva y desleal en su momento). También creo que hacer uso de la banda ancha con Chenoa es un mal uso. Allá cada cual; pero ese uso es el propio modelo de industria cultural establecido devorándose a sí mismo, y el uso que yo hago de internet tiene poco (o nada) que ver con ese acto de canibalismo.
Hablar de Chenoa es, pero, demasiado fácil. Demagógico. Lo triste es que el precio de la edad de oro pueden estar pagándolo autores modestos y más o menos anónimos (es decir, que no salen por la tele) porque el modelo está caduco y es un dinosaurio; y mientras no reaccione ni cambie ellos sufren.
La Edad de Oro tiene un precio, pero medidas legislativas propias de un elefante en una cacharrería agravan el problema. Es obvio que este Blog Ausente se nutre del trabajo ajeno, por ejemplo. Vale, hay un trabajo por mi parte, de búsqueda, de valorar si lo expuesto puede ser de interés o despertar la misma fascinación que yo siento por determinadas cosas. A veces, incluso, consigo aportar alguna clave, alguna información, alguna reflexión (y deseo que mucha pasión). Pero con el aberrante annexo de la ley de economía sostenible que ha armado la revuelta de internet este blog podría ser cerrado por el uso que hago de material ajeno. Y como entenderán, no son maneras, así que toca asumir, con peros, ese manifiesto que circula por la red.
Y dicho esto, corto el rollo, que ayer me compré un tebeo que me apetece un montón leer y me voy a la camita a disfrutarlo.
Audiogalaxy cumplía un sueño que se repitió durante mi tardía adolescencia: estar sólo en una tienda de discos (que no cedés, cuando lo soñaba era tiempo de vinilos) y poder escoger todo lo que quisiera. Es el sueño propio de un consumidor compulsivo de productos culturales, que es lo que soy.
Al principio me dediqué a completar discografías, escuchar novedades y descargar en formato mp3 los cientos de vinilos adquiridos durante años (vinilos que aún conservo). Es cierto que mi presupuesto en música se redujo, ahorrándome muchas decepciones por pillar a ciegas, mientras destinaba el dinero a seguir comprando más libros, más películas, más tebeos. Más, más, más. Había sido educado en un modelo de consumo cultural desenfrenado y tengo el gen (tara) del archivista. Reconozco que desde entonces la compra de música casi ha desaparecido. También es cierto que por desgracia actualmente escucho muy poca música: no tengo ocasión para ello. Pero regresemos al pasado y sigamos con la historia.
Tras el cierre de Audiogalaxy llegó Soulseek, y con él un cambio definitivo en mi forma de consumo musical. Me convertí en un cazador de rarezas: bandas sonoras descatalogados, vinilos ignotos, estrambótico material de importación. Si hasta entonces había sido presa de la modernez digamos alternativa, es decir, comprador de lo que aparecía en la portada del Ruta o del RDL, ahora era libre y el diseño de este P2P me permitía saltar de discoteca de culto en discoteca de culto, cargando mis valijas de piezas inencontrables en las tiendas de mi ciudad. Dejé de preocuparme por el hype y me dediqué a escarbar y escarbar en busca de lo sorprendente.
Con el adsl llegó a casa el emule. Ya no sólo era posible bajar música, también películas. Aquí la cosa era diferente. Iba al cine cada semana (ahora no puedo por los niños) y me pasé la década de los noventa grabando películas de la tele. 4.000 títulos en vhs se convirtieron en una filmoteca de la que me sentía orgulloso: allí estaba casi todos los clásicos, lo relacionado con el terror y la ciencia ficcíón y las rarezas (de nuevo) que las televisiones y los canales digitales habían emitido en doce-trece años. Porque hubo un tiempo que en que la programación de madrugada era un baúl de sorpresas sin fin. Y en eso estaba hasta que con el emule alcancé el gozo casi absoluto como cinéfago y se acabaron los vhs repicados de séptima mano. Por fin estaban a mi alcance todos aquellos títulos imposibles y las bizarrías más exóticas cuya existencia eran casi leyenda urbana: películas turcas, chinas, filipinas, japonesas, mexicanas, las más ignotas series bé norteamericanas, por no hablar del eurotrash más oscuro o poder visionar alguna de las legendarias dobles versiones con desnudos de nuestro fantaterror tardofranquista. No sólo eso, en muchas ocasiones con subtítulos realizados por fans dispuestos a trabajar por amor al arte en traducciones que se me antojaban imposibles. Y mejor no hablar de que en muchas ocasiones las copias ripeadas y puestas en la red superaran la calidad de lo que estaba a la venta (formatos respetados, subtítulos, versiones íntegras) porque eso es la vergüenza de nuestra industria cultural. He seguido comprando dividís, pero con más criterio. Y me he seguido gastando el dinero, siempre demasiado, para desespero de doña absenta.
¿Y qué quieren que les diga respecto al escaneado de tebeos? Los sigo comprando a patadas, pero en parelelo tengo acceso a una parte de la historia del cómic que me era imposible. Tebeos norteamericanos anteriores al comic code (y libres de derechos en muchísimos casos) o, lo que es más importante y debiera darnos vergüenza por lo que desvela de fondo, acceso a la historia del tebeo español. En estos momentos mi mula está descargando ejemplares de Can Can, Pulgarcito, Ven y mira o El Campeón de principios de los 50. Y recorriendo esas páginas me doy cuanta de lo gloriosa que fue una etapa que permanecía enterrada, olvidada e inaccesible. Si no fuera por internet y los P2P seguiría así.
Como consumidor compulsivo de cultura y subcultura vivo en la Edad de Oro. Antaño tenía otro sueño: descubría en una caja, en una tienda, tebeos maravillosos cuya existencia desconocía. Hoy ese sueño es realidad.
Pero todo tiene un precio. Es justo que los autores que han realizado obras que me producen satisfacción y disfrute puedan vivir dignamente de su obra. Y ahí está el problema de la Edad de Oro, el gap a cubrir de alguna manera; también es cierto que con la libertad de acceso a la cultura que poseo desde hace una década me he desvinculado totalmente del modelo cultural establecido.
Es injusto que el producto de mi trueque cultura por dinero vaya a parar a Chenoa, por ejemplo. Y que conste que la chica tiene derecho a vivir de su trabajo, pero es que éste no me interesa lo más mínimo (incluso me repele) además goza de una situación privilegiada por un simple tema de mercadotecnia (aquella Operación Triunfo que muchos de sus compañeros de profesión juzgaron de intrusiva y desleal en su momento). También creo que hacer uso de la banda ancha con Chenoa es un mal uso. Allá cada cual; pero ese uso es el propio modelo de industria cultural establecido devorándose a sí mismo, y el uso que yo hago de internet tiene poco (o nada) que ver con ese acto de canibalismo.
Hablar de Chenoa es, pero, demasiado fácil. Demagógico. Lo triste es que el precio de la edad de oro pueden estar pagándolo autores modestos y más o menos anónimos (es decir, que no salen por la tele) porque el modelo está caduco y es un dinosaurio; y mientras no reaccione ni cambie ellos sufren.
La Edad de Oro tiene un precio, pero medidas legislativas propias de un elefante en una cacharrería agravan el problema. Es obvio que este Blog Ausente se nutre del trabajo ajeno, por ejemplo. Vale, hay un trabajo por mi parte, de búsqueda, de valorar si lo expuesto puede ser de interés o despertar la misma fascinación que yo siento por determinadas cosas. A veces, incluso, consigo aportar alguna clave, alguna información, alguna reflexión (y deseo que mucha pasión). Pero con el aberrante annexo de la ley de economía sostenible que ha armado la revuelta de internet este blog podría ser cerrado por el uso que hago de material ajeno. Y como entenderán, no son maneras, así que toca asumir, con peros, ese manifiesto que circula por la red.
Y dicho esto, corto el rollo, que ayer me compré un tebeo que me apetece un montón leer y me voy a la camita a disfrutarlo.
2.12.09
PASATIEMPOP
Hace tiempo que no defiendo por aquí mi teoría de que los pasatiempos de las revistas juveniles son claras muestras de arte moderno. Sacado de un ejemplar de un Din Dan de Bruguera de 1968, les dejo una nueva prueba difícilmente refutable, y además con motivos espaciales.
EL COLOR DE LA BOMBA ATÓMICA
En un viejo ejemplar de la primera época del DDT de Bruguera he encontrado esta pequeña joya atómica, visionaria por la preclaridad con que contempla la bomba atómica como icono pOp.