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13.4.09
TEBEOS PRECODE: ATERRORIZANDO EL AMERICAN WAY OF LIFE (PARTE CINCO)
En la anterior entrega comentaba que en la Golden Age las calaveras y esqueletos pueden contarse a centenares, mucho antes de que el tebeo de terror hiciera su aparición. En las portadas de los comics editados por Harry "A" Chesler eran frecuentes las temáticas cercanas al horror, como es el caso de la portada superior, perteneciente al Punch Comics #12 (1944). El interior, pero, se destinaba a aventuras e intrigas policiales.
Un ejemplo, extremo y excepcional, es esta portada del Roly-Poly Comics #14 (1945). En primer plano la cabeza decapitada de una mujer decorando una de las empañizadas de la Torre de Londres. No he podido acceder a ese tebeo, pero sí a otros números de la colección, conformados por historietas de aventura y humor bastante inocentes.
Para encontrar un primer título de horror en un tebeo de la golden age hay que acudir a la cabecera Prize Comics, que en su número 7 (1940) presentaba la primera historieta del estupendo Frankenstein relizado por Dick Briefer. De todas formas, el delicioso dibujo caricaturesco y el tono semi humorístico (aunque no siempre: la historieta del número 27 de Prize Comics es bastante violenta) y aventurero alejan este Frankenstein del género y no puede hablarse propiamente de una historieta de horror sino sólo del uso de uno de sus personajes.
Como el resto de héroes de la Golden Age, el Frankenstein de Briefer viajó a la Segunda Guerra Mundial, primero uilizado por los nazis (Prize Comics #39, 1944) y luego, ya liberado, luchando contra ellos. Como curiosidad, unos numeros antes de esta variante bélico-propagandista, los superhéroes de la Prize se habían unido contra el monstruo en un curioso crossover.
Tras la guerra, las aventuras de Frankenstein (que se seguían publicando como parte de la colección Prize Comics) derivaron hacia el humor negro y la comedia doméstica, con el monstruo convertido en un vecino atípico. La serie podría considerarse así como eslabón entre la genial Familia Addams de Charles Addams (cuyo primer chiste se publicó en The New Yorker en 1938) y la serie televisiva de los Munster. Tampoco hemos de pasar por alto el detalle de la cabeza decapitada (y van... ) que porta uno de los personajes (la viñeta procede del Prize Comics #47).
Para acabar, una muestra del humor negro en el Frankenstein de Brieffer (procedente de Prize Comics #59). Se confunde al monstruo con un vampiro y se le clava una estaca, el chorro de negra sangre mancha al cazador de vampiros. El personaje conseguiría cabecera propia (la primera protagonizada por un personaje del género) en 1945, siguiendo con la misma tónica semi humorística hasta su interrupción en 1948 (número 17) para reaparecer al inicio del auge del horror (1952) con historietas más propias del género (pero sin pasarse). En Golden Age Comics Downloads pueden descargarse bastantes números de Prize Comics y de Frankenstein, dado que están libres de derechos.
ACTUALIZACIóN: vía La Carcel de Papel, un enlace en el que se analiza el giro del Frankenstein de Brieffer del humor al terror. Veo que no soy el único que se ha estado bajando estos tebeos las últimas semanas.
En Zip Comics (la viñeta de arriba pertenece a su número 27) encontramos las Stories of the Black Witch, clara explotación (cancelada rápidamente) del exitoso serial radiofónico The Witch's Tales. Este serial incluía un narradora, la bruja que le daba título, que sería la principal referencia de la EC al crear a sus célebres anfitriones (El Guardián de la Cripta, etc), auqnue la idea del personaje narrador, como veremos, era frecuente en los cómics de la época.
Esta viñeta pertenece a la Historia de la Bruja Negra mencionada arriba. No era una hostoria de terror sino de piratas; eso sí, con la violencia habitual en los tebeos, como demuestra el tremendo espadazo (que además ocupa parte de la viñeta siguiente).
Para encontrar una verdadera historia de terror en un tebeo de la Golden Age, hemos de acudir a la colección Yellowjacket editada por la Charlton. la historieta principal, que daba título al tebeo, estaba protagonizada por un superhéroe con los poderes de una abeja. En su tercer número (noviembre de 1944) y bajo el epígrafe de Famous Tales of Terror se adaptó El pozo y el péndulo de Poe. En el número siguiente se haría lo mismo con La caída de la Casa Usher y dos números más tarde (en el #6) con El corazón delator.
En el mismo YellowJacket 3 se incluía una historia con narrador siniestro (una especie de calavera con antifaz) que además interactuaba con el personaje protagonista (un delincuente que acababa de voluntario para irse a la guerra en Europa).
A partir del número #7 (enero de 1946), que lucía de nuevo una calvera en portada , se abandonaban las adaptaciones de Poe para publicar historietas presentadas por una vieja bruja (de nuevo la inspiración radiofónica) bajo el título Tales of Terror y que permanecerían como fijas de la colección hasta su cancelación en el número #10. YellowJacket Comics (que también incluía aventuras de otros héroes e historietas de humor) puede descargarse completa aquí.
En este recorrido por las primeras muestras del terror en los tebeos de la Golden Age es obligado mencionar Classic Comics, más conocida luego como Classic Illustrated, la colección que adaptaba clásicos de la literatura universal (como haría años más tarde nuestra Joyas Literarias Juveniles de Bruguera). EN el número 12 se adaptó Rip Van Winkle (el jinete sin cabeza), en el siguiente Dr. Jeckyll and Mr. Hyde y posteriormente otros clásicos como El Jorobado de Notre Dame o Frankenstein. Wertham, por cierto, atacó con dureza los Clásicos Ilustrados al considerar que banalizaban los clásicos de la literatura y que impedían el acceso de los niños a éstos (dado que los niños siempre prefieren un tebeo a un libro).
Para acabar con esta entrega dedicada al terror (al que regresaremos más adelante, con su implantación definitiva), les dejo dos portadas protagonizadas por el Demonio (un personaje interesante y especial dentro del género). Ambas portadas (la de arriba y la de abajo) pertenecen al gran L.B. Cole y muestran esa visión tan deliciosamente camp de Satán, con calzones colorados y vestido como si fuera un superhéroe. Los tebeos, por cierto, no incluían historias de horror o con apariciones demoníacas.
Nota: buena parte de esta entrada toma como referencia el excelente texto de Lawrence Watt-Evans The Other Guys.
(continúa en parte seis)
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