Ahí les tienen pillados, in franaganti; pérfidos nazis de tez morena, dentudos y de rasgos casi propios de la estirpe mongol, avidos de sadismo y dolor ajeno, armados con humeante hierro forjado, listos para marcar a las rubias jamonas con el símbolo del mal, la esvástika al rojo vivo sobre carne virginal.
fsshhh.
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