Reflexión propuesta: Meditar sobre la historia del arte contemporáneo si
Roy Linchenstein se hubiera inspirado en las viñetas de horror antes que en las de romance. La que preside este post, que es bellísima, procede del número 16 de
The Thing (
Charlton, septiembre de 1954), en concreto de la historieta
Mental Wizard, de autoría ignota sin acreditar.
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