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3.10.09

CRÓNICAS DE SITGES '09 (V): GOEMON


He entrado a ver la peli sin saber que era del mismo que Casshern, Kazuaki Kiriya. De eso me he enterado luego. Lo cierto es que mi relación con la peli a lo largo de la proyección ha sido una montaña rusa de sensaciones. Nada más comenzar, con ese absoluto desparrame digital y presentando la historia de un ladrón ninja que roba a los ricos y reparte entre los pobres a punto he estado de salir corriendo. Pero sólo llevaba diez minutos y he seguido en la sala. El desparrame digital ha continuado (in crecendo hasta el final) pero la cosa más o menos se seguía e incluso mejoraba con una trama girando hacia las entregas palaciegas mezcladas con ninjas superheroicos volando digitalizados por doquier. Eso me ha hecho quedarme, más algún detalle delirante que luego comento. Y he seguido pese a la deblaque ñoñista y con luciérnagas que sacude su parte cetal. Pero miren ustedes, a pesar de que no se acaba nunca y que es desmesurada hasta el hartazgo, su discurso sobre la venganza y el poder en plan pasada de vuelta épica ha acabado por convencerme.

La clave quizá sea hablar de barroquismo digital nipón. Es curioso porque Kiriya se inventa un medievo nipón absolutamente contaminado de referencias al barroco español. Los emperadores visten como los Austrias y angelotes regordetes a lo Murillo cubren las paredes, del mismo modo que hay armaduras y se cabian las katanas por espadas (bueno, hay un tipo con espadón por ahí). Si es que hasta el castillo tiene rosetones. Y al final, con tanto delirio y desmesurada, tanta tragedia palaciega, tanto malo de la muerte y tanta matanza digital... la cosa ha acabado siendo digerible. Qué cosas.

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